Cada vez que el viento sopla con más fuerza de lo normal se repiten las escenas. Contenedores volcados, o arrastrándose por mitad de calles y avenidas, o empotrándose contra algún vehículo. Y en Cádiz, el asunto de la fuerza del viento es un fenómeno que se repite con cierta insistencia. No ha podido tener acceso este periódico a datos concretos relacionados con las actuaciones dirigidas a retirar de la vía pública contenedores volcados o desplazados, o con partes de daños en vehículos u otras propiedades ocasionados por golpes de contenedores movidos por el viento. Pero sirva como ejemplo la relación de incidencias que se registraron a finales de noviembre, en una madrugada donde el viento sopló con fuerza.

Aquel día, madrugada del viernes 28 de noviembre, los efectivos tuvieron que emplearse a fondo con estos elementos de recogida de residuos. Así, fuentes municipales informaban entonces que se había actuado en Cortadura -donde además resultaron dañados varios vehículos-, en el Campo del Sur, en la Avenida de la Bahía, en Sagasta, en la Avenida Juan Carlos I, en Marianista Cubillo, en Cruz Roja Española o en Santa María dela Cabeza, entre otros.

Ante esta insistencia con los contenedores, cabe la posibilidad de preguntarse si no existe ningún sistema, aparato o mecanismo que afiance el contenedor al espacio que tiene que ocupar y evite estos desplazamientos cada vez que sople el viento con algo más de fuerza. Y así, por ejemplo, se localizan algunas empresas dedicadas a la fabricación de mobiliario urbano que cuentan entre sus productos que sistemas de sujeción de contenedores. Una de ellas, por ejemplo, anuncia "novedosos sistemas patentados que impiden el desplazamiento de los contenedores por acción del viento, el agua, las pendientes de las calles y otras circunstancias", permitiendo además sin dificultades la carga lateral del contenedor al camión corrrespondiente (como se realiza en la ciudad desde hace años).

En fotografías, el sistema es tan simple como una especie de abrazadera en cuyo interior se introduciría el contenedor, permitiendo así que pueda ser levantado y bajado cuando el camión realice la recogida.

La puesta en el mercado de este tipo de dispositivos ya ha sido aprovechada por algunas ciudades españolas, que están implantando estas medidas para evitar el continuo desplazamiento de estos recipientes. Es el caso, por ejemplo, de la isla de Arosa, en Pontevedra, donde hace ya unos años instalaron estos sujetacontenedores, que según la información publicada entonces por la prensa gallega necesitaron de una inversión de 12.760 euros para la adquisición e instalación de ochenta de estos mecanismos.

Los mismos dispositivos se instalaron también en Zaragoza, donde además el Ayuntamiento y la empresa concesionaria del servicio de recogida de basuras analizaban otras fórmulas para un determinado lugar donde el problema con el fuerte viento (el cierzo, se le denomina allí) no ha acabado.

Por su parte, en el caso de Cádiz, fuentes municipales remarcan que el movimiento de los contenedores se produce al levantar la tapa el viento, "creando un efecto vela que desplaza el contenedor". Pero para el Ayuntamiento, "el anclaje no es una solución ya que los camiones deben cargar estos contenedores levantándolos del suelo". En su lugar, sí señalan que se colocan arcos en los laterales de los contenedores para evitar, en la medida de lo posible, esos desplazamientos. "Y en los días de fuertes vientos, son los propios operarios los que vuelcan los contenedores por la mañana, cuando aún están vacíos, para que no se desplacen", aseguran desde el Ayuntamiento.