Obituario

Muere el notario gaditano Federico Linares Castrillón

  • Destacó por su participación activa en múltiples actividades de Cádiz y por su entrega desinteresada y callada en la ayuda y promoción de los más necesitados

Federico Linares, fotografiado en su notaría para una entrevista en este periódico en el año 2005.

Federico Linares, fotografiado en su notaría para una entrevista en este periódico en el año 2005. / Joaquín Hernández Kiki

El notario gaditano Federico Linares Castrillón ha fallecido en Cádiz a la edad de 83 años. Jubilado desde finales de 2008, Federico Linares (Vejer, 1938), con Notaría durante décadas en la calle Churruca del casco histórico de Cádiz, fue un destacado e íntegro profesional, una persona amante de todas las tradiciones de la ciudad en las que participó activamente y, sobre todo, un ser humano comprometido y entregado, de una manera muchas veces humilde y callada, a la promoción de las personas más necesitadas, sobre todo a través de la asociación Nivel, de la que fue fundador junto al cura Alfonso Castro. Casado con María José García de Cosío, ambos fueron padres de cinco hijos, entre ellos Federico, presidente del Consejo Social de la Universidad de Cádiz desde 2020 y presidente de Ernst & Young (EY) España.

Linares Castrillón nació en Vejer de la Frontera en el año 1938. Su padre era funcionario de Aduanas y con el tiempo se trasladó a Cádiz con toda la familia. Estudió la carrera de Derecho en Sevilla y posteriormente opositó con éxito para ser notario, una profesión que compartió con uno de sus hermanos, Ignacio, que la ejerció en Bilbao.

Comenzó a ejercer de notario en noviembre de 1969 en Villamartín, desde donde también atendió a las poblaciones de Ubrique, Olvera y Algodonales. Posteriormente, pasó por Rute, Osuna y Sanlúcar, hasta que en mayo de 1985 se trasladó definitivamente a Cádiz. Su jubilación se produjo en noviembre de 2008, cuando cumplió 70 años, y un mes más tarde, el 10 de diciembre, fue publicada en el Boletín Oficial del Estado.

Como notario, según lo recuerdan personas de su entorno más cercano, fue una persona íntegra, un hombre que se implicaba al máximo explicando a sus clientes todas y cada una de las cláusulas que contenían los papeles que se disponían a firmar, con especial detenimiento en los puntos más escondidos de los créditos hipotecarios para que fueran conscientes de todos los detalles.

Desde su despacho de la calle Churruca, además, ayudó de manera desinteresada a muchas personas asesorándoles acerca de los distintos trámites: "Fue, en muchos sentidos, una persona muy generosa, siempre dispuesto a ayudar a los demás", rememoran.

Federico Linares ha sido una persona tremendamente activa, un amante de las tradiciones gaditanas que colaboró con el Cádiz Club de Fútbol en sus años más complicados cuando se convirtió en sociedad anónima, fue notario del jurado en los concursos de agrupaciones del Falla y también rey mago en la cabalgata de la ciudad. Aficionado al flamenco y al Carnaval, y seguidor confeso a partes iguales del Cádiz y del Betis, Federico Linares tenía una clara percepción de las necesidades de Cádiz y confiaba, como lo expresó en una entrevista a este periódico en 2005, en que 2012 y el Bicentenario fueran una oportunidad para crecer en muchos aspectos de cara al futuro.

Pero la labor de Federico Linares se extendió también a su compromiso con las personas más necesitadas, sobre todo a través de la Asociación Nivel, que fundó en 1991 junto al cura Alfonso Castro y otras personas comprometidas, y que se propuso luchar contra la marginación social promoviendo el trabajo, muchas veces a través de cooperativas, para un sinfín de jóvenes gaditanos de las barriadas más deprimidas de la ciudad. También participó en los programas que se pusieron en marcha en el Nuevo Madrugador y se implicó en la ayuda a los reclusos de las cárceles portuenses.

Junto al comprometido sacerdote en los años de la Transición, Federico Linares vivió su profunda fe cristiana desde la perspectiva de la solidaridad activa, entendida como una manera de cambiar la vida de las personas más pobres y en riesgo de exclusión desde su propia promoción y no solo desde la mera ayuda asistencial.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios