A vivienda que hoy visitamos es una casa singular y diferente a las anteriormente publicadas, tanto por su distribución como por su decoración. Se halla ubicada en la calle Ancha, de Cádiz, y precisamente por eso la eligieron sus propietarios, Manja Kollmann y Stefan Pasternak.

Tras adquirir la vivienda se pusieron en manos del estudio Pujol, Cruz y Pizarro Arquitectos. Para este estudio su objetivo era reformar la casa donde vivió el músico mas importante nacido en esta ciudad, sin alterar el aroma de una casa gaditana del siglo XVIII.

La conservación y adaptación de materiales y carpinterías originales de la casa fue uno de los objetivos de su arquitecto. La permanencia de sus suelos de baldosas hidráulicas en toda la casa, la restauración de carpinterías de galería de patio, la recuperación de la cerrajería de la puerta y el mantenimiento de la viguería de madera original vista han logrado conservar el ambiente de la casa gaditana del mejor siglo de esta ciudad.

La recuperación del amplio espacio ordenado por los tres grandes huecos a la calle Ancha ha conseguido adecuarse a la escala original de la vivienda insertando el salón-comedor-cocina en una única estancia donde se desarrolla la mayor parte de la vida de sus propietarios.

La amplia galería se ha aprovechado, conservando la carpintería de madera completa, para ubicar los dos baños de la casa. De esta forma, estos espacios disfrutan de una ventilación natural, luminosidad y espacialidad impropias de estos usos que nunca suelen ser muy agraciados en la distribución de una vivienda.

La casa tiene una superficie de 110 metros cuadrados repartidos en un salón, comedor, cocina, estudio y dos baños.

La entrada da la bienvenida con una amplia galería que comunica con las diferentes estancias de la casa.El salón, comedor y cocina se encuentran en una misma estancia, tras eliminar varios tabiques y crear un único espacio. Es el lugar más vivido, donde la dimensión de sus espacios y su altura y ventanales a la calle lo convierten en amplio y luminoso.

La cocina la ocupa un mobiliario de madera color gris oscuro. En la parte central se encuentra la isla, del mismo color, con la encimera de gres porcelánico. Junto a la cocina se encuentra el comedor, protagonizado por una mesa circular de madera de roble junto con un grupo de sillas del diseñador español Jaime Hayon. En la parte central cuelga del techo una lámpara del diseñador de iluminación danés Louis Weisdorf.

En el otro extremo de la estancia se ubica el salón. Cuelga de una de sus paredes una gran fotografía de las montañas Dolomitas del fotógrafo italiano Schgaguler. Su espacio lo ocupa un sofá de original diseño, de color beige y gris. junto a una pareja de mesas, una de madera y otra plateada con soporte de metal dorado de diseñador Philipp Mainzer.

El estudio lo preside un espejo circular de gran tamaño con el marco de hierro junto a una mesa de madera de castaño con la tapa lacada en negro y una silla Thonet austriaca de la etapa Bauhaus en acero y rejilla de mimbre. Una de sus paredes esta ocupada por una librería realizada con repisas de madera y soporte de hierro, sobre la cual se apoyan libros y elementos decorativos.

El dormitorio lo ocupa una cama con baldaquino con cabecero de lino tapizado en rojo rosado. A ello lo acompañan en los laterales una pareja de apliques daneses de bronce con tulipas de cristal En los baños se combina el revestimiento verde de sus azulejos con el gris de sus paredes. A ello lo acompañan muebles lacados en blanco.

Esta intervención arquitectónica ha venido acompañada de un interiorismo de la mano de sus propietarios que ha conseguido un equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo bastante interesante. Su cuidada iluminación ha favorecido el equilibrio.