Si el Ayuntamiento es la casa del pueblo, no estaría mal que el pueblo pueda conocer la historia de su casa. Con estas palabras defiende la iniciativa de emprender visitas guiadas al Consistorio gaditano Antonio de la Cruz, miembro de Adip (Asociación para la difusión e investigación del patrimonio gaditano).

Todavía no se ha cerrado, explican desde la asociación, por lo que quieren ser cautos, pero "ya se han iniciado los trámites de solicitud de permisos para incluir esta visita en el recorrido del III Día del Patrimonio Solidario en la ciudad de Cádiz, que se celebrará el próximo 22 de octubre, aparte de otra visita más cecana, una vez aprobado", señala.

El pasado año tuvo mucho éxito la celebración de esta jornada, con un total de 900 participantes que disfrutaron del patrimonio de la ciudad, a lo largo y ancho de las 14 rutas guiadas y las 13 visitas organizadas. De hecho, las plazas para poder acceder a estas actividades se habían agotado todas con días de antelación. Los fondos recaudados, un total de 500 kilos de alimentos, fueron donados al Banco de Alimentos.

Y aunque todavía está por definir el programa de esta tercera jornada patrimonial, han confirmado que el Ayuntamiento es uno de los puntos que quieren incluir este año. Un edificio que nunca ha formado parte de circuitos turísticos, ni de visitas guiadas, señalan desde la propia asociación.

Así, según indica la propia web de Consistorio gaditano, el Ayuntamiento se encuentra en este mismo lugar desde el siglo XVI, aunque a finales del siglo XVII se reformó el edificio, que fue sustituido por el actual a partir de 1799. Es obra de Pedro Ángel Albisu y Torcuato Benjumeda, que siguieron la estética academicista imperante en la época, completándose el conjunto en 1865 por Manuel García del Álamo.

Entre los atractivos que atesora el edificio figuran la fachada, con una gran balconada con columnas jónicas de orden gigante. En el patio se abre una escalera de tipo conventual fechada, al igual que el primer cuerpo del patio, a finales del siglo XVII. En una de las crujías del patio existe una escultura en mármol blanco que representa a Hércules, y que formaba parte de la que fuera única fuente de la ciudad.

El salón de plenos, de planta rectangular, se encuentra profusamente decorado con mármoles, estucos y pinturas al fresco de estilo isabelino.