Entrevista al alcalde de Cádiz

Kichi: “Nunca he madurado seriamente continuar otros cuatro años”

El alcalde José María González 'Kichi', esta semana en el edificio del Ayuntamiento.

El alcalde José María González 'Kichi', esta semana en el edificio del Ayuntamiento. / Jesús Marín

José María González ‘Kichi’ ha vivido una semana importante al anunciar que no va a ser el candidato a la Alcaldía de su partido. En esta entrevista, realizada menos de 24 horas después de esta comunicación, muestra sus sentimientos en una conversación muy relajada en su despacho de Alcaldía.

–¿Se siente liberado?

–No es una cuestión de liberación. Estoy  muy contento porque he podido dar una noticia que es importante para mí, es importante para el proyecto político y lo he podido hacer como quería, donde quería y con quien quería, sin ningún tipo de interferencia. Eso es muy importante para mí porque es ponerle punto y final a ocho años de mi vida donde ha habido mucha energía, mucho tiempo, muchas ilusiones, muchos desvelos y mucho yo, mucho de mí metido en esos ocho años, por lo que el anuncio del final es algo muy importante y estoy muy contento porque hemos podido hacerlo como queríamos hacerlo y eso siempre es un motivo de alegría.

–¿Cuándo tomó realmente la decisión? ¿El momento ha respondido realmente a una decisión o a una estrategia?

–La decisión la tomamos en el 2015. Nos comprometimos ante notario a no estar más de ocho años en un cargo público y lo que ocurre es que llega el momento de dar cumplimiento a ese compromiso. Nos comprometimos también a una limitación salarial porque entendíamos que la limitación temporal unida a la salarial de alguna manera nos permitía que no nos convirtiésemos en lo que no queríamos convertirnos. Evidentemente, nadie está a salvo de la seducción del poder que tiene la política, ni yo mismo, y la mejor manera de evitar que un día nos miráramos al espejo y no nos reconociéramos era precisamente venir vacunados de casa. Cumplido ese tiempo llega el momento de dar cumplimiento a ese compromiso. Pero repito, es un compromiso que yo adquirí personalmente en 2015. ¿Qué es lo que pasa? Que a lo largo de estos años es verdad  que en algún momento fantaseas con la posibilidad de otros cuatro años más… ¿Y si la limitación temporal es un error? ¿Y si cuatro años más? ¿Y si, y si…? Pero son vaivenes que yo también creo que son necesarios para terminar de reafirmarte contundentemente que la decisión que tomaste en 2015 era la correcta. No era una decisión dogmática.

–Usted mismo ha ido sembrando la duda acerca de la posibilidad de continuar otros cuatro años más. ¿Eso era una estrategia para esquivar las preguntas de los periodistas?

–Sí sí, era para esquivaros, por supuesto.

–¿Me está diciendo que en realidad nunca se ha llegado a plantear formalmente estar otros cuatro años más?

–¿Realmente tenerlo reflexionado y tomar esa decisión? Nunca. Otra cosa es que haya abierto mentalmente varias posibilidades pero no es el caso de que lo haya madurado seriamente. Sí es verdad, y lo reconozco, ha habido una voluntad no malintencionada de tratar de esquivaros en las respuestas porque así nos permitíamos también tener el tablero político en su conjunto, poder conformar el tablero político actual y futuro y creo que no nos ha salido nada mal la jugada.

"Mi compañeros del Ayuntamiento y de partido han tratado de hacerme cambiar de opinión estos meses"

–Volvamos al año 2015 . Si pudiera regresar a ese momento, ¿se presentaría de nuevo a las elecciones para ser alcalde de la ciudad?

–Sin lugar a dudas. Es una responsabilidad muy dura y a lo largo de ocho años ha habido momentos de pasarlo realmente mal en lo político y en lo personal por el sufrimiento de no poder llegar a todos los sitios donde creía que era necesario, pero indudablemente también está salpicado de momentos enormemente felices. Pero sobre todo es un honor estar al frente de una ciudad y ostentar el cargo de alcalde de Cádiz, sobre todo de tu ciudad, de la ciudad que amas. Eso hace que todavía sea más bonito.

–¿Se ha sentido alguna vez agobiado por la popularidad? No poder estar en la calle sin que todo el mundo le mire o poder tomarse una cerveza sin que haya alguien que esté dispuesto a sacarle una foto debe ser muy complicado.

–No, hasta el punto de estar agobiado no. Lo que sí he echado muchas veces de menos es el anonimato. Hay un grado distinto entre lo que plantea y lo que yo digo. Hasta el punto de sentirte mal o agobiado no pero en muchos momentos he echado de menos los momentos aquellos cuando era un ciudadano anónimo. En los tiempos que corremos de redes sociales, de los móviles, pues en cualquier momento de desliz te sacan con media hucha fuera mientras estás tranquilamente tomándote algo. 

–Y andar por la calle o hacer un trayecto desde su casa a cualquier sitio imagino que tendría que multiplicar el tiempo habitual por la cantidad de gente que le pararía incluso en momentos familiares.

–Claro que me ha pasado. Haciendo la compra en el supermercado, en muchos sitios. El tema ha llegado al punto de hasta tener que coger taxis para venir a trabajar en muchos momentos porque voy con el tiempo justo de dejar a la niña en el colegio, al niño también y tengo una reunión, por lo que tengo que coger un taxi porque si me vengo andando sé que voy a tardar media hora o una hora más. Claro, el que viene y te presenta un problema no le puedes decir, “”señora, no le puedo atender que tengo una reunión”. Te tienes que quedar. Entonces una de las soluciones más diplomáticas que he encontrado es coger un taxi, en vez de utilizar el coche oficial y llamar a Miguel Ángel para que me vaya a recoger. Es un punto de decorosidad que sí he querido tener. 

Kichi se ríe en el transcurso de la entrevista. Kichi se ríe en el transcurso de la entrevista.

Kichi se ríe en el transcurso de la entrevista. / Jesús Marín

–¿Qué feedback, qué mensajes ha recibido en este escaso tiempo desde que ha anunciado su salida?

–Muy bonitos. No he recibido ninguno que sea malo si le soy sincero. Todos son bonitos. Desde mi gente más cercana, como mi madre que me dice “qué orgulloso estoy de ti”, mensajes también de compañeros y compañeras no de aquí, sino incluso de fuera de Andalucía, que me mandan mensajes de orgullo y de que están orgullosos de su compañeros. Son bonitos estos momentos y procuro retenerlos en la memoria por todo lo que queda por vivir.

–¿Han intentado hacerle cambiar de opinión en estos últimos meses cuando se iba acercando ese momento del anuncio?

–Claro que lo han intentado. Mis compañeros del Ayuntamiento y de partido lo han intentado pero quizás porque no tenían tan claro como yo la importancia que tiene y lo potente que es comunicativa y políticamente que un alcalde cumpla con su palabra y, a lo mejor, también un cierto miedo a lo desconocido, a lo que está por llegar, a ciertas inseguridades. Pero yo tengo muy claro que el proyecto que hemos consolidado en la ciudad es sólido, que tiene muchas potencialidades, que tiene futuro y tengo muy claro que tenemos bastantes posibilidades de volver a ganar las elecciones, aún sin mí, porque el trabajo que se ha hecho es muy bueno y tenemos muchos talentos.

"No me he sentido agobiado pero sí he echado de menos durante estos años el anonimato”

–Estos días se está destacando mucho lo de que usted ha cumplido con su palabra de estar ocho años en la política. ¿No cree que es llamativo que se esté valorando positivamente por algo excepcional?

–Es llamativo pero da buena muestra del punto de descrédito a la que ha llegado la política. Es increíble que un representante público que vive de promesas y compromisos se le felicite por cumplir su palabra. Es una paradoja pero es real. Da muestra del descrédito que ha caído la representación pública. Por eso es más necesario recuperarlo. Yo estoy convencido de que sin política estaríamos muchísimo peor y esto sería una jungla. Lo que quieren que esto sea una jungla y que sean otros intereses los que ejerzan de árbitro de los problemas y las necesidades que tienen las personas, precisamente reniegan de la política, de la ideología. Estos políticos que dicen hacer política sin ninguna raíz, sin ningún horizonte ni enfoque concreto, estos políticos que son apolíticos constituyen una amenaza peligrosísima para la sociedad porque no están utilizando los mecanismos de los que nos dotamos en la política para solucionar pacíficamente los conflictos y para alcanzar soluciones a los problemas por el simple hecho de estar vivos, los sociales. La desigualdad, los conflictos, los retos, los desafíos…

–¿Hasta qué extremo ha cambiado su vida esta experiencia? 

–Ha cambiado exponencialmente. Yo creo que te da la vuelta como un calcetín. Te sacude, te desarma, te construye pero la política ha hecho una versión mejorada de mí. Estoy muy contento de mi paso por las instituciones porque salgo convertido en una mejor persona de como entré, con los valores mas sólidos, con los mismos valores idealistas que entré. Sigo siendo igual de idealista pero ahora sé cómo conseguir esos sueños, ahora sé lo que hay que hacer y lo que no. Eso te da una posición bastante interesante por cómo te posicionas frente a los conflictos y a los problemas que te puedan surgir.

–¿Cómo se va a enfrentar ahora en estos meses hasta el final del mandato a lo que los americanos llaman el síndrome del pato cojo?

–(Risas). No es algo sobre lo que pueda leer ni aprender en ningún sitio y tendré que aprender solo, lo voy a intentar hacer con toda la naturalidad del mundo y estar al 200% hasta el 28 de mayo. No creo que lo vaya a llevar mal, ni como una tragedia ni con pena ni nada.

"Sigo siendo igual de idealista pero ahora sé cómo conseguir mis sueños y qué es lo que debo hacer y lo que no”

–¿Cuál ha sido su mejor momento y su peor?

–Esa pregunta me cuesta mucho trabajo responderla porque reducir a uno cada caso es muy complicado. (Piensa durante un tiempo….) Soy muy desgraciado y me siento muy triste cuando no puedo darle solución a un problema, cuando me doy cuenta que no está en mis manos. Algo que me ha hecho muy feliz en lo personal ha sido conseguir el tema de Valcárcel y de la Ciudad de la Justicia, porque ha habido mucho de personal ahí, de creer que el cinturón universitario es bueno para el barrio de La Viña y del Balón y todas esas frases son nuestras que las hemos acuñado aquí en esta misma mesa y la Ciudad de la Justicia para Loreto, el Cerro del Moro y Puntales. Creo que son dos proyectos que en lo personal me siento muy orgulloso de haber construido. Evidentemente el Museo del Carnaval cuando sea una realidad, será otro motivo de orgullo.

–Imagino que va a participar de manera muy activa en la campaña y el acompañamiento a la persona que venga a liderar el proyecto de Adelante Andalucía. De momento es David de la Cruz el que ha dado el paso. ¿Qué cree que debe tener esa persona?

–Tiene que ser una persona joven, como David de la Cruz, que ya ha dado el paso el frente. Cádiz es una ciudad joven, con fuerza, con ímpetu, con poderío, con hambre y ese espíritu tiene que encarnarlo obligatoriamente una persona joven porque las mayores pierden el punch. También una persona humilde que puede mirarle a la cara a las personas, una persona como nosotros, que viva en su barrio: el mejor de los consejos es que sea uno de los nuestros, como dicen los italianos, uno di noi. Y Lola Cazalilla va a estar integrada en la candidatura de David De la Cruz.

–¿Y qué consejo le va a dar?

–Le diría que no se acueste ninguna noche sin concluir lo que tenía que acabar para ese día. Que no deje para mañana lo que puede hacer hoy, porque si no las cosas se acumulan y ese descontrol no es bueno.

–¿Se ha sopesado en alguna ocasión que pudiera ser Teresa Rodríguez la candidata a la Alcaldía?

–Teresa Rodríguez es un cuadro político como la copa de un pino que lo mismo la pones en un sitio o en otro que siempre conecta y mueve. Teresa Rodríguez es un pura sangre. Pero ahora está en una responsabilidad que no es menor representando a la Junta de Andalucía con un partido que acaba de constituirse, que tiene que enraizar y que tiene que fortalecerse dentro del Parlamento de Andalucía. Algunas veces de cachondeo se lo hemos dicho pero de ahí a hablar en serio nunca.

"¿Que qué voy a hacer con las chaquetas? Ponérmelas porque además me sientan muy bien”

–Va a salir en el mes de junio. Si nos ponemos en el futuro, una vez que ha sido alcalde, ¿tendrá mas comprensión y empatía con las personas que estén en este despacho aunque no sean del mismo color político?

–Claro, eso lo practico al diario por ejemplo en la Diputación, donde comprendo a otro partido político que lo gobierna y trato de ser empático por sus decisiones y cómo lo hacen. Nunca he tenido problemas.

–Cuando llegaron ustedes iban respaldados por unas bases amplias que eran los círculos de Podemos. Sin embargo, ahora da la sensación de que eso se ha perdido y que el proyecto es menos participativo que antes.

–Es igual de asambleario y horizontal, lo que pasa es que está en un ciclo político diferente. El de Podemos de 2015 se acabó y cogió un momento de reflujo de los movimientos sociales y de la participación y ahora trae menos personas a las asambleas pero eso no quiere decir que sea menos participativo o colectivo. En cualquier caso, hay un número de militantes de Adelante que estamos en las instituciones y hay otros que no lo están que están apoyando y con los que celebramos asambleas y discutimos y tomamos las decisiones conjuntas.

–Esto suena a epitafio pero, ¿cómo le gustaría que le recordaran como alcalde?

–Como el alcalde que llevó a Cádiz al siglo XXI. El que le hizo descubrir la sensibilidad por el medio ambiente, el que hizo recordar la importancia de lo colectivo de lo común, de la comunidad y como uno de los nuestros. Me gusta mucho esa expresión.

–¿Qué visión tenía desde fuera de la gestión y del funcionamiento de una administración y qué fue lo que se encontró?

–Cuando estábamos fuera de las instituciones nosotros barajábamos la hipótesis de que era posible ensanchar los límites de lo institucional en favor de la gente. Cuando llegamos vimos que era posible ensanchar los límites de lo institucional pero las fuerzas contrarias que impedían esa elasticidad, esa expansión, estaban fuertes y consolidadas. Y no me refiero únicamente solo al o político, sino también en lo técnico. Cuando llegamos encontramos a un cuerpo técnico, y evidentemente esto no es una generalidad, que estaba muy en desacuerdo con expandir esos límites y muy acostumbrado a trabajar de una determinada manera. Ha sido muy difícil cambiar el ritmo y la dirección de la maquinaria municipal, más de lo que nos podíamos imaginar.

–¿Qué va a hacer ahora con las chaquetas?

–Ponérmelas porque además me quedan muy bien. Es muy gracioso porque yo antes solo ponía chaquetas en las bodas y en las reuniones importantes. Cuando empiezo a ponerme chaquetas todos los días sentía como si me quedaran súper grandes, hasta las mangas sentía que me quedaban grandes. Sin embargo, llega un día que sientes que te encaja, que te sienta bien y la transformas como en una armadura. No sé si necesitaré armadura para el futuro. Lo guay es que si en el futuro me apetece ponerme una chamarreta de cuero por la mañana, me la podré poner y no será obligatoriamente una americana.

–Ya ha dicho que va a volver a dar clases al Instituto Virgen del Carmen de Puerto Real, que es donde tiene la plaza. ¿Ha echado de menos durante todos esos años su profesión?

–Sí pero no por decir que no quiero estar aquí sino allí, Es más bien por nostalgia, saudade. He echado de menos la tiza, estar  con mis alumnos, enseñarles y aprender con ellos. Tenga en cuenta que yo llevo trabajando con chavales toda mi vida porque desde que estaba en la parroquia de La Pastora, con 15 años, no he dejado de estar con chavales toda mi vida. Desde entonces no he parado nunca. Sí es verdad que he muchas veces he sentido nostalgia de la tiza. Lo bueno es que sabía que iba a volver algún día.

–¿Y ahora va a tener que estudiar mucho para su regreso?

–Bueno, procuro mantenerme actualizado y que no se me queden oxidados los conocimientos pero evidentemente voy a tener que estudiar y ponerme al día pero sobre todo de los procedimientos administrativos de los institutos, cómo funcionan por dentro, de los objetivos ,evaluaciones, etcétera, que hace diez años que no piloto.

–Si habláramos de proyectos concretos cuál cree que es el sello que va a dejar en la ciudad?

–Sin duda en materia de movilidad, el carril bici y el nuevo paradigma de movilidad en la ciudad; el tema de los derechos y los cuidados, que no se le corte a nadie la luz y e agua en la ciudad es muy importante; la gestión de los dineros públicos, la reversión de la deuda, el pago a los proveedores es otro sello distintivo y hemos demostrado que gestionamos mejor que ellos; la apuesta tan firme que hemos hecho por la formación y la inserción laboral desde el IFEF,. Le hemos dado un giro de 180 grados al IFEF que hay ahora y con el que nos encontramos; y todo el tema del compromiso con el cambio climático. Hoy mismo, esta mañana, veía el último borrador del Plan de Acción del Clima y laEnergía, el PACE, que vamos a presentar desde el Ayuntamiento y que va a ser una hoja de ruta en cuanto a la estrategia que tenga que hacer la ciudad de Cádiz en cuanto a mitigación y adaptación al cambio climático. Somos la primera ciudad de la provincia y va a ser un documento muy replicado en otros lugares.

–¿Confluencia sí? ¿Confluencia no?

–Nosotros en Cádiz hemos sido un ejemplo de unidad con lo que viene siendo habitualmente un gobierno de coalición, y me remonto a la coalición PSOE-IU en el Gobierno de la Junta o en el Estado con PSOE y Unidas Podemos. Yo creo que en Cádiz, algunas veces con nuestros mas y menos, porque hay que pensar que aunque estemos de acuerdo en un 95% en los programático, hay distintas formas de pensar, distintas formas de llevarlo a cabo y eso genera fricciones y desacuerdos. Pero a pesar de ello hemos sido bastantes ejemplares en nuestra forma de construir sobre la marcha la propia unidad y como nosotros entendíamos la unidad, poniendo a Cádiz por delante de las cuitas. Ese modelo deberíamos seguir reeditándolo para el futuro porque es una opción que ofrece mas garantía desde el punto de vista electoral y ofrece más seguridad a la gente de izquierda progresista  que quiere una sola papeleta cuando acude a votar.

–¿Va a volver a la comparsa? ¿Lo veremos de nuevo en el Falla?

–El miércoles lo hablaba con algunos amigos de la comparsa que estuvieron en el acto de despedida. Yo veo difícil volver al Carnaval, o por lo menos al COAC, porque yo no quiero que ninguna comparsa en la que yo salga se sienta ni beneficiada ni perjudicada. En este caso creo que sería perjudicada por el hecho de que el ex alcalde saliera en ella. Cuando ya el anonimato haga su efecto y si tengo voz, me podría plantear salir o no. Pero no está dentro mis prioridades ahora mismo salir, por lo menos en el COAC. A lo mejor para una ilegal no digo que no y salgo con el Porqui (risas).

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