Los hosteleros que regentan chiringuitos de playa en Cádiz dicen estar muy tranquilos porque la modificación del Reglamento General de Costas no afecta a ninguno de los establecimientos de la provincia "porque no hay ninguno que sea fijo".

En el real decreto que lo modifica desde principios de este mes de agosto desaparece la posibilidad de que haya instalaciones “fijas” donde se expendan alimentos y bebidas en los tramos de playa urbanos. Y la eliminación de la palabra “fijas” fue interpretada por el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Cádiz, Martín Vila, como que tendrán que ser desmontables y temporales, tal y como se establece originalmente en el reglamento para los tramos de playa naturales.

Es más, el edil dijo “recibir de buen agrado” que esa supuesta vuelta a la apertura tan solo en temporada estival presuntamente impuesta por el Ministerio de Transición Ecológica venga a coincidir con lo que defiende el Equipo de Gobierno de José María González en el Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES), todavía en trámite.

“Esa fijeza de los establecimientos que no permite la modificación del reglamento se refiere al tipo de construcción, a edificios de obra, anclados con cimientos en el terreno, hechos con ladrillos, del tipo de los que hay tantos en la costa de Barcelona, por ejemplo, que los hay hasta de tres plantas. Y todos los de la costa gaditana son desmontables”, explica Antonio de María, presidente de la Federación de Empresas de Hostelería de la Provincia Cádiz (Horeca).

“Esa fijeza que no permite la norma en los tramos de playa urbanos no se refiere a su temporalidad, al tiempo que permanecen abiertos a lo largo del año, que es algo bien distinto. Lo contrario a fijo es desmontable y en las playas de Cádiz todos lo son y están de manera eventual”, insiste e interpreta De María.

Otro chiringuito en la Playa de Santa María del Mar, de Cádiz.

El presidente de Horeca recalca que la modificación de la normativa no les afecta en absoluto. “Además, nada de esto se ha hablado con los miembros de nuestra organización que a nivel nacional forman parte de una mesa de trabajo del Ministerio de Transición Ecológica sobre estos asuntos”, añade.

Respecto a la intención del Ayuntamiento de Cádiz de limitar el montaje y apertura de estos establecimientos a la temporada estival, dentro del Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES), el portavoz de los hosteleros se pregunta: “¿qué impacto puede tener en el clima que un chiringuito esté abierto ocho meses en vez de doce al año?”.

“Empeñarse en que los chiringuitos sean temporales es ir en contra de las iniciativas que están defendiendo y llevando a cabo, por cierto, con mucho dinero público, desde la Diputación, la Junta de Andalucía y todos los Ayuntamientos, para que las playas mantengan servicios en el invierno para el turismo centroeuropeo y contribuir así a romper la estacionalidad. Si aquí en Cádiz, el Ayuntamiento dice estar trabajando, por lo contrario, por que se cierren los chiringuitos en invierno, ya no entiendo nada...”, remata De María.

Este periódico ha intentado contactar con el presidente en funciones de la Asociación de Empresarios Costa de Cádiz (AECC), que aglutina a gran parte de los hosteleros que regentan chiringuitos en el litoral de la provincia, así como con los dos titulares de las concesiones de al menos cinco chiringuitos en la capital gaditana.