Obituario

Muere José Antonio Gutiérrez Trueba, que abarcó todas las esencias del gaditanismo

  • Fue abogado, cofrade, político y presidente del Cádiz

Muere José Antonio Gutiérrez Trueba, que abarcó todas las esencias del gaditano

Muere José Antonio Gutiérrez Trueba, que abarcó todas las esencias del gaditano / José Antonio Gutiérrez Trueba

José Antonio Gutiérrez Trueba acumulaba todas las esencias del gaditanismo. Cadista, cofrade y, sobre todo, defensor de su ciudad. Ha fallecido a la edad de 87 años. Tuvo una vida intensa por la que será recordado.

Nació en 1933. Nieto de un chicuco que acabó gestionando dos ultramarinos, aunque él siguió la estela de su padre, Adolfo, convirtiéndose en una ilustre abogado. Y como él vivió de lleno el mundo cofrade, sirvió a la ciudad en la política activa y fue un apasionado del Cádiz CF, del que fue presidente entre 1970 y 1975.

Estudiante de San Felipe Neri, se hizo abogado. Llegó a ser decano de su Colegio entre 1998 y 2006. Sus desvelos por la profesión llevaron a sus compañeros a nombrarle, cuando dejó su cargo directivo, como decano emérito. Su eficaz labor se vio igualmente recompensada por la concesión de la Cruz de San Raimundo de Peñafort y la Cruz del Mérito en el Servicio de la Abogado Española.

Se metió de lleno en la política en los intensos años de la Transición. Apoyó a Manuel Fraga y se afilió en el partido Reforma Democrática, uno de los pilares de Alianza Popular, de la que rechazó ser candidato a la Alcaldía de Cádiz en las primeras elecciones democráticas.

En 1983 sí asumió este puesto. Confiaba en poder ser el alcalde de su ciudad, pero el PSOE de Carlos Díaz viajaba ya con el acelerador. Ganó con 18 escaños mientras que la lista Gutiérrez Trueba se quedó con 9. En los ocho años en los que permaneció como concejal, fue también diputado provincial, mantuvo la capacidad de diálogo con el oponente tan propio de su carácter. Eran, ciertamente, otros tiempos en la política municipal.

Fue mayordomo y prioste de la cofradía de los Afligidos.

Se casó en 1960 con María del Carmen Martínez de Salas, con la que tuvo siete hijos que, a su vez, le llenaron la casa de nietos. En 2015 se jubiló tras dejar bien alto el pabellón de su apellido.

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