Andrea Gilaranz | Primera máster en Transporte Marítimo (Marina) de la UCA

"Hay proyectos de megacruceros que podrían moverse sólo con renovables"

  • Se sacó el carné de buceo con doce años, el permiso de manejo de yates con dieciséis. Se ha convertido en la primera máster en Transporte Marítimo (Marina) de la Universidad de Cádiz

Andrea Gilaranz, frente a un crucero en el muelle de Cádiz.

Andrea Gilaranz, frente a un crucero en el muelle de Cádiz. / Joaquín Hernández Kiki

DECIDIÓ a los doce años que viviría de, por y para el mar. Tenía el pequeño inconveniente de haber nacido en el centro mismo de la meseta, pero la determinación era tal que Andrea Gilaranz (Madrid, 1991) terminaría sacándose el permiso de manejo de yates antes que el carné de conducir.Dice que le encantaría vivir en un velero y se ha convertido en la primera graduada en el Máster de Navegación de la Escuela de Ingenierías de Marina, Náutica y Radioeléctrica de la UCA.

–Marinero en tierra adquiere en su caso un significado un tanto literal.

–Bueno, yo soy de Madrid, pero toda la familia de mi madre es gaditana y veraneábamos aquí. Mi infancia entera me la pasé entre la playa de La Victoria y la Barrosa. Todo cambió cuando me apuntaron a un curso de buceo con once años:después de esa primera experiencia, salí del agua diciendo que, hiciera lo que hiciera, yo quería seguir en contacto con todo eso, que qué era esa maravilla.

–Entonces parecería un capricho más.

–¡Uufff! Pero yo era insistente. ¿Por qué te viniste, mamá?, le decía. ¡Si en Cádiz hay de todo! Hay tiendas, hospitales... Jajajaja. “Andrea, porque allí no hay trabajo para nosotros”. Me daba igual, yo quería dedicarme al mar.Así que, a los doce años, me saqué la titulación de buceo junior y, a los 16, el carné de embarcaciones de recreo: ¡antes que el de conducir!

–¿Le dio uso?

–Trabajaba de chica de los recados en los centros de buceo, llevando la lancha con gente... Hubo un momento en el que hacía el grado superior de FPen Acuicultura, en el Zaporito. Entre semana estudiaba y, lo s fines de semana, a la lancha.

–¿Se desesperaba o la adrenalina funcionaba?

–Me sentía en una nube de felicidad. Si tienes una idea clara en la vida, aunque tengas que romper con muchas cosas, hazlo. Si tu familia es una familia digamos normal, siempre te va a apoyar, aunque no entienda mucho por dónde vas. Lo que quieren es que seas feliz y, si te caes, imagino que piensan que allí estarán ellos igualmente.Ese, al menos, ha sido mi caso.

–¿Ningún pequeño resquicio de duda?

–No sé... siempre he tenido la motivación. Hubo una época en que tenía que alternarlo todo con, encima, trabajar de camarera, porque no podía vivir sólo de una cosa. Ahí sí que sufría. Lo veía demasiado, con toda la pasión y el esfuerzo que yo le ponía para establecerme y vivir directamente sólo del mar.

–¿Es posible trabajar en una barco sin vocación?

–Mmm... A un cierto nivel de dedicación, si no quieres ser infeliz, tienes que tener vocación. Uno puede pensar en ser capitán de marina mercante, o en conducir yates en Mallorca, pero luego hay que aguantar a los dueños, a los clientes borrachos... Eso nadie te lo cuenta, lo tienes que vivir en directo. Hay mucha gente que estudia Ingeniería de Marina y decide dejar lo de embarcar para lo último, y descubre que ha cometido un error terrible: embarcado duras una semana y, o sales despavorido, o duras toda la vida.

–La gente hecha al mar llega a tierra porfiando, pero después no puede vivir sin él.

–Sí , claro que echas de menos el sofá, el perro, la arena en los pies... Alguien tendría que hacer un estudio de cómo puedes sentirte tan libre en un ambiente tan claustrofóbico, que das una vuelta y a los 30 metros estás en el mismo sitio.

–¿Cómo decidió que se especializaría en ingeniería, que haría el recorrido hacia jefa de máquinas?

–Pues el yate en el que comencé a trabajar de marinera y chica de interiores era un yate algo antiguo, muy “mecánico”. Me llamaba mucho la atención cuando alguien llegaba a reparar algo:“¿Te importa que me quede?”, decía. Me intrigaba todo muchísimo porque, entre otras cosas, lo que te rodea en un barco:las lámparas, las puertas... tampoco es exactamente como es en casa. Quería llegar al top y saber lo máximo de la mecánica a bordo. Porque a bordo somos mecánicos, electricistas, soldadores...

–Eso tiene un efecto en la autoestima, en la asunción de la propia capacidad, tremendo.

–Ahora que hablamos de empoderamiento, ¿no? “Arreglo esto y qué bien me siento”. Nuestra tarea es de médicos del barco: y no sólo médicos, porque no actuamos sólo cuando se manifiesta un problema, sino que nuestra tarea es en gran medida de mantenimiento, que no llegue a pasar nada. Si está subiendo de temperatura un tubo de escape, pues por qué, ¿hay una obstrucción, falla la refrigeración... ? De un síntoma, tienes que llegar al origen porque los barcos no pueden parar. Eso está claro. Cualquier problema es una hemorragia de dinero. Hay que evitar a toda costa una avería gorda.

"Mantener un crucero cuesta millones de euros al mes sólo en combustible"

–¿Cuánto dinero puede costar al mes uno de los cruceros que atracan en el muelle de Cádiz, por ejemplo?

–Millones de euros al mes. Millones de euros al mes sólo en combustible. Ese es el mayor coste: el barco llega a generar su propia energía. Y luego todo el material de reposición: un crucero conlleva un mantenimiento exhaustivo porque nunca ha de empeorar la habitabilidad del barco, ni por reverberaciones, ni por ruido, ni por humedad; por eso tienen unos sistemas de bombeo y eléctricos excepcionales. Esa habitabilidad da un poco igual en los buques de carga, claro.

–Lo que es inaudito es el tráfico de cruceros, suponiendo semejante coste.

–El precio del billete lo costea, por eso cada vez se hacen barcos más grandes:a mayor capacidad, mayor posibilidad de beneficios. Y un crucero tipo emite como siete millones de coches.

–Exacto, el coste ambiental es también altísimo. ¿Qué proyectos o ideas se están considerando para paliar esta agresión?

–Hay proyectos en proceso de diseño con megacruceros en los que toda la cubierta superior lleva placas solares, que incorporan diversos aereogeneradores y que suelen llevar turbinas bajo el agua, para que la propia corriente marina genere la electricidad. Si lo piensas, sol, viento, mareas... El medio puede proveer por completo de energía de emisiones cero.Se piensa que la propulsión pasaría a ser eléctrica y todo se haría bajo paraguas de las energías verdes. Este es un cambio que va a tener que hacerse rápido:el Mediterráneo, por ejemplo, se va a cerrar al diésel. Hay algún proyecto que incluye unas velas que se pliegan en la cubierta superior dependiendo del viento... Si dan los números, se hará. Las navieras que se esfuercen por emitir cada vez menos van a recibir mucho dinero en subvención por parte de la UE.

–Mujer jefa de máquinas es algo muy raro. Pero mujer como tripulación de un barco era... mentar la bicha.

–Que una mujer diera mala suerte en un barco tenía una explicación:la testosterona. La mujer daba mala suerte porque los tíos son tontos. Ponlo así. Ese dicho tan común:“Llega una chica gorda, a la semana te parece que tiene su encanto, al mes estás perdidamente enamorado de ella”. ¿Qué más te da? ¿Qué más da si es gorda, alta, baja, guapa, fea...?

–Ingeniería de Marina sigue siendo una de esas carreras con escasa presencia femenina.

–El grado en Ingeniería de Marina te permite trabajar en los barcos como oficial de segunda de la marina mercante. Si cursas el Máster en Transporte Marítimo en especialidad de Marina, tienes opción a más. Conmigo, había cinco compañeras la carrera; en el máster, ya era la única chica. Con él podría acceder a la titulación de jefa de máquinas de la marina mercante.

"Que una mujer diera mala suerte en un barco tenía una explicación: la testosterona"

–Un camino que tampoco muchos escogen.

–De todas las opciones, Ingeniería de Marina te da opción a muchos trabajos en tierra, el perfil es muy abierto. Creo que de eso la gente no es muy consciente:puedes trabajar en centrales como técnico ingeniero de grandes instalaciones; como técnico en embotelladoras; allá donde necesiten grandes cámaras frigoríficas... Este trabajo te hace muy versátil porque te coloca solucionando muchas cosas en el mundo en pequeño de un barco. ¡Depuradoras! ¿Esto es trabajo?, le decía muchas veces a mis jefes limpiando las aguas residuales: la depuradora de un barco es otra cosa que tiene que estar funcionando siempre. La ducha de caca, ufff... Prefiero estar oliendo a diésel cuatro días que con caca entre las uñas.

–Las prácticas las haría con los ojos cerrados.

–Pues lo contrario. Fui a Salvamento Marítimo que, claro, entre sus muchas competencias está la de jugar un papel activo contra la masacre del cruce del Estrecho... Mira, no sabemos, no estamos acostumbrados, a ver a más de cuarenta adultos con las caras desencajadas de pánico, sólo con verte a ti saludar desde el barco les cambia la expresión. Llegan con hipotermia, con quemaduras de tercer grado por el gasoil o el agua salada, no puedes darles nada muy caliente, de comer, sólo arroz... A nivel egoísta, sientes que tu aportación es importante, que has hecho mucho por alguien sólo por estar ahí.

–Hay no poca confusión al respecto.

–La gente que viene aquí, no viene por un efecto llamada ni hostias. No son gente que necesiten nada, que les demos nada:sólo quieren un sitio en el que el destino no sea la muerte. Parece mentira que no sepamos que, tras todo el asunto de mareas o no de inmigrantes que llegan a nuestras costas, subyace un tira y afloja con el gobierno de Marruecos:¿a cuánto dices que van los tomates, y el gas? Se usa a la gente desesperada como medida de extorsión. La gente está muy equivocada, y habla sin pensar. Anivel egoísta, si te acercas a ellos, sientes que eres importante de verdad.

–¿Qué rutas le gustaría hacer?

–Pues me gustaría convertirme en una conocedora de todos los aspectos del Estrecho. En 2015 estuve compaginando patrullar y la navegación con lancha pesquera por Trafalgar con el buceo. La zona varía mucho entre Algeciras y Ceuta:la otra orilla tiene muchas más olas. En Barbate apenas hay profundidad pero, un poco más adentro, el desnivel es de mil metros. Todo el entorno del Estrecho es muy mágico: los bancos de niebla que se forman... Hay que haber vivido mucho para llegar a un entendimiento completo de ese entorno. “Andrea, el Levante, cuando las lisas boquean”, me decían los viejos. Y es verdad. Si conoces las corrientes, puedes desafiar a vela a quien quieras:las aguas de este lado entran, y las de Marruecos, te devuelven... El Estrecho sigue teniendo muchas cosas por descubrir: se estudia a nivel marítimo, de biología, de geología... Pero nunca como un todo.

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