Un candado alrededor de una gruesa cadena fue el último obstáculo que hubo que sortear para que los ciudadanos pudieran disfrutar al fin del Parque Celestino Mutis. Pasaban unos minutos de las ocho de la tarde cuando la alcaldesa agarró decidida la llave e hizo caer toda resistencia. Su entrada triunfal, seguida de centenares de personas, recordó por un momento al célebre cuento del flautista de Hamelín, aunque Teófila no necesita de ningún instrumento musical para que la sigan, está imantada para este tipo de actos, reparte besos, saludos, revuelve el pelo a los más pequeños, sonríe...; Teófila, la alcaldesa que sonríe. Tras ese estado de felicidad quedan muchos años de esfuerzo y más de ocho millones de inversión de las arcas municipales para ver hecha realidad una nueva zona verde en los antiguos terrenos ociosos de Astilleros. 35.000 metros cuadrados de parque, 13.000 de caminos y 22.000 de jardines, en los que se han plantado 26.000 plantas y 300 árboles. Mucho verde contrastando con el azul de las aguas de la Bahía de fondo. Caminos transitados por primera vez por unos pies curiosos, que se movían al ritmo ansioso de quien va descubriendo a cada paso, un merendero con el segundo puente de fondo, una piscina que dará más vida al barrio, juegos de mesa para niños y mayores, columpios, zonas infantiles, una tirolina, una plazuela recoleta como perfecta terraza. En la comitiva se sucedían los elogios y los piropos al equipamiento. "Qué bonito ha quedado alcaldesa", repetían varias señoras. También se dejó sentir quien no está para parques ni flores, para quien la crisis ha borrado las ganas de sonreír. "Mucha inauguración, mucha inauguración y aquí la gente pará", se oyó en uno de los accesos a la nueva zona verde. Y es que más verde que el increible Hulk, van a acabar muchos como la cosa no se enmiende en lo laboral.

Pero ayer fueron miles las sonrisas. Las carcajadas infantiles pronto inundaron todos los rincones, y ya se sabe que no hay ruido que sea capaz de tapar más amargura que la risa de un niño. Era día de estreno y todos querían ser los primeros. Conforme se abrían las numerosas puertas con que cuenta el parque de Astilleros entraban en tropel los vecinos. "Ha habido que esperar pero ha merecido la pena", decía un señor.

No sólo los más pequeños cogieron posiciones rápidamente. Los 150 bancos que se han repartido por el parque fueron ocupados también por personas de edad más avanzada. Parejas de ancianos se sentaron a la fresquita pensando aquello tan recurrente de como te veo me vi y como me ves te verás. Los bastones apoyan mejor en un terreno nuevo y bien hermoso.

Luis Arenal, presidente de la asociación de vecinos del barrio, formaba parte de la comitiva que acompañaba a Teófila Martínez. "Han sido 11 años esperando pero ha merecido la pena, ahora sólo nos queda disfrutarlo y cuidarlo, sobre todo cuidarlo. Tenemos que concienciarnos de que esto es de todos y que hay que tratarlo como si fuera nuestra propia casa".

En el auditorio con capacidad para 400 personas se había colocado un micrófono desde el que la alcaldesa se dirigió a los ciudadanos arropada por prácticamente todo su equipo de Gobierno. Fue un acto que por momentos recordó el de las noches electorales. La ocasión merecía la pena. "Ha costado pero con esfuerzo, con constancia y con tesón, con la profesionalidad de las empresas municipales se ha conseguido inaugurar este parque que de ahora en adelante llevará el nombre de Celestino Mutis. Quisimos que no sólo fuera una zona verde, por eso construimos este auditorio donde nos encontramos, para poder organizar actividades en las mejores épocas del año".

Teófila también hizo hincapié en la necesidad de cuidarlo, "este parque y el Genovés son nuestra pequeña muestra de respeto al Medio Ambiente, porque tenemos otros cinco kilómetros de parque natural que está más cerca de San Fernando que de Cádiz y que apenas si podemos utilizar".

Por último agradeció a los vecinos "su paciencia" y recordó la "gran inversión realizada, la última partida de más de cuatro millones de euros".

Posteriormente comenzó la fiesta. Sonaron sones latinos y la alcaldesa se marcó un bailecito acompañada por señoras y niños. Pocos concejales fueron los que siguieron a su jefa, eso sí. Posteriormente actuó un grupo gaditano escogido de la treintena que ensaya en La Báscula y que puso el colofón a una jornada histórica para el barrio más joven de la ciudad más vieja de occidente.

El parque estará abierto de diez de la mañana a once de la noche, al menos en horario estival, y será la Policía Local quien se encargará de cerrarlo.