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Cádiz

El Mercado Gastronómico firma sus 3 primeras marcas

  • Tras el acuerdo para reactivar el Plan Plaza de Sevilla por parte de las administraciones, el objetivo de los promotores es abrir el complejo entre noviembre de 2019 y febrero de 2020

Diseño del interior de la estación, con la reproducción de dos antiguos trenes en cuyos vagones irán locales gourmet.

Diseño del interior de la estación, con la reproducción de dos antiguos trenes en cuyos vagones irán locales gourmet. / estudio álvaro linares

Los promotores del Mercado Gastronómico, que se va a abrir en la antigua terminal ferroviaria de Cádiz, ya han cerrado los contratos de las tres primeras firmas que se van a abrir en este complejo, uno de los mayores del país en su sector.

Un local de la cadena Cien Montaditos, un supermercado del Grupo Mas en el formato MAS&GO, y un local de restauración de una empresaria gaditana son las tres primeras ofertas que han ultimado el acuerdo con los promotores de este centro para ubicarse en el Mercado Gastronómico.

La ubicación del centro es estratégica: junto al tren, los autobuses interurbanos y cruceros

Junto a ello, existe ya un largo listado de empresas relacionadas con el sector de la hostelería interesadas en abrir en la antigua terminal de Cádiz. La intención es que, una vez las administraciones públicas implicadas en el Plan Plaza de Sevilla han acordado un nuevo convenio que permitirá por fin reactivar esta operación urbanística, en la que está también implicado el Mercado, agilizar a su vez las negociaciones con otras firmas, con la garantía del inicio de las obras de adaptación de las antiguas instalaciones ferroviarias.

De esta forma, los inversores trabajan ya sobre dos fechas para poder abrir el Mercado Gastronómico: noviembre de 2019, con lo que se llegaría a la campaña de Navidad de ese año, o febrero de 2020, coincidiendo con las fiestas del Carnaval.

Con el proyecto de diseño ya cerrado (como se recordará, se hace un guiño a las viejas estaciones, según el trabajo realizado por el estudio de Álvaro Linares), se tendrá un plazo de siete meses para ejecutar las obras de adaptación del edificio una vez concedida la licencia por parte del Ayuntamiento.

La intención de la empresa es ir trabajando en estas reformas a la vez que el Ayuntamiento impulsa por fin los trabajos de reforma de la avenida de Astilleros, que ya a emprender en breve plazo. Cierto que es un proyecto de mejora (con la creación de dos aparcamientos en superficie, la mejora de la calzada, la apertura de un carril bici y el arreglo del acerado), pendiente del proyecto definitivo de la avenida de Astilleros, pero servirá para dignificar de forma notable una vía que se encuentra muy deteriorada.

A la vez, la Autoridad Portuaria adelantará en la construcción de la acometida para el suministro eléctrico de la nueva terminal, que será aprovechada por el Mercado Gastronómico y el hotel que Barceló construirá sobre el edificio del vestíbulo de la terminal del tren. Con todo, y si se mantiene el calendario, una obra se irá solapando con las otras para evitar que las máquinas estén trabajando cuando el Mercado Gastronómico abra sus puertas.

A la vez que se cierra este proceso administrativo para el inicio de las obras, se reactiva con fuerzas la comercialización del complejo.

Junto a los locales ya cerrados hay una larga de conversaciones con cadenas internacional, nacionales y locales. Algunas incluso ya han visto sobre planos su ubicación preferida.

El diseño incluye 40 pequeños locales en los vagones que ocuparán la nave central. En las laterales, se crean módulos más amplios, con unos 60 metros cuadrados, que algunos inversores han pedido duplicar o triplicar, por lo que aquí se cuantifican cerca de una veintena de operadores.

Donde en un principio se proyectaba un mercado de abastos (donde se podrían comprar productos para cocinarlo en el mismo Mercado Gastronómico) se ha ubicará la oferta del Grupo Mas además de un peculiar restaurante que incluye una oferta de ocio.

Las dos torres que se ubican a cada lado de la portada principal de la vieja estación, con una superficie de unos 500 metros cuadrados, se destinarán a un local de comida rápida (hamburgueserías, pizzas...) para lo que ya se ha contactado con las grandes firmas del sector.

Junto a ello se abrirá la oferta de los vagones con la que se quiere atraer a pequeños empresarios. Con esta oferta añadida, para la que hay también mucha demanda (hay emprendedores interesados que van desde San Fernando a La Rioja), se potenciará el carácter gourmet del complejo.

Destaca que hay firmas que ya funcionan en la ciudad o que hasta hace poco se han mantenido abiertas que también quiere duplicar su presencia en Cádiz ocupando espacio en el Mercado Gastronómico.

Los más de cinco mil metros cuadrados de suelo que se van a disponer en la vieja estación van a permitir crear en el centro del complejo un gran espacio abierto que, en determinados momentos del año, se dedicará para la celebración de actos lúdicos. La zona contará también, como es habitual en estos espacios, con zona para poder consumir los productos que se compren en las tiendas ubicadas en la reproducción de los vagones.

Junto al desarrollo interior del Mercado Gastronómico, este proyecto está directamente relacionado con la urbanización de todos su entorno. Por una parte está la ya mencionada avenida de Astilleros, esencial para facilitar la conexión con el puente de la Constitución de 1812; por otra, está toda la zona entre la terminal y la Cuesta de las Calesas.

Aquí el proyecto del Ayuntamiento es crear una amplia zona verde, una vez desmantelado el aparcamiento de Adif y el de la zona naranja abierto recientemente por EMASA. Lo cierto es que el parque supondrá una inversión económica muy elevada, por lo que se está buscando financiación que retrasará su urbanización definitiva. Esta circunstancia no preocupa al Mercado Gastronómico, que ya prevé una mejora en el diseño de su zona de influencia, donde se ubicarán terrazas para dar servicio a los restaurantes de las naves laterales. Además, el propio Ayuntamiento prevé adecentar este amplio terreno y darle un uso ciudadano provisional mientras que no se construye el área ajardinada.

Lo mismo pasa con la continuidad del edificio de la Aduana, que no afecta al diseño del Mercado, aunque lo cierto es que la nave central de este edificio administrativo sí debía demolerse.

Cuando se presentó este proyecto por primera vez en 2015, los promotores indicaron que el complejo estaba en condiciones de atraer a unos dos millones de clientes al año. Su ubicación para ello es la adecuada: junto a la estación del tren, la terminal del autobús y la cercanía del puerto de cruceros.

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