Obituario

Fallece el Doctor Evaristo Fernández Ruiz, profesor y jefe de Nefrología del Clínico de Puerto Real

  • "Gracias a su generosa dedicación, nuestra Universidad de Cádiz y nuestra sociedad se han enriquecido con los resultados de los proyectos que él ha desarrollado en la especialidad de la Nefrología"

El Doctor Evaristo Fernández Ruiz, profesor y jefe de Nefrología del Hospital Universitario de Puerto Real.

El Doctor Evaristo Fernández Ruiz, profesor y jefe de Nefrología del Hospital Universitario de Puerto Real. / D. C.

A pesar de que conocíamos la enfermedad que padecía desde hace unos años, el fallecimiento del Doctor Evaristo Fernández Ruiz, profesor titular de Nefrología en la Facultad de Medicina y jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Puerto Real, nos ha causado una honda impresión a sus compañeros y alumnos. Todos hemos coincidido en que fue un excelente profesional de la medicina, cuya vocación cultivó desde la infancia. No es extraño, por lo tanto, que sus amigos lo trataran, desde muy pequeño, como lo que, sin duda alguna, llegaría a ser: un científico, un profesor, un investigador y, sobre todo, un médico. Con su noble pinta de sabio ensimismado, Evaristo era el arquetipo del hombre correcto y de trato cortés. Era, a la vez, abstraído y atento, y tenía algo de esa cortesía retraída de los pensadores, una manera de suavizar con el tono de voz el volumen de las cosas que sabía y una forma de mitigar con los gestos la autoridad con la que las decía.

Todos los que somos testigos de su entrega a la Universidad de Cádiz hemos experimentado no sólo una satisfacción compartida, sino que también sentíamos una honda alegría al comprobar cómo, paso a paso, este amigo cordial fue convirtiendo sus propósitos iniciales en una fecunda realidad vital. Evaristo era un esforzado corredor de fondo que, tras un duro y disciplinado entrenamiento, y respetando todas las reglas de juego, siempre luchó valerosamente para competir consigo mismo, poniendo a prueba las dotes intelectuales que lo acreditaban como un investigador tenaz, como un profesor entregado a sus alumnos y como médico comprometido con los pacientes. Gracias a su generosa dedicación, nuestra Universidad y nuestra sociedad se han enriquecido con los resultados de los proyectos que él ha desarrollado en la especialidad de la Nefrología.

La Facultad de Medicina se ha nutrido con sus clases teóricas y prácticas; los profesores nos hemos sentido estimulados con sus agudas reflexiones, con sus palabras oportunas y discretas y, también, con sus elocuentes silencios. Es posible que sus alumnos retengan en sus memorias, no sólo los amplios conocimientos científicos que les ha proporcionado y su permanente preocupación didáctica, sino también, su actitud atenta, disponible y servicial, su realismo, su sencillez y su laboriosidad.

Con su esposa, con sus hijos y con sus amigos sentimos una profunda pena. Que descanse en paz.

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