Cádiz como objeto arquitéctonico. Como un edificio en el que las calles son los pasillos. Como un bastión inexpugnable para el enemigo. Así aparece la ciudad en las guías que han editado conjuntamente el Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812 y el Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz. Cádiz. Guía de Arquitectura del siglo XIX está escrita por Juan Jiménez Mata, Julio Malo de Molina y María Pilar Ruiz Nieto-Guerrero; la autoría de la Guía de las fortificaciones y sistemas de defensa de la Bahía de Cádiz corresponde a Pilar Ortega Feliú y José Manuel Aladro Prieto.

Como señaló Víctor Gómez, decano del Colegio de Arquitectos, en el acto de presentación celebrado ayer se trata de unas publicaciones "en las que se ha realizado un enorme trabajo de investigación y documentación, con gran rigor científico y un claro afán divulgativo". Están repletas de datos e información, se acompañan de dibujos, planos originales y cartografía histórica, en algunos casos inédita, que funcionan como "un lazarillo en el que apoyarse para recorrer Cádiz y su Bahía".

Juan Jiménez Mata dio a conocer Cádiz. Guía de Arquitectura del del siglo XIX, apuntando que "la ciudad se conserva casi como en esta época, aunque como es lógico ha ido evolucionando. A comienzos del XIX era una plaza fuerte, ceñida por las murallas y en la que apenas había espacios públicos". Para el arquitecto "la reforma interna se va realizando al compás de los avatares políticos", y poco a poco empiezan a florecer plazas y paseos. Esta guía ayuda al lector a conocer estos lugares, los que perviven y los que desaparecieron, así como los edificios más singulares a través de fichas y planos, donde se muestran los puntos de mayor interés arquitectónico.

La Guía de las fortificaciones recoge, en palabras de Pilar Ortega, "las fortificaciones existentes durante el asedio francés y más atrás en el tiempo". Concretamente se divide en seis capítulos que van desde el siglo XVI hasta la Guerra de la Independencia. Rememora el importante papel de estos baluartes para defenderse no sólo del enemigo, si no también del mar. Chiclana y San Fernado aparecen como piezas fundamentales, puesto que como subrayó Pilar Ortega "Cádiz estaba muy bien defendida, era ejemplo de fortificación".