Entre otras, hay una forma de visualizar el carril bici: analizando el número de aparcamientos que se pierden en las calles y avenidas afectadas por este proyecto. En toda la ciudad y para el conjunto de loso 21 nuevos kilómetros son varios cientos. Aunque es de suponer que al propiciar este medio de transporte sostenible, limpio y barato, muchos lo utilizarán y dejarán el coche en casa, también habrá quienes sigan considerando el uso del automóvil privado esencial para sus vidas. En este sentido, el Ayuntamiento ya está planteando bolsas de aparcamientos alternativos que se ubican en la avenida de Astilleros, a escasos metros el centro histórico. Igualmente, como ya adelantó este diario, va a la lanzar una ambiciosa ordenanza municipal para reordenar los aparcamientos en zona naranja y azul, favoreciendo especialmente a los residentes y apoyando a quienes, trabajando en Cádiz pero residiendo fuera de la capital, compartan vehículo entre varios contando para ello con una tarjeta de aparcamiento de precio muy reducido.

Más allá de la incidencia del carril bici, el centro histórico de la capital gaditana ha incrementado de forma notable en las dos últimas décadas las calles y plazas peatonales, sin ningún tipo de incidencia ni de catástrofe ciudadana.