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Andalucía

De la lonja al súper en menos de una hora

  • Mercadona ensaya con éxito en Andalucía su apuesta por llevar el pescado del día directamente a sus tiendas

La pescadera acababa de colocar el pulpo para su venta al público y, de pronto, recibió un susto de muerte. El animal se había movido espasmódicamente. El director de la tienda lo grabó en móvil y descubrió cómo su piel iba cambiando de color. Estaba aún vivo.

La anécdota sucedió en un supermercado de Mercadona de la costa onubense y es el mejor reflejo de la fuerte apuesta de la cadena por el producto fresco de la zona. A lo largo de este verano ha iniciado la experiencia de comprar directamente en lonjas -a través de convenios con las propias lonjas o con organizaciones de productores- y llevar el producto directamente al supermercado, sin intermediarios y sin almacenar. Desde las lonjas de Almería, Adra, Caleta de Vélez, Estepona, Fuengirola, Marbella, Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, Punta Umbría e Isla Cristina llega el pescado y el marisco a todas las tiendas que estén, como máximo, a una hora de distancia. Son 112 de las 340 que Mercadona tiene distribuidas por Andalucía.

Lo afirma Francisco Martínez, presidente de los armadores del Puerto de Isla Cristina y administrador mancomunado de la lonja: "Es el mismo pescado que llega a las lonjas. Y, respecto al que viene por la tarde [cuando los mercados de abastos y pescaderías están ya cerrados] en ningún sitio se ofrece más fresco". A cien kilómetros de cualquier lonja, el cliente podrá obtener acedías, lenguados, langostinos, chocos, besugos, brecas, merluzas o cigalas a partir de las ocho de la tarde prácticamente recién salidos de la lonja. Pocas horas antes, el producto, como el pulpo casi vivo, estaba en el mar.

Acuciado por unos precios que no subían en los últimos años y por los elevados costes del gasoil, el sector ve en la presencia de Mercadona en las lonjas un soplo de aire fresco. "Es un comprador más que contribuye a que suba el precio, y le viene muy bien tanto al productor como al consumidor, porque el valor se eleva en origen, pero no en destino; al eliminarse tantos intermediarios, el valor añadido se reparte entre el consumidor y el pescador", señala Mariano García, patrón mayor de la cofradía de pescadores y administrador mancomunado de la lonja de Isla Cristina, puntera en Andalucía con 180 barcos asociados en diferentes modalidades de pesca.

Juan Silva Gómez, patrón de la embarcación Nuevo Hermano Silva, comparte esta percepción. Acaba de descargar 340 cajas de sardinas, muy cerca del tope establecido en 400 y reconoce que está siendo un muy buen verano. "Gracias a la presencia de operadores como Mercadona se elevan cinco, siete o diez euros los precios por kilo. Las plataformas que entran contribuyen a estabilizar los precios. No es lo mismo que se lleven tres el pescado a lo hagan siete", afirma. Desde la cadena se resalta que actúa como un comprador más, importante, pero al fin y al cabo uno más. De hecho, la compra para transportar el producto directamente al supermercado ha comenzado este verano, pero desde hace año y medio -en el caso de Isla Cristina- la cadena adquiere pescado para transportarlo a sus bloques logísticos y llevarlo al día siguiente a sus tiendas, fresco aunque no recién capturado. La compra para la venta directa, además, ha tenido un efecto rebote, porque han aumentado los pedidos de los bloques (el Huévar, en Sevilla y el de Antequera, en Málaga) y muchas especies que antes no se veían ahora sí están en las tiendas.

El sector está satisfecho, pero es consciente, también, de que Mercadona aprieta, y mucho. "Son muy exigentes -dice Mariano García, el patrón de los pescadores de Isla Cristina- pero yo quiero esa exigencia; si compran, quieren más garantías y mejor presentación, quieren calidad y frescura".

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