El resultado de las elecciones en Grecia no dio tregua alguna a España: la prima de riesgo y la rentabilidad del bono español a diez años volvieron este lunes a dispararse hasta niveles considerados de rescate, superando récords batidos la semana pasada, un día antes de una nueva subasta de deuda del Tesoro Público.

El resultado electoral en Grecia es "una muy buena noticia para Grecia, para la Unión Europea, para el euro y también para España", aseguró el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, al llegar al balneario mexicano de Los Cabos para participar en la cumbre del G20. "La decisión de los ciudadanos griegos es, con seguridad, el preámbulo de la estabilidad económica que todos deseamos y necesitamos", dijo luego en un telegrama de felicitación enviado al jefe del partido conservador griego Nueva Democracia, Antonio Samarás, "por su decisiva victoria" en los comicios. Pero lo cierto es que el resultado, que asegura que Grecia no saldrá de la moneda única al menos de momento, no sirvió para frenar el acoso de los mercados a España, a la que cada vez desde más sitios se apunta ya como la próxima economía europea que tendrá que ser rescatada, después de Irlanda, Portugal y el país heleno. Y eso cuando aún no se ha cerrado el rescate con hasta 100.000 millones de euros que el eurogrupo acordó el 9 de junio para los bancos españoles en los que el ladrillo dejó agujeros millonarios.

Con este panorama, el Gobierno de Rajoy volvió a pedir una respuesta al Banco Central Europeo (BCE) en forma de compra de deuda soberana, una medida que relajaría estas tensiones que ponen en riesgo la capacidad de financiación de España en los mercados. La rentabilidad del bono a diez años superó la línea roja del 7 por ciento, que analistas consideran un nivel de intervención porque el país puede tener que enfrentarse a la imposibilidad de financiarse. A lo largo de las horas fue subiendo hasta el 7,233 por ciento, un máximo histórico intradía desde la llegada del euro. La prima de riesgo, que mide la diferencia a pagar por el bono español a diez años frente al alemán, rozó a lo largo de la jornada los 584 puntos básicos, acercándose a la frontera de los 600, para cerrar al término de la sesión en 574. El selectivo Ibex 35, el índice principal de la Bolsa española, ha cerrado con una caída del 2,96 por ciento.

"El BCE debe responder con toda firmeza, con toda fiabilidad, a esos mercados que todavía intentan obstaculizar el desarrollo del proyecto común del euro", manifestó en el Senado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mientras el presidente del Gobierno se afana en México por convencer a los socios del G20 y a los mercados de que España va a salir de la situación en la que está. Los mercados "no relajan la presión sobre Europa y sobre España", admitió el ministro. "El tiempo de la retórica y de las palabras se nos está acabando y Europa tiene que darse cuenta de que no podemos estar permanentemente asomados al abismo", dijo por su parte el líder de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, que pidió al BCE que "pare la especulación" contra el euro y contra España. La compra de deuda soberana, que el BCE interrumpió en febrero, relajaría la tensión.

Aunque el Gobierno de Rajoy apuntó la semana pasada a los comicios griegos como el elemento que disparaba la prima de riesgo y la rentabilidad del bono español a diez años, analistas y medios señalan las dudas sobre el rescate de la banca española acordado por el eurogrupo como factor desestabilizador en los mercados.

El Tesoro Público español acude esta semana a dos nuevas subastas de deuda soberana -este martes y el jueves- en las que se comprobará directamente cómo afectan a la capacidad de financiación de España las consecuencias del resultado de las elecciones griegas, que en principio se esperaba que hubiera sido de forma positiva tras la victoria de los defensores de la permanencia de Grecia en el euro. Serán las primeras subastas después de que Moody's rebajara la nota de la deuda española hasta dejarla a un paso del bono basura. "La ejecución (del rescate de los bancos) se hizo muy mal", dijo, el domingo el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick. "Usaron su artillería más pesada y la desperdiciaron", lamentó desde el balneario mexicano de Los Cabos, la víspera del arranque del G20.

Aún se desconoce el dinero que el Gobierno español va a pedir a sus socios, al igual que el interés del préstamo, el tiempo que habrá para devolverlo y, sobre todo, de qué fondo de rescate europeo se sacará, si del Fondo de Estructuración y Estabilidad Financiera (FEEF) o del Mecanismo de Estabilidad Europea (MEDE), que entrará en vigor previsiblemente en julio y que despierta temor en los inversores privados ya que tiene prioridad de cobro y temen ser los últimos en cobrar en caso de impago de la deuda española.