Benamahoma, pólvora y fiesta

u Las calles de Benamahoma se preparan para acoger una nueva edición de las tradicionales fiestas y luchas entre Moros y Cristianos

Benamahoma, pólvora y fiesta
Rafael Martínez Rivas Cádiz

31 de julio 2015 - 01:00

En el pueblo de Benamahoma, perteneciente al municipio de Grazalema, tiene lugar una de las fiestas más populares y de más renombre de la provincia de Cádiz; la de las luchas de Moros y Cristianos. Benamahoma está situado en la sierra de Grazalema, en un enclave natural de gran relevancia debido a la variedad florística que contiene y a su calidad paisajística, que además ofrece la posibilidad de disfrutar de un entorno cultural único, con diversas zonas arqueológicas y monumentales en las que pasar un precioso día en familia, al tiempo que se conocen algunos vestigios de la historia provincial.

En este entorno natural e histórico se organizan cada año las tradicionales fiestas de Moros y Cristianos en honor al patrón de Benamahoma, san Antonio de Padua. Este año, desde hoy viernes hasta el lunes tres de agosto, volverán a tener lugar las celebraciones, que viven su momento culminante el sábado y el domingo con las luchas entre el bando moro y el bando cristiano. No obstante, el primer contacto entre ambos bandos se producirá el viernes a las diez y media de la noche, cuando, tras haber desfilado por las calles Real y San Antonio, los dos contingentes se crucen en la plaza de toros del pueblo. Allí, el bando moro presentará su estandarte y el cristiano su pendón, acompañados ambos por la Escuela de Danza del Vientre de Toñi Domínguez para, posteriormente, citarse los reyes a la pelea. Durante este encuentro, se introduce a los espectadores en la historia que va a contarse, situada en las luchas entre las tropas árabes y las cristianas por el control de la Sierra de Grazalema. Después de aquello, las fiestas continuarán a las 23:30 con el pregón de Fiestas, que este año corre a cargo de Rafael Jiménez Añón, y con la coronación de las reinas mora y cristiana, a las doce de la noche. Para concluir el viernes, habrá bailes y verbena hasta la madrugada.

Aunque las fiestas se inician el viernes, el centro de las mismas llega el sábado y se extiende hasta el domingo, con los enfrentamientos entre el bando Moro y el Cristiano. Así, el sábado a las doce comienzan las tradicionales luchas entre los dos bandos que saldrán desde la iglesia y que finalizará momentáneamente con la victoria del bando Moro. Como recompensa, este bando tendrá en su poder a san Antonio de Padua.

Antes de estas peleas, a las diez, tendrán lugar las dianas interpretadas por la Asociación Musical Juan Aguilar y las luchas de Moros y Cristianos infantiles. Después del espectáculo central, que tiene una duración aproximada de dos horas, se podrá disfrutar de una degustación gratuita en la Caseta Municipal, además de una sardinada en el chiringuito El Nacimiento y dos actuaciones musicales, una a cargo de la Asociación Musical Juan Aguilar a las 14:30 y otra de Dj Chivo a las 15 horas. A última hora del día, a partir de las once de la noche, continuarán los bailes populares y las verbenas.

El domingo por la mañana el plan repetirá la misma estructura que el día anterior, pero las luchas entre bandos tendrán un resultado muy diferente al del sábado. Si por la mañana el plan es similar, por la tarde, sin embargo, se producirá la suelta de vaquillas a las 19:30, la actuación humorística y carnavalera de Mi Que Tres a las 22:30 y, para finalizar, de nuevo bailes populares y verbena a las once de la noche.

No obstante, como cuentan desde la Asociación de Moros y Cristianos de Benamahoma, creada en 1982 para promover la fiesta, el encanto de los enfrentamientos entre los bandos no está en el resultado sino en el proceso. El realismo de las luchas entre bandos, que son siempre cuerpo a cuerpo, consique que los espectadores se sumerjan en un auténtico ambiente bélico, dudando por instantes si las peleas que están contemplando son reales o fingidas. En ese proceso de transporte histórico en el que sumergen los participantes a los espectadores tiene una importancia singular la ambientación. Con el paso de los años se han introducido algunas modificaciones en el vestuario, con la intención de transmitir el mayor realismo posible no sólo a través de los gestos, sino también de las vestiduras, aunque siempre manteniéndose fieles a la originalidad de la fiesta. Uno de estos elementos introducidos han sido los micrófonos para los protagonistas, que ayudan a los visitantes a participar de manera completa en los parlamentos que se producen entre los distintos personajes. De hecho, esos parlamentos constituyen una parte fundamental de las fiestas, ya que meten a los visitantes en la historia que se representa, además de funcionar como un elemento de promoción del pueblo. Todo ello, por supuesto, sin dejar de lado los diálogos entre los personajes, que se provocan y se invocan con la pelea de fondo.

Parte del interés que suscitan las fiestas de Moros y Cristianos está en el ambiente general de los enfrentamientos entre bandos. Como parte de esa ambientación, los jefes Cristiano y Moro van armados con espadas y escudos, al tiempo que algunos de los soldados portan trabucos que disparan en algunos momentos del recorrido. Precisamente ese ruido generado por los disparos de los trabucos contribuye a introducir al visitante en el ambiente bélico representado. Como explica el capitán del bando cristiano, el olor a pólvora en la ciudad es una invitación a participar en el festejo. Además, como el escenario son las mismas calles del pueblo, se consigue dotar a las peleas de un realismo mayor del que se conseguiría en cualquier otro escenario.

Las fiestas de Benamahoma se prolongan hasta el lunes, pero sus elementos de interés histórico y turístico son el fin de semana, cuando los visitantes podrán disfrutar de un espectáculo único en un ambiente precioso, con la Sierra de Grazalema de fondo.

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