El Ministerio de Fomento espera recuperar en "las próximas semanas" el ritmo de instalación de las dovelas que conforman el tramo atirantado del puente de la Constitución de 1812, según indicaron fuentes de este departamento a Diario de Cádiz. Mientras que las obras en el resto de esta infraestructura avanzan a buen ritmo, cumpliendo el calendario previsto hace ya unos meses, los trabajos en el tramo atirantado, el de mayor proporciones (1.180 metro de longitud) y el más complicado de ejecutar, se han visto afectado por diversos problemas que han provocado un importante retraso en su ejecución.

Reconoce Fomento la dificultad técnica que tiene una obra como la que hay que realizar para la instalación del tablero del tramo atirantado, conformado por 61 dovelas (con un peso que oscila entre las 500 y 900 toneladas cada una y una longitud variable entre 15 y 20 metros). "Las dimensiones de la obra y de los pesos de las dovelas implican el empleo de medios auxiliares y métodos de ejecución no convencionales, algunos desarrollados exprofeso para la obra especialmente en el tramo atirantado, donde además las operaciones de izado de dovelas y soldaduras deben responder a unos requerimientos técnicos de colocación y ejecución de gran precisión".

En este sentido, se destaca que la instalación de las primeras dovelas, fase en la que se encuentra actualmente, "son las que presentan mayor dificultad en las soldaduras por el tamaño y grosor de las chapas, al ser las de mayor peso, por lo que exigen las mayores cautelas y menor tolerancia en su ejecución". Y ha sido en la instalación donde se han localizado los problemas técnicos que más han afectado al calendario de la obra.

La primera de las dovelas, la número 0, se izó a principios de noviembre de 2012 en la pila número 13, la que se ubica en suelo del Bajo de la Cabezuela. Poco más de un mes más tarde se izó la dovela 1D que tuvo que volver a bajarse por no encajar con la dovela 0. Por si fuera poco esta incidencia, durante el proceso de descenso de la estructura se rompió la grúa dejándola colgada a 30 metros de altura hasta que unos días más tarde se pudo bajar utilizando dos grúas auxiliares. Esta dovela se volvió a izar a mediados del pasado mes de enero.

A la hora de explicar los problemas localizados en este proceso, el Ministerio de Fomento destaca que en el diseño del puente se planteó una alteración (deformada, según la terminología técnica) teórica de la infraestructura que tuvo que recalcularse posteriormente "debido a que era necesario introducir refuerzos en cada pieza para la fase en construcción". Sin embargo, las dovelas se fabricaron con los datos de la alteración primitiva. Debido a estos cambios, cuando se procede al izado de la segunda de las dovelas "existen dudas de si la posición relativa de ésta respecto de la dovela 0 es admisible o no para encajar el puente con la nueva deformada". Así, reconoce Fomento "no se puede empezar a soldar".

Solventado el primer problema, se inicia la soldadura con el procedimiento de soldeo en altura. Los trabajos se inician "y en el proceso de control de las mismas se detectan múltiples defectos. Ello ocasiona la revisión y cambio de procedimiento de soldaduras ya que la pieza está muy embridada (no permite movimientos de sus bordes con las dilataciones térmicas propias de la soldadura)". Ante esta situación se levantan las soldaduras ya realizadas y se define un nuevo procedimiento de soldeo para esta situación. Reparados los bordes, ya se ha comenzado a trabajar con este nuevo mecanismo lo que permitirá, según Fomento, agilizar los trabajos del tramo atirantado.

Pero en esta fase del trabajo se ha encontrado también con la sorpresiva salida del proyecto de la firma OPT, encargada de la construcción del 25% de las dovelas encargadas por Dragados, la adjudicataria de las obras del segundo puente. El resto están asignadas a TECADE, que ejecuta la mitad de las estructuras, y a MEBUSA, que hace el resto. Según Fomento ya están fabricadas el 75% de las 61 dovelas por lo que la marcha de OPT no afectará al desarrollo de los trabajos.

Directamente relacionadas con la construcción del tramo atirantado se encuentra también la instalación de los pilonos, unas especies de pilares sobre los que se anclarán los tirantes que servirán de agarre al viario.

En este caso, desde el Ministerio de Fomento se destaca que "desde mayo de 2012, fecha en la que el contratista se comprometió a reiniciar los trabajos en este tramo, se han recrecido los pilonos de tierra (en la pila 12) y de mar (en la pila 13) en 30 y 20 metros respectivamente quedando en cada una de ellas aún 20 y 30 metros más".

Más allá de estos problemas, la construcción del segundo puente sobre la Bahía de Cádiz avanza a un ritmo excelente, tras los dos parones veraniegos sufridos durante la anterior etapa de gestión del PSOE, en la zona del viaducto de acceso a Cádiz, que se construye mediante el sistema de empuje desde el estribo gaditano. En marzo de 2012, cuando la ministra visitó la obra por primera vez, apenas se habían empujado 84,7 metros. Hoy ya se han empujado 516 metros quedando únicamente 65 para llegar a la pila 9, donde se instalará en su día el tramo móvil, ya construido en terrenos del Bajo de la Cabezuela y que será transportado a la zona de izado en una barcaza.

En cuanto a las obras en el enlace del Río San Pedro, destaca Fomento que "la situación más conflictiva de afección al tráfico de entrada y salida de Cádiz finalizó el pasado 31 de enero", por lo que lo que queda por ejecutar incidirá sustancialmente menos a la circulación. Se espera que, salvo inclemencias del tiempo, se puedan abrir al tráfico con dos carriles por sentido a principios del mes de abril, para lo que se está trabajando también en horario nocturno.

El Ministerio de Fomento considera que las obras podrían terminar a finales de este año o como mucho en el primer trimestre de 2014. Con todo, a partir de ese momento serán necesarios ejecutar obras como el pintado y la instalación de diversos servicios antes de poder abrir al tráfico el que será el tercer acceso a la capital gaditana.