Caza al periodista. Por Fernando Santiago
CAZA AL PERIODISTA
Nos acabamos de enterar que Cristóbal Montoro mandó hacer una inspección tributaria exhaustiva al periodista de ABC Javier Chicote y amenazó con subidas de IVA a Carlos Alsina, de Onda Cero. Es sabido que Soraya Sáez de Santamaría provocó la destitución de los directores de ABC, El Mundo y El País usando como elemento de presión la inversión publicitaria, herramienta que sigue en manos del Gobierno para premiar a los medios afines o para sugerir titulares que beneficien al partido en el poder, un clásico de las relaciones entre el poder y la prensa. Hace un año el Gobierno y sus altavoces pusieron en marcha lo de los pseudomedios y la máquina del fango, con el tiempo resulta que lo que publicaban era cierto, nadie ha pedido perdón, ni uno solo se ha retractado. Ahora pretenden que los diputados decidan quién puede ejercer el periodismo en el Congreso porque hay dos personas muy groseras con una credencial que les ha sido concedida por el propio Congreso de los Diputados. Los gobernantes solo dan entrevistas a los medios afines, para qué hablar de los medios públicos, dirigidos a ensalzar la labor del gobierno de turno: en TVE todas las tertulias dirigidas por amigos, en Canal Sur Saurina al frente para ponerle un altavoz a las causas contra Ábalos, Cerdán y Koldo mientras se oculta lo de Montoro, por no hablar de las desconexiones provinciales cuyas coberturas las decide el delegado/a de la Junta . En Onda Cádiz la escaleta la hace el propio Teru. Da lo mismo quien gobierne, los medios públicos se usan como herramienta de propaganda del poder, baste mirar a Meadoro, que cambia de opinión según quién le pague, como un condotiero. Ahora es costumbre perseguir a las televisiones que se consideran contrarias a los manifestantes de turno: si es una concentración de izquierdas se insulta a Vito Quiles y la COPE, si es de derechas contra La Sexta, TVE y la SER, aparte del ejemplo de intolerancia de los que arrancan micrófonos como unos matones cualquiera. Modestamente sufrí durante os años la persecución de los exdelphi amparados en la masa, espero que todos ellos tengan ya su paga. Ahora recibo insultos de la Coordinadora de Trabajadores del Metal. Este país no tiene remedio, no se acepta que haya opiniones discrepantes, lo último es la caza al periodista, como han demostrado los manifestantes del Metal de Cádiz y todos los corifeos y turiferarios que les apoyan y jalean, cuando van en grupo por supuesto, que no parecen muy valientes en solitario. Los esbirros de CTM que sepan que los periodistas ganan la mitad que ellos.
Fernando Santiago
No hay comentarios