"Las similitudes existen y Cádiz puede pasar perfectamente por La Habana sin necesidad de esforzarse mucho, aunque también es cierto que ese parecido casi de reflejo de espejo es una exageración, una licencia poética, quizó fruto de una aproximación más sentimental que real".

Así hablaba, escribía, el periodista Antonio Rivera sobre la relación entre Cádiz y La Habana en 2002, aprovechando el rodaje en nuestra ciudad de una película de James Bond, disfrazada de la capital cubana.

Antonio, prematuramente fallecido, había viajado unos años antes con el fotoperiodista Joaquín Hernández Kiki a Las Habana donde realizaron un recorrido que culminó con la publicación del libro La Habana. Crónica en vivo.

Al hilo de este viaje, Kiki publicó también un calendario en el que mostraba imágenes del día a día de la capital caribeña y las comparaba con imágenes del día a día de Cádiz. Las similitudes eran evidentes. Los niños de aquí y allá sentados sobre la muralla y pescando; jóvenes de aquí y allá recorriendo el paseo marítimo y el Malecón en bicicleta: unos y otros pasean por la rocas o cargando con pesadas lanchas neumáticas. El reflejo de espejo, como escribió Rivera.

"Yo siempre he visto más similitud entre la gente de Cádiz y La Habana que en la arquitectura", afirma Kiki, que desde ese viaje con Antonio Rivera ha repetido en más de una ocasión el trayecto de ida y vuelta. "Veo más similitud en la forma de vida. Gente despreocupada, que va en camiseta por la calle. O la intensa vida en las mismas casapuertas".

En su relato, Antonio Rivera destaca que la ubicación territorial de las dos ciudades animaba a este mensaje de similitud. "Dos ciudades que al mismo tiempo están abiertas a una bahía y al Océano Atlántico, también a su luz brillante que lo inunda todo, sus brisas y tempestades, y que tienen una decidida vocación marítima perdurable pero cambiante".

"Cádiz es La Habana, entre otras cosas, porque sus fortificaciones militares y defensas fueron construidas por los mismos ingenieros militares", por lo que es evidente la similitud del Castillo del Morro con San Sebastián o Santa Catalina.

O el Paseo Marítimo con el Malecón, que Rivera destaca incluso como el camino de ambas hacia sus respectivas ciudades modernas. Incluso, en aquella crónica de 2002, se hablaba de la rehabilitación recién iniciada del casco antiguo gaditano a la vez que se iniciaban los primeros trabajos de recuperación del centro histórico de La Habana.