De los pañales a los papeles. De hablar de Cádiz (y de lo que se tercie) a través de Twitter a gestionar Cádiz en la vida real. Kichi regresa a los mandos de una nave, el Ayuntamiento, pendiente de establecer una dirección concreta para su proa y un destino claro en su singladura. El alcalde que tuvo un primer mandato de cuatro años y un segundo a partir de 2019, inicia hoy una especie de tercer acto después de su baja por paternidad, algo del todo inusual para un mandatario municipal que ha coincidido además con una de las etapas más críticas de la historia reciente de la ciudad.

Lo cierto es que en el Ayuntamiento se han afanado y se afanan en aseverar que el alcalde “nunca se fue”, nunca ha estado desconectado de la ciudad y de su gestión, aunque optara por solicitar una baja -“permiso paternal, que es muy distinto”, matizan en San Juan de Dios- que pretendió de 16 semanas que luego tuvieron que quedarse en las doce reglamentarias. Y en estos tres últimos meses destacan la coordinación absoluta con su sustituto en la Alcaldía, Demetrio Quirós, como una de las claves que ha permitido que esa baja no sea traumática para la ciudad o para la gestión municipal de Adelante Cádiz.

Todo eso queda hoy atrás. La baja o el permiso caducó ayer día 5, por lo que González vuelve hoy con plenas facultades a presidir el Ayuntamiento y a liderar la gestión de su gobierno. Y vuelve, tres meses después, con ganas; como un hombre nuevo, con una vitalidad y una fortaleza que ya dejó ver hace unos días en su puntual reaparición que provocó un seísmo perceptible en el suelo de la política municipal. “Viene con fuerza”, avisan desde su entorno cercano. No en vano, el alcalde que se marchó tras el nacimiento de su cuarta hija con la idea de terminar mandato en 2023 regresa hoy con la ‘amenaza’ se quedarse en el sillón de la Alcaldía hasta 2027.

“El alcalde viene siendo plenamente consciente del contexto que ha provocado la pandemia, y sabe que habrá que implementar esfuerzos nuevos con nuevos planteamientos para hacer frente”, trasladan. Y para ello, son varios los objetivos que González se marca para este nuevo aterrizaje, el tercero desde 2015, en la Alcaldía del Ayuntamiento. Y varios son también los encuentros que se ha marcado en esa agenda institucional que hoy se pone de nuevo en funcionamiento.

Una de las primeras acciones del regreso del alcalde será la reunión que mantendrá con todo el equipo de gobierno para pasar revista a la actividad realizada por todas las delegaciones en estos últimos meses, tanto para conocer de primera mano lo que se haya hecho como para tomar nota de las cuestiones que cada concejal tenga pendientes en sus respectivas áreas de gestión. Esa reunión se mantendrá posteriormente con los responsables de las principales áreas municipales: Secretaría, Intervención o Tesorería, entre otras.

Tampoco olvidará González a la oposición, a cuyos líderes telefoneará en las próximas horas para comunicarles formalmente su reincorporación plena y abordar la situación de la ciudad. Será este, sin duda, el momento de hablar de posibles pactos que ya uno de los grupos, el PP, planteó en el pasado Pleno entre críticas y dudas por lo resolutivo de estas acciones que suelen quedar en meras buenas intenciones que se desvanecen a los pocos minutos. “Pero el alcalde viene con el propósito de hacer entender a la oposición que el momento actual es tan difícil que la política de acuerdo no es una opción, sino una obligación”, lanzan, dibujando a un alcalde preocupado por el “espíritu de acuerdo y no la rentabilidad política” ante las circunstancias actuales tan extraordinarias como graves.

Esa ronda de encuentros que marcará la puesta al día del alcalde en su reincorporación seguirá también con numerosos sectores de la ciudad con los que mantendrá puntuales conversaciones o reuniones, como el mundo de la cultura, los sindicatos, las asociaciones, o el periodismo.

Las reuniones de estos próximos días se compatibilizarán con otra de las acciones que marcarán el regreso del alcalde, según aseguran sus fuentes más cercanas: un intenso recorrido por los barrios de la ciudad, para conocer los problemas concretos de cada uno de ellos, para escuchar a su gente, para “tomar un pulso directo a la ciudad zona a zona”. Un acercamiento a la ciudadanía que quizás era una de las cuestiones que más se reclamaban de un alcalde cuya sensación es que se estaba alejando del pueblo tan presente en su vocabulario.

Además de todo esto, aseguran en el Ayuntamiento que otro de los claros objetivos que ya ha dejado entrever el alcalde es utilizar todos los esfuerzos posibles en la búsqueda de recursos que sirvan para hacer frente a la difícil situación ante la que aterriza González y que ha provocado la pandemia del coronavirus. Algo vital en un contexto en el que se vaticina una gran pelea a nivel nacional por lograr los recursos (más de 140.000 millones de euros, a priori) que Europa va a poner a disposición del país para apoyar la recuperación pos-Covid.

Hace un par de semanas Kichi hizo una puntual reaparición en la que demostró vitalidad, rejuvenecimiento incluso, frescura. “Viene con ganas”, asegura su entorno. Y llega hoy, tres meses después, para coger las riendas de un ayuntamiento con serios problemas que gestionar en mitad de una pandemia que hace desangrar también al tejido económico de la ciudad. El fatídico año 2020 encara su recta final, y Kichi se presenta como la última esperanza a la que agarrarse para iniciar la remontada de una de las situaciones más difíciles que ha podido encontrarse la ciudad en su historia más reciente. El alcalde entra en escena por tercera vez. Se alza el telón.