Sí al partido, no a la Alcaldía. La socialista Irene García opta por su puesto al frente del PSOE en Cádiz, que dirige como secretaria general desde julio de 2012, y deja de ser alcaldesa de Sanlúcar de Barrameda. No se ve en condiciones de hacer compatibles ambas tareas. Eso sí, no abandona el Ayuntamiento: mantendrá su acta de concejal. "Mi compromiso con Sanlúcar no tiene fecha de caducidad", se afanó en transmitir para alejar la idea de que prefiere la gestión interna de su formación política en Cádiz -una de las agrupaciones con más borrascas en el socialismo andaluz- a la administración del municipio. Pero eso es lo que ha hecho: ha optado por el partido. Le deja el bastón de mando municipal a su teniente de alcalde, Víctor Mora.

"Os veo a todos un poco asombrados. La verdad es que ha sido una bomba totalmente controlada, pero que conocía muy poca gente", dijo ayer a los periodistas después de dar a conocer su marcha en una rueda de prensa. García recalcó que es una decisión "muy meditada desde hace ya meses", aunque "se materializa ahora porque entiendo que es el momento adecuado".

La fecha escogida por la dirigente socialista, un día después de la toma de posesión del nuevo Ejecutivo autonómico, presidido por Susana Díaz, dio paso a toda clase de conjeturas: desde una pataleta por no haber sido nombrada consejera a que esté preparando el salto a la Delegación del Gobierno andaluz en Cádiz ante un inminente ascenso de su titular, Fernando López Gil, a una viceconsejería. También se cita una encuesta que no vaticina buenos presagios para el PSOE sanluqueño en las elecciones municipales de 2015 y un brote de crispación interna en la dirección del PSOE de Cádiz, lo que habría empujado a García a decantarse por dedicarse a tiempo completo a poner orden en el partido.

Pero, para García, "simplemente se inicia una nueva etapa que considero necesaria en estos momentos tan complicados". Según afirmó, "renuncio a la Alcaldía porque creo que Sanlúcar necesita un alcalde las 24 horas del día y voy a volcarme en el trabajo del PSOE en la provincia", una labor que incluye el objetivo de su formación de que la Diputación "cambie de signo" político.

Además de estas justificaciones, García se refirió a otras "muchas razones", que no reveló, y entre las que se encuentran "motivos personales de peso", aludiendo a las "muchísimas renuncias" que conlleva en el ámbito familiar el desempeño de un cargo público de esta índole. La todavía alcaldesa llegó a emocionarse al aludir a su familia.

En su catálogo de explicaciones, García incluyó que cuando fue elegida secretaria provincial del PSOE por la militancia socialista en julio de 2012 "era consciente" de que esta nueva responsabilidad "me iba a limitar bastante el tiempo de dedicación al Ayuntamiento", de manera que consideraba que su dimisión como alcaldesa acabaría produciéndose.