Estoy asombrado
La Moncloa no pasa por Cádiz
La posible abstención del PSOE que permita un gobierno del PP en Madrid no cambiará la posición de los socialistas gaditanos: Nada de moción de censura.
Hace unos meses, cuando se suponía que con una única convocatoria electoral era suficiente para constituir el nuevo gobierno central, el alcalde gaditano, José María González, comentaba a este diario los dos escenarios que se abrían para Cádiz: uno positivo, si se lograba un gobierno progresista; y otro negativo, si se mantenía en el poder la derecha. Eran entonces tiempos aún de inestabilidad para la coalición de izquierdas, entre Podemos y Ganemos, al frente de la ciudad desde junio de 2015, cuando se temía una moción de censura que les descabalgase del poder o que su propia bisoñéz derrumbase el proyecto progresista.
Casi un año después, el país sigue sin tener un gobierno mientras que González se asienta cada vez con más firmeza en San Juan de Dios.
Lo cierto es que desde Cádiz se observa con cierta desgana y lejanía el largo camino hacia la Moncloa. Tanto quienes gobiernan aquí, Podemos y Ganemos, como quienes con su voto auparon al poder a la coalición de izquierdas, PSOE, dejan claro que Madrid es Madrid y Cádiz es Cádiz, y que nada o poco va a cambiar en nuestra ciudad.
"Entendemos desde el gobierno que Cádiz tiene sentido en sí mismo y su gestión no debe entrar en esta campaña. Cádiz no puede estar sometida a los vaivenes políticos porque tiene otras necesidades. Tenemos claro que la ciudadanía no comprendería ni entendería que nuestra ciudad se viese afectada por estas discusiones políticas", afirman fuentes del gobierno local.
Siguiendo esta reflexión, se advierte que "quienes en nuestra ciudad prioricen la política nacional sobre la de Cádiz van a tener que dar explicaciones muy claras sobre esta postura. Nosotros, desde el gobierno local, tenemos muy claro que nuestra prioridad absoluta es la ciudad y sus ciudadanos".
Más allá de los continuos encontronazos que se han producido en este año y medio entre el gobierno de coalición y el PSOE gaditano, a pesar de que los socialistas facilitaron la llegada al poder de José María González, lo cierto es que a la hora de reflexionar sobre cómo puede incidir en Cádiz la gestación del nuevo gobierno en la Moncloa, el grupo municipal del PSOE coincide con el análisis que surge desde Podemos y Ganemos. "Siempre he tenido claro que el escenario (político) en Cádiz es distinto al de cualquier otro lugar. Nosotros nos limitamos a dar un apoyo puntual de investidura (a Podemos). Dejar de prestar este apoyo significaría una moción de censura para aupar al poder al PP, lo que sería volver a la tesis del principio de negarnos a dar continuidad a un gobierno del Partido Popular en Cádiz", afirma a este diario el portavoz municipal del PSOE, Fran González.
Unos y otros, de esta forma, liberan cualquier presión de la política nacional sobre la local. No se atisba en el horizonte un cambio de gobierno en la ciudad forzado por una moción de censura. Más aún, lo que sí está claro es que José María González llegará a las elecciones municipales de 2019 como alcalde de Cádiz. Él y su equipo han logrado pasar sin excesivos daños su primer año de mandato, cuando muchos de esta formación temían que no iban a llegar a este aniversario. Ahora afrontan una tarea que, visto lo realizado en este tiempo, resulta más complicada: poner sobre la mesa del día a día su modelo de gestión y su modelo de ciudad.
Enfrente se van a encontrar con una oposición que no se plantea cambiar ni un ápice la política que han mantenido en este año y medio de gobierno. Desde el PSOE, poseedor de la llave de la continuidad del gobierno de coalición, en el que ellos nunca se integrarán como han dejado claro en numerosas ocasiones las dos partes, se tiene claro que "no estamos por la inestabilidad como instinto. Ellos tienen cuatro años de gobierno y nosotros apoyaremos todo lo que sea bueno para Cádiz". Pone como ejemplo Fran González el cierre de filas con el gobierno en todo lo relacionado con los fondos de la EDUSI y recuerda, también, las numerosas propuestas que se han ido presentando en esta primera fase del actual mandato para mejorar la ciudad.
Sin embargo, es más que evidente que existe una tensión latente entre Podemos-Ganemos y el PSOE comandado por Fran González.
"El gobierno no tiene claro lo que quiere del PSOE", se lamenta el líder socialista gaditano. "Cuando se han producido acuerdos puntuales, como pasó con el Plan de Empleo, nunca se ha ejecutado lo que estaba previsto".
Considera Fran González que en Podemos-Ganemos hay "un discurso de cara a la galería donde se busca un diálogo falso. Frente a ello, no plantean nada sobre la regeneración política, nada sobre el empleo, la vivienda, el modelo de integración del puerto. Hay cosas que hemos planteado y llevamos meses para que nos convoquen para hablar. No queremos escuchar más aquello de que nos tiende la mano, sino discutir los proyectos de ciudad. Para nosotros tender la mano significa presentar propuestas y discutirlas. Lo malo es que ellos no tienen un modelo de ciudad que seguir".
Habrá que ver cómo evoluciona la hasta hora tensa relación entre estas formaciones si se mantiene la ruptura entre Podemos y el PSOE en el conjunto del país. Aquí, desde el entorno del gobierno local, se es contundente: "Con todo el respeto al PSOE, si posibilita un gobierno con el partido más corrupto de la historia de la democracia, tendrá que afrontar lo que eso significa, sobre todo cuando desde el propio PSOE hay voces que claman pidiendo un congreso que evite esta decisión".
Como respuesta, Fran González tiene claro que "en Podemos se frotan las manos respecto a lo que ocurre al PSOE porque se creen que van a ocupar su espacio político".
El portavoz socialista gaditano se enfrenta, por si fuera poco, a una oposición dentro de su propia formación, especialmente por veteranos militantes que han llegado a ser concejales, algunos de ellos, en épocas pasadas. Una parte de estos militantes mantienen lazos muy estrechos con Podemos hasta el punto de ser habituales en los medios digitales cercanos al gobierno local, propugnando un gobierno de coalición de todas las fuerzas progresistas de la ciudad.
Esta supuesta disidencia es rebatida por Fran González con la realidad de las asambleas locales que se han celebrado en los últimos meses y en las que la gestión de la dirección ha contado siempre con un apoyo mayoritario. "No vale aparecer y desaparecer. Es necesario hacer un frente común cerrando filas, viendo siempre cuál es nuestro margen de responsabilidad", indica González, que habla también de los militantes que ya han mostrado su intención de disputarle el liderazgo del partido en la ciudad: "Estoy encantado de que algunos se presenten con un modelo distinto".
Pero Fran González opta por no agotar más tiempo en estas supuestas diferencias internas y centra su crítica en el gobierno de José María González, tras reiterar su decepción por la escasa capacidad de diálogo de su equipo. "En estos meses, Podemos ha pasado de los púlpitos a la triste realidad de estar en el gobierno del Ayuntamiento convirtiendo sus compromisos en un 'no se puede'. Ha pasado con la Corrala, con los desempleados, con las mujeres que sufren malos tratos. No han sabido aprovechar el tiempo y han perdido muchas oportunidades".
Frente a ello, González lo tiene claro: si hay una alternativa no es la del Partido Popular, es la del PSOE gaditano. "Nosotros somos la alternativa natural al PP, por lo que sería descabellada una moción de censura ya que hay una distancia enorme entre lo que ellos defienden y los que defendemos nosotros como modelo para nuestra ciudad".
Claro que desde el gobierno municipal se tiene cada vez más claro lo lejana que está la vuelta al poder local por parte de los socialistas. A eso no ayuda la nula relación que, desde hace año y medio, hay entre el Ayuntamiento de Cádiz y la Junta de Andalucía, si obviamos los encuentros puntuales con los delegados provinciales de diversas áreas. Una relación a miles de kilómetros de distancia como la que se mantiene con la presidenta autonómica, Susana Díaz, quien, como se recuerda en la conversación con este diario "no ha recibido aún al alcalde de Cádiz, al que se le debe un respeto institucional. Desde la llegada de los nuevos ayuntamiento, el gobierno de Susana Díaz ha jugado de manera muy desleal con el gobierno de la ciudad de Cádiz".
"Susana Díaz ha demostrado que quiere conducir al PSOE de Andalucía a un espacio derechizado para perpetuarse en el poder, aunque ello signifique que grandes retos para el desarrollo de Andalucía siguen intactos", constatan las fuentes consultadas.
Cierto es que, por culpa de unos o de otros, numerosos proyectos directamente relacionados con la Junta y Cádiz no acaban de avanzar, y los que directamente están en manos de la administración autonómica simplemente se encuentran paralizados, por no decir que definitivamente olvidados, como la continuidad del Plan de Rehabilitación del Casco Antiguo, el Hospital Regional o la Ciudad de la Justicia.
Con la incertidumbre sobre el color político que gobernará en la Moncloa y asumiendo que el ejecutivo regional no soporta todo lo que está relacionado con Podemos y su forma de hacer política, desde el Ayuntamiento de Cádiz se toma aire y se afirma con rotundidad que "no tememos ni que Madrid cierre el grifo (de las inversiones) ni que lo haga Sevilla. Aquí somos valientes y estamos respaldados por la ciudadanía. Intentaremos acordar al máximo los proyectos con la oposición e intentaremos gestionar con lo poco que tenemos. Y lo conseguimos, como todos han podido comprobar durante el pasado verano, con millones de visitantes y una programación de ocio y cultura variada y abundante".
Dejando a un lado los buenos propósitos y la necesidad de autoanimarse, José María González y sus nueve escasos concejales afrontan unos meses muy complicados, diferente a la primera etapa de su gestión, cuando estaban aterrizando. Ahora necesitan ya con una cierta urgencia poner sobre la mesa realidades en su gestión pues una parte de quienes en su día lo apoyaron comienzan a mostrarse críticos con algunas de las políticas realizadas.
Está pasando, especialmente, con los sectores más desfavorecidos, aquellos de los que Podemos y Ganemos se presentaban como grandes defensores. El penúltimo ejemplo se ha producido esta misma semana con un contundente comunicado de Derechos Humanos respecto al caótico funcionamiento del área de Servicios Sociales. Ha sido un análisis tan fuerte de una de las entidades que más defendieron el cambio político de la ciudad, que incluso miembros de esta organización habitualmente activos en las redes sociales y en los medios digitales cercanos a Podemos han tenido que mirar al otro lado y tragar saliva incapaces de poner en la picota a uno de los suyos que sí tiene claro que cuando algo se hace mal hay que decirlo.
En el debe del gobierno de González se acumulan también numerosos proyectos, planes estratégicos y auditorias que, aunque positivas en su concepto, tardan en estar terminadas y, por ello, en ponerse en marcha a pesar de las necesidades urgentes que tiene la ciudad. No se gasta un céntimo para pagar a los proveedores, se desprecian compromisos económicos con colectivos ciudadanos y en determinados casos se cierra la puerta a quienes antes eran las fuerzas de infantería que se lanzaban contra el gobierno de Teófila Martínez.
Dicen quienes están cerca de José María González que no hay miedo ante una nuevo gobierno de Mariano Rajoy, ni incluso ante el desprecio hacia Cádiz del gabinete autonómico. Dicen que son valientes porque están respaldados por la ciudadanía. Frases que corren el riesgo de volverse contra ellos si no se empieza a gobernar y defender los programas electorales que llevaron a Podemos y a Ganemos al poder hace ya año y medio. El reloj corre y comienza a crear su propia herencia.
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