Somos el tiempo que nos queda. Por Fernando Santiago
SOMOS EL TIEMPO QUE NOS QUEDA
Tengo la suerte de haber conocido a todos los escritores gaditanos del siglo anterior y de este, al menos a los más famosos, a la mayoría los he entrevistado. Al primero a José María Pemán, en su casa de San Antonio, para un trabajo que me pidieron en la Facultad de Ciencias de la Información. Me regaló un libro con la siguiente dedicatoria: “a Fernando Santiago, que tiene nombre de rey y de apóstol batallador”. Esa entrevista me sirvió con el tiempo para una que publiqué en El País, que fue la última con el autor de El Divino Impaciente, en 1981 con motivo de su muerte. Fui muy amigo de Quiñones, que era compañero de clase de mi tío Enrique en San Felipe, iba a visitarle a su casa de Madrid y me llevaba a ver cine o a escuchar cantautores por los colegios mayores de la Complutense, que estaban cerca de su casa. Luego coincidí con él en Cádiz cuando dirigía Alcances, nos veíamos a tomar café en el Andalucía. A Alberti lo conocí en su casa de Madrid, en la plaza de los Cubos, vino a presentar el primer número de “Cádiz.-Iberoamérica” con Chano Lobato y Alfonso Perales. Luego fui varias veces a su casa de El Puerto, a la que puso por nombre Ora Marítima, habré hecho al menos cinco documentales sobre su vida y su obra. Entrevisté varias veces a Antonio Hernández, un hombre muy cariñoso y divertido. No conocí a Luis Berenguer, pero tuve ocasión de hacer un documental sobre su obra. A Caballero Bonald le conocí porque le hicimos una entrevista en el jardín de su casa de Sanlúcar para la serie “El mar de la libertad”, luego hemos podido hacer un documental que se estrenó en Arequipa con motivo del Xº Congreso de la Lengua. Con el mismo motivo he conocido a Elvira Lindo, que nació en Cádiz de casualidad, pero gaditana al fin y al cabo. Estuvimos en casa de Carlos Edmundo de Ory en Thiezy Glimont , luego nos alojó en una pensión abandonada en la que nos dejó encerrados, parecía el comienzo de una película de terror. Ha sido un privilegio conocer a todos estos escritores, además de a Juanjo Téllez, José Ramón Ripoll, Rafa Marín, Jesús Fernández Palacios, Enrique Montiel y tantos otros que le han dado lustre a Cádiz . La participación protagonista de la ciudad en Arequipa y el hecho de haber acogido el IXº Congreso de la Lengua debería ser motivo para que quede alguna huella que recuerde este papel, una Casa del Lector en algunos de los edificios municipales, en los Depósitos de Tabacos, o en Valcárcel. Cádiz ha sido siempre una ciudad donde la cultura ha tenido un protagonismo especial que no se debe perder.
Fernando Santiago
1 Comentario