Carlos Them, un austriaco al servicio de la relojería gaditana

Carlos Them nace en Austria en 1902. Tras estudiar relojería en Pforsheim, en la fábrica de Kienzle en Alemania, vuelve a Austria. Ya en la ciudad austriaca decide establecerse en Méjico, por lo que llega a Cádiz y mientras espera el viaje a Méjico se hospeda en una pensión en la calle Veedor. Allí conoció a muchos estudiantes de Medicina y con ello inició el aprendizaje del español. Llegó un domingo de piñata de Carnaval y se quedó maravillado con Cádiz, con sus gente y con su solidaridad. Estando en la ciudad, va a ver a unos parientes suyos alemanes, que tenían una relojería en la calle Ancha 16, para saludarlos.

Esta relojería alemana de sus parientes fue fundada en 1858 por Teodoro Hartmayer; seguidamente el negocio pasaría a Henry Klussman. Dicha relojería se encontraba ubicada en la calle Ancha, en el edificio que hasta hace poco ha ocupado el Rectorado de la Universidad de Cádiz.

El dueño le ofrece un puesto de trabajo por lo que decide quedarse en Cádiz y, en 1925, comienza a trabajar con su pariente en la Relojería Alemana y se olvida del viaje a Méjico.

Pronto, con sus conocimientos, agrado y buenas maneras se ganó el respeto de sus parientes y del público.

En 1927, su propietario Henry Klussman se retira y le ofrece el negocio a su pariente, con lo que Carlos Them se queda como dueño de la Relojería Aalemana. La relojería seguiría hasta 1964 ocupando el bajo del edificio de la calle Ancha 16.

Carlos Them se integró rápidamente en la vida social gaditana. En una fiesta en el Casino Gaditano conoció a María Rodríguez de Biedma, de familia gaditana que vivía en Madrid y estaba pasando el verano en Cádiz en casa de su abuela, la escritora Patrocinio de Biedma y de la Moneda. Pronto se casaría con ella y tuvo 12 hijos; uno falleció a los seis meses y le sobrevivieron Carmita, Karl, Seppel, Richard, Hansi, Ferdi, Maru, Fito, Siegfried, Rudy y Tony.

En 1964 el edificio donde se encontraba la relojería fue ocupado por la Jefatura Provincial del Movimiento y necesitaban los locales de abajo, uno el que ocupaba la relojería alemana desde 1858. Por tal motivo, Carlos Them con la ayuda del gobernador Santiago Guillén, al que le unía una gran amistad, se trasladó a la calle Columela 18, corriendo con los gastos del traslado al nuevo local dicha jefatura.

Se estableció en el local de una antigua joyería, donde se incorporó con cuatro de sus hijos; Hansi, Fito, Silgfried y Tony. Otro hijo, Carlos, puso su relojería en la calle Cánovas del Castillo.

El nuevo negocio en la calle Columela introdujo la joyería, ya que hasta entonces se centraba únicamente en reparación y venta de relojería. En ese periodo trabajaban en la tienda, además de Carlos Them, sus cuatro hijos y seis oficiales, de los cuales algunos realizaba el trabajo desde su casa, siempre supervisado por su dueño. En ese periodo, se encarga de mantener y revisar los relojes de muchos edificios públicos y de colecciones privadas.

Carlos Them falleció en 1994 y el negocio pasó a sus hijos Tony y Fito. En 2011, con la nueva ley de arrendamiento, se clausuró el negocio, tras permanecer abierto al servicio de la relojería durante 153 años ininterrumpidamente.

Agradecimiento a Tony Them R. de Biedma, por su colaboración y fotos, en el artículo.