Emilio López Vergara y el legendario Café El Parisién de Cádiz

La figura de Emilio López Vergara, estuvo unida a la historia de la hostelería gaditana gran parte del siglo XX. Emilio nació en Cádiz en julio de 1924. Fue el tercero de los seis hermanos, su padre ya tenía el histórico Bar El Liba, en la calle Ancha, uno de los negocios actualmente mas antiguos de dicha calle.

Emilio estudió sus primeros años en el colegio de la Salle. Desde muy joven, a la edad de 13 años, comenzó a trabajar en el local de su padre porque ya desde muy niño le atrajo el negocio de la hostelería donde veía a su padre a diario moler el café. Así, comenzó a trabajar con algunos de sus hermanos en el Bar El Liba. Tras unos años donde aprendió la profesión, se independizó.

En 1956, compró a Eugenio Morán El Café El Parisién, en la plaza de San Francisco. Al adquirirlo, conservó la decoración arabesca, las molduras de sus techos y la marquesina de la entrada, que fue encargada por un antiguo propietario del citado local, Carlos Derqui. El café se inspiró en los cafés de Marruecos de esa época.

En El Parisién comenzó con su hermano Ángel y con uno de los camareros del Bar Liba, Antonio San Sabas, este último todavía recuerda aquellos comienzos. Más tarde, Ángel se marchó a El Puerto Santa María donde abrió otro negocio, por lo que Emilio se quedó al cargo de El Parisién, junto con dos camareros que llegaron a formar parte del mítico local, Pepe Ortega y Pepe López.

En 1956 se casó con Charo Otero y tuvo una hija, Chari. Su mujer también colaboraba en la cocina y en la compra de los productos. Se hizo muy famosa, entre sus tapas, la ensaladilla de pescado.

El Parisién fue el centro de la vida social gaditana durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX. Era el lugar donde todo el mundo pasaba al mediodía para un café o tomar el aperitivo.

Así, entre su fiel clientela se encontraban Félix Bragado, Tomás y Antonio Lacave, Juan Antonio Ollero, Catete Durio, Antonio González-Santiago, Manolo Paredes, Jesús Ascorve, Jesús Gracia, Nino Rodrigo, Manolo Cano-Manuel y Antonio Vela Barca, entre otros. La familia Trueba, por su cercanía con el estanco en la plaza de San Francisco, estuvo muy ligada a la vida de El Parisién. También los turistas que se hospedaban en el Hotel Francia y París pasaban por el establecimiento a diario a desayunar o a tomar el aperitivo.

En un comedor interior del local, con capacidad entre 20 a 30 personas, era el lugar donde se organizaba las comidas. En la época navideña, se organizaba una comida de navidad, donde se sorteaba una paleta de jamón. También acudían a diario diferentes personajes de la época, como Antonio El Limpia, que se dedicaba a la venta ambulante de loterías.

El local fue el centro donde se hacía muchos negocios, corretajes, intermediaciones y también un lugar donde se intercambiaban conversaciones y se opinaban de todos los temas de actualidad. Todo ello dentro de la idiosincrasia que caracteriza a la ciudad.

Emilio, gracias a su discreción y profesionalidad, tuvo la gran habilidad de congregar una gran diversidad de personas y reuniones. El local se mantuvo abierto con su dirección hasta 1994, año en que se jubiló. Emilio López Vergara falleció el 25 de abril del 2004.

Agradecimiento por la colaboración y fotografía a su hija Chari López Otero.