Salud

Eduardo González Mazo dimite como presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer en Cádiz

  • Un año después de su nombramiento, deja el cargo por incompatibilidad con el desarrollo de su actividad laboral

Eduardo González Mazo, en un acto de la Asociación Española contra el Cáncer.

Eduardo González Mazo, en un acto de la Asociación Española contra el Cáncer. / Lourdes de Vicente

Eduardo González Mazo deja este viernes, 1 de abril, su cargo como presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer en Cádiz. En una carta que ha querido hacer pública, muestra su pesar por no poder ejercer como presidente como debiera y quisiera debido a su actividad laboral, que le resta tiempo para dedicarse al cien por cien a esta importante asociación que ayuda a los enfermos de cáncer y sus familias en la provincia.

En las siguientes líneas reproducimos la misiva que ha querido transmitir a los socios de la AECC:

"Estimadas compañeras y compañeros:

En estos días se cumple un año desde que acepté la responsabilidad de ser presidente provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Cádiz. Una tarea cuyo contenido y dedicación desconocía y que abordé con una grandísima ilusión y esperanza. Desde un comienzo, avancé los problemas que podrían surgir como consecuencia de mis ocupaciones laborales y mi preocupación por el tiempo que necesitaría disponer para un correcto desempeño de las funciones inherentes a la responsabilidad que adquiría. Las personas que me pidieron que aceptase, me animaron a rodearme de un equipo que me acompañase y me ayudase en esta labor. Agradezco a los órganos de gobierno nacionales y muy especialmente al presidente nacional la confianza que depositaron en mí, al proponerme esta responsabilidad.

Siempre que he abordado en mi vida una responsabilidad, lo he hecho con la máxima honestidad y autoexigencia, intentando entregarme al máximo para continuar y mejorar, en la medida de lo posible, el trabajo realizado. Nunca he mirado para otro lado, no me he conformado con lo obtenido y siempre he planteado y desarrollado nuevos objetivos, nuevos retos. En la AECC, el propósito que se espera de un órgano de gobierno, en este caso de nuestra junta provincial, es el de aliviar y evitar, en la medida que sea posible, el sufrimiento en las personas producido por el cáncer, cualquiera que sea su lugar de residencia y sus circunstancias personales. Un propósito en el ámbito de la salud que me ha exigido, más si cabe en mi ámbito de responsabilidad, el máximo respeto y compromiso. Para el cumplimiento de este objetivo se les encomiendan a las sedes provinciales funciones de liderazgo estratégico, gobernanza, garantizar la gestión responsable, representación y comunicación institucional y rendición de cuentas a la sociedad. Un conjunto de actuaciones que necesitan de una dedicación y de un compromiso importante y que dependen en gran medida de los objetivos y retos que para su consecución cada consejo provincial se plantee.

Durante este año he contado con un grupo de mujeres y hombres que han trabajado con cariño y con gran ilusión y que han conformado el Consejo Provincial, y las que han conformado también las juntas locales. Personas que han trabajado de manera honesta, generosa, comprometida y desinteresada, algunos de ellos bajo circunstancias complicadas, por el desarrollo de las funciones que tenemos encomendadas. Hemos trabajado con intensidad e implicación, incluso hemos aprobado un plan director alineado con el plan estratégico de la asociación para los próximos tres años. Muchas gracias por vuestro trabajo y por el que habéis realizado anteriormente desde las sedes locales, llevando a cabo un conjunto importante de actuaciones. Muchas gracias también a todo el personal laboral que forma parte de la estructura, por su trabajo y dedicación a los enfermos de cáncer, por ser verdaderos garantes de la misión de nuestra asociación y a todos los socios, voluntarios y participantes en nuestras actividades, verdaderos colaboradores en la tarea de atención a los enfermos de cáncer.

Gracias a todas las personas y colectivos, administraciones, instituciones y empresas, y a los medios de comunicación, que han colaborado tan activamente en las tareas que hemos realizado. Y muchas gracias, muy especialmente a todas y todos los enfermos, por su ilusión y esperanza, su confianza y comprensión y por su testimonio y ejemplo de vida. Gracias a todas y todos.

Cuando terminé mi etapa en el rectorado volví a mi ocupación habitual en la facultad de Ciencias del mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz, donde actualmente imparto docencia teórica, prácticas de laboratorio y realizo tareas de investigación. Son las obligaciones que juré cumplir fielmente como funcionario público en mi toma de posesión de profesor titular de universidad, y posteriormente como catedrático. También en unos meses cumpliré dos años como director del departamento de Química Física. Estas actuaciones que intento desempeñar con la mayor profesionalidad, ocupan la mayor parte de las horas de cada uno de mis días.

Siempre he pensado y actuado con el convencimiento de que el éxito de un proyecto se basa en la dedicación y presencia del líder, debe ser el que llega primero y se va el último, el que impulsa los proyectos y el que siempre se encuentra disponible. No es una cuestión de estar omnipresente, de no saber delegar, es una cuestión de estar implicado y trabajar como el que más. El desarrollo de toda mi actividad laboral impide que destine el tiempo que considero necesario para avanzar en el proyecto que nuestra sede provincial merece y necesita. El proyecto de prevenir, acompañar, ayudar, orientar, aliviar y evitar las dificultades que encuentra en el camino un enfermo de cáncer, independientemente de su lugar de residencia y de sus circunstancias personales. Aunque es por una digna causa, honestamente no puedo restarle a mi actividad laboral el tiempo que bajo mi criterio requiere mi responsabilidad como presidente. Un proyecto tan apasionante e ilusionante como éste necesita una dedicación en cuerpo y alma que yo no puedo darle. Durante este año he trabajado todo lo que he podido, pero a veces es un querer y no poder. Aunque no me falta empuje e ilusión, y tengo constantemente a la asociación en el pensamiento, sí me falta tiempo.

Por ello le he comunicado a nuestro presidente que dejo el cargo este 1 de abril de 2022. Ha sido una decisión meditada. Lo dejo con tristeza, me alivia un poco, al menos, haberlo intentado. Pido disculpas a todas y todos, pero quiero ser honesto con todos y conmigo mismo. Muchas gracias de nuevo a mi mujer y a mis hijos, que siempre me acompañan.

Un fuerte abrazo, Eduardo González Mazo".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios