Cádiz

Borrell, de la maqueta del puente de Cádiz a la guerra de Ucrania

  • El hoy "ministro" de Exteriores chocó hace treinta años con el alcalde Carlos Díaz con el tercer acceso a la ciudad

Carlos Díaz con Josep Borrell, en Cádiz en 1998.

Carlos Díaz con Josep Borrell, en Cádiz en 1998. / Julio González

Josep Borrell es uno de los pocos políticos españoles que no desentonan cuando viajan al exterior. Domina con fluidez varios idiomas, especialmente el inglés y el francés. Desde su puesto como Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, juega un papel esencial en todo el proceso de defensa de Ucrania ante la invasión rusa, y la coordinación de las acciones que en este sentido ha aprobado el gobierno europeo.

Su presencia es permanente en los centros de decisión y en las reuniones que se mantienen al más alto nivel tanto en Ucrania como en Rusia. Sus manifestaciones, también, nos ponen en alerta respecto a cómo puede avanzar esta crisis y ante movimientos futuros de Putin, el líder ruso. Sus palabras a veces no están exentas de polémica. Un ejemplo ha sido su llamada al ahorro en el consumo energético, ante la escalada de los precios y ante la necesidad de reducir la dependencia del petroleo y, sobre todo, del gas procedente de Rusia, del que depende buena parte de Europa aunque en menor proporción España.

Esta llamada al ahorro y a reducir la potencia de las calefacciones no ha caído muy bien en determinados grupos políticos, curiosamente la mayoría de la órbita de los que sustentan al gobierno de Pedro Sánchez, aunque la llamada de Borrell va en la línea de otros dirigentes internacionales.

Aquí, en Cádiz, el hoy dirigente europeo también tuvo su enfrentamiento con el gobierno de la capital. Fue hace ya años, hace cerca de tres décadas. En aquel momento Josep Borrell era ministro de Fomento y Transportes con el gobierno socialista de Felipe González.

En esta época, el alcalde Carlos Díaz, también socialista, ya había planteado en 1984 al gobierno central la necesidad de construir un tercer acceso a la capital, ya fuera a través de un nuevo puente o de un túnel bajo las aguas de la Bahía.

La maqueta pérdida con el primer proyecto del segundo puente. La maqueta pérdida con el primer proyecto del segundo puente.

La maqueta pérdida con el primer proyecto del segundo puente. / D.C.

Aunque con más reticencias que ganas, Borrell aceptó iniciar una serie de estudios técnicos. Todo ello acabó con la elaboración de una maqueta con el diseño que iba a tener la nueva infraestructura: un puente en arco muy diferente al que finalmente elaboró Javier Manterola, ya con el PP gobernando.

Con la maqueta lista se anunció su presentación en Cádiz. La fecha prevista era la Navidad de 1994. Sin embargo, no hubo tal acto. Más aún, cuando desde la capital gaditana se reclamaba ver la maqueta el silencio era la respuesta de Borrell que, además, paralizó cualquier proyecto para el nuevo acceso e incluso el soterramiento del tren, limitado al tramo de la hondonada de San Severiano. "No hay dinero", se le dijo entonces a Carlos Díaz.

A los pocos meses, Teófila Martínez ganó las elecciones municipales, se trajo para Cádiz la maqueta (expuesta en el Palacio de Congresos) e impulso primero las obras del soterramiento y después las del nuevo puente.

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