Efectivos del Parque de Bomberos de Cádiz tuvieron que derribar anoche parte del techo de cristal de la marquesina de una parada de autobús que estaba rota y corría peligro de caer sobre los pasajeros. Afortunadamente no hubo que lamentar daños personales. 

El incidente y la intervención de los Bomberos se produjo en la marquesina de la parada de autobús de la Avenida del Puerto, situada junto el Edificio El Fénix y delante del de El Trocadero, junto al antiguo Bar Lucero, hoy Pub Savage. Se trata de una de las paradas más concurridas del casco antiguo ya que da servicio a los vehículos de la línea 5, con destino a Zona Franca y el Centro Náutico Elcano, y al de la línea 3, con destino a Puntales.

El hecho de que el camión de Bomberos tuviese que montarse en la misma acera para impedir que los usuarios del transporte público se refugiasen bajo la marquesina de una leve lluvia que comenzó a caer pasadas las diez de la noche despertó la inquietud primero y la curiosidad, después, de muchos transeúntes que presenciaron cómo uno de los efectivos de bomberos fracturaba y derribaba al suelo una de las láminas de cristal del techo.

Ante el lugar del incidente también se desplazó una unidad de la Policía Local, que dio aviso a la compañía de autobuses y actuó en coordinación con los Bomberos con el fin de evitar daños a usuarios del transporte público y a transeúntes. En cualquier caso, no se tuvo que interrumpir el tráfico durante los pocos minutos que duró la operación. Mientras tanto, los autobuses de las líneas antes mencionadas recogieron pasajeros en la cercana parada de la línea 1, situada frente al Savage.

Hace apenas veinte días este periódico publicó un artículo en el que precisamente se ponía de manifiesto el lamentable estado de esta misma parada de autobús como metáfora del incomprensible estado de paralización y abandono que padece la ciudad, cinco meses después de que Bruno García tomase posesión de su la Alcaldía a finales del pasado mes de junio. Si entonces la marquesina estaba sucia, descuidada y olvidada, todavía con carteles de eventos de hacía meses, ahora se le desploma parte del techo de cirstal. Quizá dé para una segunda parte de la misma metáfora.