Halcón Viajes retomó con éxito la idea del 'J. J. Sister'
Ideó un minicrucero que unía Cádiz con Canarias a bordo del Fortuny por sólo 260 euros
Hace más o menos un cuarto de siglo, el puerto de Cádiz tenía casi como crucero insignia al J.J. Sister, luego rebautizado como Juan J. Sister, a bordo del cual se realizaba el trayecto que unía para los pasajeros, casi en exclusiva, la península con Canarias. En aquel entonces, viajeros de varios puntos de España cruzaban el país hasta llegar a Cádiz en busca del Sister, gracias al cual, poder llegar, incluso con su coche, hasta tierras canarias.
Este tráfico fue decayendo a medida que los pasajes de avión iniciaban una disminución en sus precios hasta llegar al "low cost". Significó el final de la relación del J.J. Sister con Cádiz. Y fue en 2010 cuando la firma Halcón Viajes rescataba la idea poniéndola en práctica para disfrute de al menos ochenta o noventa viajeros que llegaron a realizar un minicrucero entre Cádiz y Canarias por precios irrisorios.
Halcón Viajes llegó a lanzar a la calle 25.000 folletos de publicidad de estos viajes a bordo del buque de Acciona Fortuny. Se hicieron presentaciones en distintos ámbitos de potenciales clientes que resultaron en una gran aceptación por parte del público andaluz de estos viajes de placer por precios que iban desde los 260 euros, tasas portuarias incluidas. Y ese precio con pensión completa a bordo y con la posibilidad de embarcar con un coche gratis. Tan buenas fueron las condiciones planteadas por Halcón Viajes y Acciona Trasmediterránea que las perspectivas de reservas superaron todas las expectativas.
Pero éstas se vieron mermadas ante la decisión por parte de Trasmediterránea de dedicar al Fortuny para un trayecto distinto al de Cádiz con Canarias, lo que significó el final de este minicrucero.
El viaje incluía siete días de trayecto, saliendo desde Cádiz los sábados a las cinco de la tarde. Sobre las once de la noche del domingo se llegaba a Arrecife y, desde allí, en días posteriores se visitaban los puertos de Las Palmas, Tenerife, La Palma, Puerto Rosario, y de nuevo, rumbo a Cádiz, a donde se llegaba a las diez de la mañana del viernes.
El barco contaba con piscina, cine, spa, discoteca lo que convertía el trayecto en todo un crucero de placer.
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