Cádiz

Mantener los dos puentes de acceso a Cádiz cuestan más de tres millones de euros al año

  • El Ministerio de Fomento acaba de adjudicar la conservación para los próximos tres años

  • La empresa Api, del grupo ACS, se encargará de la gestión

Vista del puente de la Constitución de 1812.

Vista del puente de la Constitución de 1812. / Lourdes de Vicente

Conforme el puente de la Constitución de 1812 se iba elevando sobre la Bahía, todos sabían que se estaba levantando un auténtico coloso que venía a mejorar las comunicaciones que ya en los 60 del siglo pasado logró el puente José León de Carranza. Hoy en día, mantener ambas infraestructuras en perfecto estado de revista para el tráfico de vehículo supone un coste anual de más de tres millones de euros, que es lo que invertirá el Ministerio de Fomento los próximos tres años, después de adjudicar el contrato de explotación y conservación de estas dos carreteras recientemente. Contrato que ha sido adjudicado a la empresa Api Movilidad (del grupo ACS) por un importe de 10.019.756,41 euros para los próximos tres años.

Esa importante partida económica habla por sí sola de la importancia que tienen ambos puentes, consideradas vías “singulares” por el Ministerio. El Carranza, por su tramo móvil “de 90 metros de luz para permitir el tráfico marítimo con la Bahía de Cádiz, el cual cuenta con un mecanismo hidráulico para su apertura”; y el de la Constitución, que cuenta “con numerosas instalaciones de seguridad, las cuales se gestionan desde un centro de control instalado en el centro de conservación”.

El contrato suscrito por Fomento incluye una amplia lista de tareas, de obligaciones y de revisiones que hay que realizar constantemente a los dos puentes, que dan cuenta por sí solo del coste que supone mantenerlos abiertos al tráfico. No en vano, requiere del empleo de más de treinta operarios (de diferente titulación y con distinta dedicación, obligando a contar para algunas tareas con operarios las 24 horas del día los 365 días del año) así como de una amplia lista de vehículos y maquinaria que concreta el pliego de condiciones: tres turismos, tres furgonetas, dos furgones con caja abierta y doble cabina, dos furgones cerrados, un furgón cerrado de 9 plazas, un camión pluma de 18 toneladas, dos carros de señalización, cuatro equipos completos de señalización con corte de carril, cuatro conjuntos de flecha luminosa, una hormigonera, dos juegos de herramientas eléctricas, un equipo de medición eléctrica, un juego de instrumentos de medición, o una cámara fotográfica con teleobjetivo (por citar algunos de los principales componentes de ese equipo obligatorio). Maquinaria que exige el contrato de que debe “encontrarse perfectamente operativa en todo momento”.

El mantenimiento de las carreteras, de esos siete carriles abiertos a la circulación (tres en el Carranza y dos por cada sentido en el segundo puente) y de los dos por ahora inutilizados en el puente de la Constitución, no es más que una de las ocupaciones a las que debe hacer frente el adjudicatario. Además, debe hacer una serie de inspecciones periódicas y de atender al Plan de Inspección y Mantenimiento elaborado para el nuevo puente. Y mantener en condiciones de uso los sistemas de comunicaciones, las aplicaciones informáticas y demás sistemas de gestión que están operativos o que requieren estas dos infraestructuras que facilitan el acceso o la salida de la ciudad.

El Ministerio de Fomento insiste en que se trata de dos “elementos muy singulares”; especialmente el puente de la Constitución, “estructura muy singular” que requiere de “un sistema de gestión integral y monitorización” que dispone de una serie de herramientas “que requieren un seguimiento, control y mantenimiento adecuado para su correcto funcionamiento”, desde los pórticos de control de gálibo, semáforos, barreras, paneles de mensaje o señales de velocidad hasta los sistemas de balizamiento (aéreo y marítimo), la iluminación (viaria y ornamental), o la apertura y cierre de compuertas.

“El Puente Carranza cuenta con un tramo móvil cuya maquinaria presenta unas necesidades de mantenimiento muy intensas, por la complejidad del sistema y por la absoluta fiabilidad que debe presentar, ya que permite el paso de barcos a la Bahía, siendo un 90% del tráfico marítimo de naturaleza militar, además de las especiales condiciones en que trabaja: humedad, salinidad y vientos”, especifica el pliego que regirá este contrato, que también recoge que el puente de la Constitución de 1812 “por su tipología atirantada y envergadura requiere unos medios e instalaciones muy especializados de cara a su explotación cuyas labores de conservación son de vital importancia”, por lo que necesita de la sistematización de las tareas de inspección y mantenimiento “con los medios adecuados para facilitar dichas labores”.

Además de esto, el mantenimiento de los puentes requiere de revisiones y labores de mantenimiento cuya periodicidad detalla expresamente el pliego. Por ejemplo, en el segundo puente hay que revisar bianualmente “el 25% de la parte interna de los anclajes superiores”, quinquenalmente “el 10% de la parte interna de los anclajes inferiores”, en el mismo período “el 100% de los tubos a nivel tablero” y el 10% de los amortiguadores.

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