Cádiz

Café para todos en Cádiz

  • La ciudad vive el ‘boom’ de las cafeterías, con aperturas de locales que cuidan su decoración. La calle Ancha concentra a un buen número de ellas

Interior de El Café de Ana en la calle Nueva.

Interior de El Café de Ana en la calle Nueva. / Miguel Gómez

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que era difícil tomarse un café en la ciudad. Mayormente por la tarde, cuando el centro se quedaba vacío. Fue una época de transición entre el cierre de recordadas cafeterías como La Camelia y Orchas y el boom de estos negocios que está viviendo actualmente la capital. En el casco antiguo y en extramuros han ido abriendo cafeterías de corte moderno, ampliando sus cartas más allá del pan con mantequilla y el bollo, y cuidando la decoración. A todo esto hay que sumarle el cambio de costumbres de la ciudadanía. Porque desayunar en la calle se ha convertido en costumbre.

Especialmente significativa resulta la transformación de la calle Ancha. La que otrora fuera vía comercial de Cádiz se ha reconvertido en enclave hostelero. Y en el apartado de cafeterías se lleva la palma, concentrando a varias como La Lectora, Granier, Café & Té o La Tertulia. La encargada de este último establecimiento abierto antes de la pandemia, Cristina Guerra, asegura que a pesar de que el turismo ha llenado este verano los negocios hosteleros “hay clientela en la ciudad para aguantar el invierno”. En verano sirven más desayunos y en invierno más meriendas. Sobre la competencia Guerra afirma que “es bueno que haya variedad”. Y dentro de poco abrirá en la esquina con Sagasta la dulcería-cafetería La Rondeña.

La cafetería más veterana de Ancha es el bar Liba, que comparte galones con Los Italianos, heladería que, como es sabido, abre solo unos cuantos meses al año. Carlos López, el propietario del Liba, recuerda que “cuando yo empecé aquí solo estábamos nosotros y Gianni Campo. Y mira ahora, hay donde elegir”. Este bar mantiene a una clientela fija, mientras que en el caso del resto de cafeterías “parece que tiene a más clientes de paso”. “Aquí ponen el mejor café”, apunta una parroquiana en la barra. Carlos asegura que el boom de las cafeterías tiene mucho que ver con el auge del turismo en la ciudad. “Ojalá se llenaran los bares solo con los gaditanos”, apunta.

El café La Tertulia, en la calle Ancha. El café La Tertulia, en la calle Ancha.

El café La Tertulia, en la calle Ancha. / Miguel Gómez

Lugares como la calle Nueva son ya de referencia para los desayunos y las meriendas. Varios años lleva allí La Vaca Atada, con aire argentino, y ahora se ha sumado El Café de Ana, el tercero que Ana Fuentes abre en la ciudad. Tiene otros dos negocios con el mismo nombre en el Paseo Príncipe de Asturias (Astilleros) y en la avenida Ana de Viya, 28. Un concepto distinto al tradicional le ha llevado esta expansión. “En realidad, en el caso de Nueva y la avenida, son restaurantes que dan desayunos y meriendas”, explica. Y habla del brunch, que según Wikipedia es algo así como un desayuno tardío o almuerzo, combinación de almuerzo (o comida) y desayuno que se suele servir, por regla general, en un período de tiempo que va desde las diez de la mañana a las cuatro de la tarde.

Hay donde elegir: los nuevos negocios conviven con los bares de toda la vida

Ana no quería montar cafeterías “de batalla”, sino “lugares tranquilos con propia decoración y un toque distinto”. También se encarga de las recetas, y su curiosidad –y sus viajes– les ha llevado a incluir en las cartas desayunos de varios países. Aparte, claro está de los desayunos tradicionales, aunque apunta que “en otros países es raro desayunar café y tostada con mantequilla. “Son desayunos contundentes. Cambias el café y el zumo por refresco o cerveza y ya tienes un almuerzo”, destaca.

Este concepto distinto requiere más trabajo. “La elaboración es más complicada y hay que estar hora y media trabajando antes de abrir. Como si abrieras un restaurante por la mañana, porque en realidad son platos combinados”, asegura.

Los gustos del público van cambiando. Eso lo saben Ana y los dueños o dueñas de las nuevas cafeterías. Los barrios siguen apostando por sus bares de siempre. Es en el centro y lugares como la avenida principal donde van proliferando cafeterías más llamativas. Frente a la iglesia de San José abría hace unos meses ‘Diecinueve. Coffe & Bakery’, un café de corte británico.

Las nuevas incorporaciones conviven ya con los bares de toda la vida o con aquellas cafeterías que ya hace mucho tiempo ofrecen otro tipo de desayunos y meriendas. Es el caso de Le Poeme en la calle Alcalá Galiano (antigua Londres), La Clandestina en José del Toro y su imprescindible aire literario, el Monkey Bakery Café en la calle Corneta Soto Guerrero, La Belle de Cadix en la calle Uruguay (tras el hospital) o La Regadera en García de Sola. Para todos los gustos, para todos los bolsillos. Un amplio abanico de posibilidades para tomarse un café en Cádiz.

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