Los dos principales partidos de la izquierda, PSOE e IU, volverán a cambiar una vez más a sus candidatos para las próximas elecciones municipales. Desde que en el año 1995 Carlos Díaz saliera de San Juan de Dios tras no ser elegido por su propio partido para ser el candidato en los comicios que ganó Teófila Martínez, estos dos partidos no han conseguido dar con la tecla en 20 años. Salvo el socialista Rafael Román (2003 y 2007) y el izquierdista Sebastián Terrada (2007 y 2011), que consiguieron ser candidatos en dos elecciones consecutivas, en el resto de los comicios se ha intentado tocar una tecla distinta en la que salía la misma nota desafinada porque en ningún caso ha llevado al PP a tener cerca la posibilidad de perder la mayoría absoluta.

No sólo es que los resultados en la mayoría de los casos fueran muy pobres, sino que además en cada período entre elecciones, los grupos municipales de estos partidos se iban haciendo el harakiri repetidamente.

Por ejemplo, Izquierda Unida dilapidó los mejores resultados que ha obtenido en toda su historia a causa de las divisiones internas. Con Fernando Santiago a la cabeza consiguió cinco concejales en las históricas elecciones del cambio del PSOE al PP en 1995. Pero a lo largo de los cuatro años lo que era una fortaleza se convirtió en una división interna que también se llevó al exterior. Eran los tiempos en los que nació dentro de Izquierda Unida la corriente Nueva Izquierda, que estaba representada en el Grupo Municipal por tres ediles, con Fernando Santiago entre ellos. La otra facción era la oficialista de IU con Jesús Gargallo a la cabeza. La potencia del grupo era indudable y tenía mucho peso cualitativo pero al final los tres críticos pasaron al grupo mixto y se dividieron. A partir de entonces han pasado una larga travesía en el desierto donde han llegado a estar con un solo concejal y que sólo ha podido remontar en las de 2011. Ahora Martín Vila y David Navarro se enfrentan en las primarias para tomar el testigo de Terrada.

En el PSOE, con un análisis resultadista, está claro que el harakiri se lo hicieron antes de las elecciones. Un alcalde Carlos Díaz muy debilitado tanto en popularidad ciudadana como dentro de su partido, con un grupo municipal totalmente dividido, quería seguir a pesar de todo. En un partido acostumbrado al poder de las familias y donde Carlos Díaz tenía un nulo poder orgánico, fue sustituido por Fermín Moral, un hombre que había hecho carrera en la Junta de Andalucía. La ola de cambio y las propias decisiones de los socialistas le hicieron pasar de los 14 concejales y una mayoría absoluta raspada a siete y al banquillo de la oposición, de la que no han salido aún.

Lo peor es lo que vino después ya que varios de los ediles que habían sido elegidos se marcharon, entre ellos el propio Fermín Moral, Federico Pérez Peralta y Rafael Garófano. El mensaje a los votantes no era muy bueno.

Se dice que el humano es el único animal que tropieza en la misma piedra dos veces. En este caso sería el PSOE, porque con un cambio radical puso a María de la O Jiménez, que llevaba varios años de delegada provincial de Salud, como candidata a la Alcaldía de Cádiz. El rodillo del PP era tremendo y el PSOE sacó los peores resultados de su historia con sólo seis ediles. De nuevo hubo desbandada general, empezando por la propia María de la O Jiménez. De los seis que tomaron posesión como ediles, sólo llegaron al final José Pettenghi y Adela del Moral.

En Rafael Román, entonces presidente de la Diputación, el PSOE encontró un buen candidato. La pega es que fue obligado a presentarse. No obstante, tenía claro que no podían seguir dando la imagen de falta de compromiso y puso coto a las huidas. El que entrara se tenía que comprometer a aguantar los cuatro años de mandato, algo que sí se cumplió. Román consiguió en 2003 los mejores resultados del PSOE en la oposición, con ocho concejales, resultado que repitió cuatro años después, pero muy lejos del peso que se le supone a un partido como este.

Con Marta Meléndez se volvió a perder un concejal y el grupo municipal se dividió en dos bandos por su enfrentamiento con Fran González que culminó con la victoria de este en el Congreso y la dimisión de Meléndez como portavoz. Este duelo no se va a repetir en las primarias socialistas ya que el único que concurrirá será González.