Cádiz

El Ayuntamiento de Cádiz instalará estaciones y nanosensores para medir la calidad del aire

  • Esta herramienta permitirá conocer la situación ambiental y actuar en consecuencia

  • El proyecto se une a la instalación de cámaras para controlar el acceso de vehículos al centro y al Paseo Marítimo

Tráfico y estacionamientos en la Plaza de España, ya perdidos.

Tráfico y estacionamientos en la Plaza de España, ya perdidos. / Lourdes de Vicente

Las medidas que viene implantando el Ayuntamiento para rebajar el número de coches que circula por la ciudad tienen también, entre otros objetivos, mejorar la calidad medioambiental reduciendo la emisión de los gases vinculados a los vehículos. Por eso también se va a dotar a la ciudad de nuevos sistemas y equipamientos para conocer con más detalle la información ambiental y poder en un futuro adoptar decisiones que vayan encaminadas a este objetivo saludable.

En concreto, Cádiz contará antes de que acabe el próximo año con una red de sensorización ambiental para monitorizar la calidad del aire tanto en las nuevas zonas de bajas emisiones como en otros puntos. Dos son las opciones para realizar estas mediciones; de un lado, las estaciones de nivel 2, que cuentan con sensores de una serie de partículas además de temperatura, presión y humedad relativa; y de otro lado, los nanosensores, que miden una serie de concentraciones y de partículas suspendidas en el aire.

El concejal de Movilidad, Martín Vila, destaca que estos aparatos que se van a implantar permitirán conocer el grado de concentración de determinadas partículas entre las que se encuentran “las que se consideran más graves para la salud”; de ahí la importancia de estos medidores a la hora de tomar posibles decisiones de futuro vinculadas con el tráfico y la movilidad.

“El objetivo es disponer de una red de sensores que permitan conocer la calidad del aire en la ciudad en tiempo real y adelantar la prognosis semanal”, indica el proyecto técnico, que apunta a la posibilidad de “planificar las restricciones de acceso necesarias dentro de la zona de baja emisión y comprobar el éxito de su aplicación”. O como ejemplifica Vila: “si se dieran niveles altos de estas partículas en una zona próxima a un colegio, podríamos plantear eliminar el tráfico por allí a ciertas horas por motivos de salud”.

La empresa que ejecute los trabajos de implantación de este proyecto tendrá que instalar un mínimo de cuatro estaciones de nivel 2 y de ocho nanosensores, cuya ubicación elegirá con su criterio en función de las características de la ciudad y del tráfico rodado.

“Se trata, en definitiva, de tomar decisiones con mejor criterio. Y de explicarlas también de mejor manera”, sostiene Martín Vila respecto a estas herramientas que la ciudad va a incorporar en los próximos meses en materia de Movilidad.

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