En el acto de apertura del año judicial en Andalucía, celebrado a comienzos de septiembre pasado, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Lorenzo del Río, avisó de antemano que su intervención intentaría alejarse de un "llanto burocrático y repetitivo" sobre la situación de la justicia en la comunidad autónoma. Tres meses después, Del Río no vierte lágrimas pero sí quejas por la falta de medios de la administración judicial en Andalucía, y el lamento tuvo un destino claro. Para el presidente del Alto Tribunal andaluz, falta "voluntad política" para mejorar el estado de las cosas en los juzgados andaluces, donde "los problemas son los mismos y están perfectamente diagnosticados".

Del Río visitó ayer los juzgados de Utrera y Alcalá de Guadaíra, en la provincia de Sevilla, dentro de su deseo de conocer las sedes judiciales andaluzas con más sobrecarga de trabajo, escasez de plantilla y mucha movilidad de sus funcionarios. Se trata de visitas en las que el presidente del TSJA comprueba sobre el terreno, con ejemplos elocuentes, que el sistema sigue pendiente de una "profunda reorganización estructural y organizativa", como ya advirtiera en su discurso de septiembre. En efecto, los problemas no es que no se hayan mitigado, es que crecen.

En la sede judicial de Alcalá de Guadaíra, Del Río señaló a los periodistas que lleva dos años pidiendo esa reorganización administrativa y funcional de la justicia y una "cierta modernización de las leyes" pero en el tiempo que lleva en el cargo "el nivel sigue muy parecido, hemos evolucionado muy poco y los problemas son los mismos, aunque estén perfectamente diagnosticados y los conozca todo el mundo". Y entonces recalcó: "Las reformas sólo precisan voluntad política".

Pese a ello, Del Río se mostró contrario a la huelga de jueces anunciada para enero porque los magistrados "tenemos un componente de poder del Estado" y "debemos pensar nuestras formas de protesta y nuestros compromisos institucionales". No obstante, el presidente del TSJA reconoció que la justicia sigue sin las reformas importantes que precisa, su situación "no es nada satisfactoria", y afirmó que respetará el paro de sus compañeros "como ciudadano y como juez".

Sobre la ley de tasas, Del Río volvió a indicar que como presidente del alto tribunal andaluz le preocupan más otras cosas como "las reformas que no se hacen, o la sobrecarga de trabajo en lo penal" una jurisdicción no afectada por dicha ley y en la que no se han emprendido reformas para aligerarla del exceso de recursos.