El Mercado Gastronómico es uno de esos grandes proyectos ciudadanos que forman parte ya de nuestra vida, aunque nunca haya estado en funcionamiento.

Miles de personas pasan todos los días junto al mismo, entrando o saliendo del casco histórico, junto a la enorme estructura de la vieja terminal férrea, donde debía de estar en funcionamiento desde hace años. Tenemos ya tan asimilado que es una de esas operaciones que están congeladas que ya ni le damos importancia al abandono en el que se encuentra el complejo.

La pandemia y el descalabro que ha supuesto a los sectores hosteleros y turístico y a la economía en general, pareció que iba a dar la puntilla definitiva a esta operación, que desde que se anunció por primera vez en 2015 no ha parado de sufrir tropezones ajenos a sus promotores.

Sin embargo, la certeza de estos de que el Mercado Gastronómico de Cádiz tiene un valor de futuro, va a permitir reactivar el proyecto. Y lo va a ser ya con un calendario fijo que, afirman fuentes de los empresarios, se pretende cumplir a rajatabla.

Para ello ha sido esencial el anuncio de las obras inminentes que Aguas de Cádiz va a ejecutar en la avenida de Astilleros, a pie de la vieja estación del tren. No son unas obras secundarias: son esenciales para poder ejecutar el proyecto del Mercado pues permitirán el abastecimiento de agua y de la red de saneamiento.

Este servicio no existe actualmente, lo que hacía inviable abrir un centro gastronómico que, se supone, atraerá a miles de usuarios cada año.

Ahora que las obras van a comenzar en breves semanas y que el plazo de ejecución se estima en menos de un año, la promotora ha vuelto a activar su plan de empresa.

Por lo pronto, una vez comiencen los trabajos en la avenida de forma efectiva se elaborará un calendario de actuación. No se quiere volver a repetir los parones y los cambios de fechas en los precontratos que ya se tienen con varias firmas interesadas en estar en el Mercado Gastronómico. Ya se quiere ir por seguro de una forma definitiva.

El calendario permitirá fijar las fechas de la firma de estos contratos y el plan de adaptación de la vieja estación a su nuevo uso, teniendo en cuenta que se calcula que serán necesarios doce meses de obras en el edificio para transformarlo en el centro de ocio y gastronomía que en su día diseñó el gaditano Álvaro Linares.

Tras varios parones, el proyecto se mantiene sin apenas cambios respecto a la propuesta inicial. Eso sí, se destaca que se va a incrementar el espacio dedicado a una superficie de alimentación.

Junto a ello se mantiene la zona de pequeños locales gourmet en la nave central y de los restaurantes en las naves centrales, que contarán con terrazas exteriores que darán, en su día, al futuro parque de la Muralla. Se pretende contar con dos marcas de tirón que se ubicarán en los dos edificios que presiden la fachada principal del complejo.

El Mercado Gastronómico contará con una superficie de 5.500 metros cuadrados de extensión, con la nave central de 3.100 metros cuadrados, las dos naves laterales con 1.800 metros y donde irán la superficie de alimentación y los restaurantes y los 600 metros de los dos edificios.

En cuanto a aparcamientos la promotora considera suficiente las plazas actualmente existentes en la zona, a la vez que se podría cerrar un acuerdo con Adif para utilizar la parcela de su propiedad junto a la avenida de Astilleros.