La Orden Ministerial de Sanidad publicada en el Boletín Oficial del Estado este miércoles, sobre el uso obligatorio de las mascarillas a partir de este jueves, como protocolo en el proceso de desescalada para combatir la pandemia del coronavirus, puede condicionar de forma significativa el próximo verano hasta tal punto que, según el documento oficial del BOE, la mascarilla se convertirá en un elemento habitual en la playa.

Por muy descabellado que pueda parecer llevar puesta una mascarilla en la arena o en el agua, lo cierto es que el artículo 2 de la referida orden especifica el uso obligado para personas de seis años en adelante, con las únicas excepciones de quienes presenten dificultad respiratoria que pueda verse agravada, cuando resulte contraindicado por motivos de salud justificados o en el caso de discapacitados o dependientes que presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización, para el desarrollo de actividades en las que, por la propia naturaleza de éstas, resulte incompatible el uso de la mascarilla y, obviamente, a causa de fuerza mayor o situación de necesidad.

En cuanto a los espacios en los que será obligatorio el uso de la mascarilla, el artículo 3 apunta a “la vía pública, espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros”.

Así las cosas, en principio parece evidente que aguarda un verano en el que la mascarilla será un elemento más, como la sombrilla, en las playas, de obligado cumplimiento si no se regula el acceso a las mismas y se producen situaciones de aglomeración.