Álvaro de Aramburu Picardo muere en Cádiz a los 92 años

Álvaro de Aramburu Picardo murió ayer en su casa de Cádiz, en el número 1 de la plaza de San Antonio, cuando contaba con 92 años de edad. El último de los hermanos Aramburu que quedaba con vida falleció a las seis de la madrugada.

Su cuerpo fue velado ayer en su propia casa, de donde hoy por la mañana, a las once, saldrá el féretro con su cadáver para la misa que se celebrará en la parroquia de San Antonio. Posteriormente, será enterrado en el cementerio mancomunado de Chiclana.

Francisco Oviedo, antiguo compañero de trabajo de Álvaro de Aramburu y amigo personal de la familia, recordaba ayer la bonhomía del fallecido y su gaditanismo: "La familia Aramburu nunca ha querido irse de Cádiz, y él estaba muy arraigado a su tierra. Guardaba, además, la esencia auténtica del Cádiz liberal, con talante, amable". Su padre, de hecho, fue diputado a Cortes durante la Segunda República por el Partido Liberal de Antonio Maura.

Desde hace aproximadamente cuatro años, Álvaro de Aramburu llevaba una vida "muy tranquila, sin salir de su casa", explica Oviedo.

En los últimos años, la familia Aramburu cobró protagonismo al ceder su valioso patrimonio artístico a la ciudad de Cádiz, como una cuadro de su hermana Micaela, pintado por Zuloaga, que donaron al Museo de la ciudad Álvaro y su hermana María Luisa.

Hace algo más de un año se confirmó también la cesión al Ayuntamiento de numerosos cuadros y piezas de arte, que el municipio expondrá en breve en una sala de la última planta del Centro de Arte Reina Sofía.

Álvaro de Aramburu Picardo fue director adjunto del Banco de Bilbao en Cádiz cuando la entidad vasca absorbió la Banca Aramburu.