Andalucía

El refugio de Ana Mato

  • Discreta, casi invisible, Ana Mato veranea desde hace años en El Puerto en un chalé de 108.000 euros

Es posible figurarse esta escena. El 30 de marzo de 1998 Ana Mato, como portavoz de Telecomunicaciones del PP en el Congreso, lanza un alegato con su tono pasional habitual acerca de la importancia del fútbol en abierto. Pese a que detesta el fútbol, defiende con convicción el fútbol de interés general, como quiere el ministro Francisco Álvarez Cascos para poner zancadillas al fútbol de pago de Canal Plus, donde el grupo Prisa ha apostado muchas fichas. Hay mucho dinero en juego, pero en ese momento en lo que realmente está pensando Mato, actual ministra de Sanidad, niña bien, hija de militar, "muy pija", como la califican incluso en su propio partido, es en una cantidad mucho más modesta: los 17 millones y medio de pesetas (108.182 euros) que le va a conceder el banco para poder comprarse un modesto chalecito en la que es una de las zonas de construcción más antiguas de la urbanización Vistahermosa. Mato ha cumplido su sueño. Una casita en El Puerto, donde veranea desde principios de los 80, cuando era una recién casada de veintipocos años.

1998. La corrupción, la financiación ilegal del PSOE a través de Filesa y la guerra sucia contra ETA habían hecho saltar por los aires el Gobierno de Felipe González cuatro años atrás. Gobierna José María Aznar y en el Camelot de Aznar Mato es una de las aventajadas. Forma parte del clan de Valladolid, jóvenes criados en el laboratorio de la Sierra de Madrid en tiempos de Fraga que Aznar se llevó como núcleo duro de su Gobierno autonómico en Castilla y León. Estaban, aparte de Mato, Miguel Ángel Rodríguez, Pilar del Castillo y, naturalmente, Jesús Sepulveda. Éste no es muy brillante, pero es extrovertido y, a ratos, divertido. Sepúlveda, asiduo usuario de Pasadena SL, la agencia de viajes de Francisco Correa, cabecilla de la red Gürtel, se casó con Ana Mato y descubrió con ella y con sus dos niñas el paraíso de El Puerto.

En El Puerto cuentan los que recuerdan los veranos de la pareja que ella era reservada y él algo más dado a las relaciones. Que ella era austera y él no tanto, como demuestra que en Pozuelo, la capital mundial del pijerío, el pueblo del que sería alcalde, decidiera comprarse un chalé de un millón y medio de euros junto al del ex futbolista del Real Madrid Raúl González, en la exclusiva urbanización La Finca. Contrastaba ese chalé lujoso con el elegido por Mato en El Puerto, bastante más modesto.

Mato fija el naufragio de su matrimonio en 2000, si bien la separación no se hace efectiva hasta 2005. De ese intervalo datan los papeles de la red Gürtel que han puesto contra las cuerdas a la ministra. Según esa documentación policial, hay un total de veinte apuntes con un coste de algo más de 5.000 euros dedicados a la familia Mato-Sepúlveda entre 2002 y 2003. Es lo que pagó Pasadena en viajes entre Jerez y Madrid y en alquileres de coches. No queda muy claro que Mato hiciera esos viajes, ya que la mayoría de los apuntes hacen referencia a Sepúlveda o a las hijas, Sol y Ana. A nombre de Mato sólo aparecen dos alquileres de coches por un valor de 400 euros.

Las personas consultadas, que conocen dentro de lo que es posible conocer a una mujer "pétrea" como Ana Mato, por su estancia en El Puerto, muestran su extrañeza. "Sí, tiene pinta de pija, pero no ejerce. No le gusta el lucimiento ni el figureo. Apenas hace vida social en El Puerto. A la playa iba temprano y se marchaba cuando llegaban los bañistas. Más joven se le podía ver en un vespino desplazándose por la ciudad. Ahora ya no".

Muy cercana al Opus, Mato encajó con dificultad la separación, como demuestra que hubiera un intervalo de cinco años entre la ruptura real y la ruptura legal. Pese a ello, como demuestran las facturas, Sepúlveda seguía acudiendo a El Puerto durante esos años.

"A Jesús no le hemos vuelto a ver por aquí desde que se separaron. Cuando las niñas eran pequeñas y ellos tampoco eran demasiado en el partido, sí que salían un poco más, pero no era una pareja que te encontraras tomando cervezas con un papelón de gambas en Romerijo", cuenta un compañero de partido.

Aunque su vida social en El Puerto se reduce a un par de amigas y sus aficiones son pasear por la playa y algunas cenas benéficas puntuales, Mato acude a cualquier evento en el que se promocione la ciudad. El alcalde, Enrique Moresco, quiere hacerla hija adoptiva después de que ella interviniera en la presentación del cartel de la Feria en Madrid en 2012. Allí Mato confesó que, para ella, El Puerto era "mi refugio de escape y el mejor lugar del mundo".

"Ahora que las niñas han crecido y que tiene un puesto en el Gobierno no se le ve tanto por aquí, de vez en cuando con el pequeño, Borja. Pero si hubiera que calificar con una palabra lo que me inspira sería melancólica", afirma un compañero de partido que estuvo con ella en su último acto oficial en El Puerto, una visita a un centro empresarial en el que, muy correcta, declaró que "Andalucía merece algo mejor". Por la noche acudió a la tradicional cena en el hotel Santa María de El Puerto con la dirección provincial del partido. Como siempre, habló lo justo, estuvo amable pero distante y se retiró pronto a su refugio.

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