Revolución playera. Por Fernando Santiago
REVOLCIÓN PLAYERA
Esto se avisa, no hay derecho. Me he perdido la fiestuquidel lunes en Santa María del Mar. Para una vez que se pone la playa divertida no me lo comunican y lo tengo que ver en el vídeo que colgaron en las redes sociales. Lo guay que hubiera estado ver en primera fila cuando la pléyade de chonis se tira contra los policías que lo único que querían es hacer cumplir la ordenanza. La única diversión en la playa era ver las peleas por los pelotazos, el tipo que sacude la toalla y te sepulta en arena, el tonto que pone reguetón a toda pastilla, la niña del altavoz qué guasa tiene en la voz, los que pretenden llegar con el coche hasta la orilla, los gachós y las gachises que quieren enseñarnos el cuerpo que han esculpido a base de horas en el gimnasio ciclándose como posesos, los que en lugar de plantar una sombrilla montan un campamento de refugiados, los que echan las pepitas de sandía a la arena, los que compran cualquier lata y la dejan en el sitio, los que fuman y lanzan la colilla, los que le limpian el culo al niño en la orilla, el sudor abrasador, el levante cuando pega fuerte . Todas esas maravillas playeras no son nada comparados con la pelea, qué digo pelea, la sublevación del otro día cuando una multitud de angangos se lanzó contra los policías. Ha sido noticia en toda España. Creíamos que Cádiz solo salía en la tele por el Metal y por los narcos , no nos quejemos ahora es noticia lo que para algunos es el espíritu rebelde y para otros un cachondeo, darle un cate a un poli sin que te tomen la matrícula. Hasta hace unos días había algunos que se ponían en la cara un pañuelo para tirar piedras a la policía, quemar contenedores y cortar el tráfico, eran vistos como unos héroes de la clase obrera, los chavales que juegan a la pelota en la playa no van a ser menos, aburridos con el espectáculo de todos los años como ostras tuvieron su momento de gloria. Angangolandia no va a ser menos que los heroicos luchadores de la clase obrera, ir a la playa es el único esparcimiento gratis que ofrece la ciudad. Nos quitaron las barbacoas y Bruno no se ha atrevido a devolverlas, nos quitaron la iluminación nocturna y el cine, incluso los conciertos. Nos lo quita todo el pérfido capitalismo que igual jode a los pobres obreros del metal que a los chavales que juegan en la orilla. Un fantasma recorre Europa, los revolucionarios de playa, las fuerzas de la reacción han formado una Santa Alianza en su contra. Playeros del mundo, ¡Uníos! Siempre nos quedará Ignacio Casas en La Caleta con su tabla de Padle Surf.un innovador.
Fernando Santiago
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