El Archivo Municipal de Cádiz ha rebuscado en las entrañas del edificio en el que actualmente tiene su sede para reconstruir la historia humana, muy humana, de una parte del grupo de niños huérfanos que desde 1948 crecieron al amparo del internado Julio Ruiz de Alda, una institución dependiente del Auxilio Social cuyas instalaciones estuvieron en el número 11 de la calle Isabel la Católica, la finca que cobija el Archivo Municipal desde principios de la década de los años 90. De ese trabajo ha nacido el documental ‘La memoria archivada’, una cinta que recoge los testimonios individuales de hombres y mujeres, aquellos niños y niñas de entonces, para conformar con ellos el retrato de una durísima posguerra. La película se proyecta hoy dos veces en el Espacio de Cultura Contemporánea (ECCO) con motivo de la Semana Internacional de los Archivos.

Precisamente en el ECCO se realizó ayer la primera proyección de este documental de algo más de una hora de duración. Los espectadores fueron algunos de los protagonistas de la cinta, este grupo humano amplio que curtió sus vidas con el auxilio ofrecido por este internado, reflejo de otros similares existentes en la provincia, como Chipiona y Jerez, y de otro que se encontraba en la capital: el internado José Antonio Primo de Rivera que se situaba donde hoy está el edificio Reina Victoria en el Paseo Marítimo.

Junto a los protagonistas estuvieron en el ECCO la concejala de Cultura, Lola Cazalilla; el concejal de Memoria Histórica, Martín Vila; el director del Archivo Municipal, Javier Fernández Reina, y el técnico del Archivo José Antonio Fernández. Fue la puesta de largo de este documental que hoy se proyecta a las 12.00 y a las 18.30 horas, dos pases que necesitan de reserva previa en el teléfono 956 22 01 75. La Semana de los Archivos se completa mañana y el viernes con visitas guiadas al edificio municipal.

El documental está dividido en varios bloques temáticos y cuenta con los testimonios de aquellos niños de la posguerra a quienes su situación familiar los llevó a depender de la asistencia social para salir adelante. Huérfanos de ambos progenitores, huérfanos de madre con varios hermanos más a los que el padre no podía sacar adelante... Los casos son tantos como testimonios hay en el documental, que va intercalando los recuerdos de los protagonistas, sentados en distintas salas actuales del edificio, con fotos históricas de la época, de la inauguración de aquel internado y de otras imágenes de posguerra.

Muchos de estos niños llegaron a Cádiz procedentes de pueblos de la provincia, como parte de aquella diáspora de posguerra que engordó el censo de la capital por otros muchos motivos, casi todos laborales, y que se prolongó durante muchos años después de la guerra. En este caso, algunos de aquellos pequeños pasaron antes por otros internados antes de recalar en el edificio de Isabel la Católica, que empezó a funcionar como internado el 1 de abril de 1948. En los papeles del propio archivo se conservan listados con los nombres de 279 de sus residentes.