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'caso minutas'

Del Nido al fiscal: "Me pide 13 años de cárcel, que es mi vida a mi edad"

  • El letrado defiende la legalidad de sus honorarios y de la contratación directa y dice que este era el sistema utilizado con otra docena de asesores jurídicos externos

El abogado y presidente del Sevilla FC, José María del Nido, explicó ayer al inicio de su declaración en el juicio por el caso Minutas, que en 1999 conocía a Jesús Gil de "actos sociales y del fútbol", pero que esas referencias previas no fueron las que le avalaron como asesor del Ayuntamiento de Marbella. El momento clave fue el caso Camisetas, que le valió la inhabilitación a Jesús Gil, cuando el letrado sevillano y el fallecido alcalde coincidieron en los juzgados. A aquel encuentro siguió un almuerzo "de varias horas en Puerto Banús" en el que Gil le confió que había "discutido" con su abogado de cabecera, José Luis Sierra, y le pidió que le prestara asesoramiento jurídico.

El fiscal Anticorrupción, Francisco Jiménez-Villarejo, pudo interrogar ayer apenas 70 minutos al principal acusado en el caso Minutas, por el presunto cobro de honorarios profesionales desmesurados o injustificados al Ayuntamiento de Marbella y a sus sociedades municipales. Casi toda la sesión judicial la consumieron las alegaciones a las pruebas presentadas o solicitadas por las defensas y la acusación.

Durante el interrogatorio, Jiménez-Villarejo trató de poner de relieve que Del Nido tomó las riendas de la asesoría jurídica de Marbella en 1999 sin que mediara un procedimiento público de contratación y que facturó importantes cantidades de dinero sin el control de la intervención o, incluso, en contra del criterio del interventor municipal.

Frente a estas imputaciones el abogado se defendió con absoluta fiereza. Afirmó que en ningún momento coordinó los servicios jurídicos locales, sino que actuó como un simple asesor externo contratado para asuntos puntuales.

Para demostrar su desconexión del área jurídica del Ayuntamiento relató que su despacho en la Costa no estaba en el Ayuntamiento de Marbella, sino en el "domicilio" de Jesús Gil, el mítico Club Financiero, desde el que el fallecido regidor dirigía la vida municipal. No obstante, admitió que en ocasiones utilizó alguna dependencia municipal, especialmente el despacho que dejó libre Julián Muñoz cuando accedió a la Alcaldía.

En este sentido, indicó en primer lugar que él no sustituyó "nunca" a Sierra ni fue "abogado de confianza de Gil". Llegado este punto la tensión dialéctica entre el fiscal y el abogado se disparó. Del Nido tuvo un momento de desahogo al recordar enervado que le piden "13 años y medio de cárcel, que es mi vida a la edad que tengo".  En segundo lugar precisó que el Ayuntamiento de Marbella tenía en aquella época "una docena de asesores externos", entre los que él era uno más. Y todos habían sido contratados de la misma manera.

José María del Nido aseguró que la encomienda de "asuntos puntuales" de Marbella que le hizo Jesús Gil no requería que se tramitara un expediente de contratación. Desde su punto de vista valían los decretos de designación que firmaban Gil o Julián Muñoz. Esa fórmula no sólo se utilizaba en Marbella "sino en decenas de ayuntamientos". Es más, aseguró que este ha sido el sistema que ha seguido el Ayuntamiento de Marbella "desde 1978".

La Fiscalía Anticorrupción sostiene que el abogado sevillano cobró 6,7 millones de euros del Ayuntamiento de Marbella entre 1999 y 2003 en concepto de honorarios profesionales injustificados o desorbitados por trabajos que a veces consistían en un mero "corta y pega" en formularios. Frente a esta acusación, José María del Nido explicó durante el tenso interrogatorio del fiscal, que acordó con los responsables municipales que sus minutas se ajustaran a lo establecido en los colegios de abogados de Málaga y Madrid, dependiendo de los juzgados en los que actuara en cada caso. Este es un método de cobro que "reconoce la Ley y la Jurisprudencia", remachó.

El fiscal también atacó la capacidad profesional que tenía Del Nido en 1999 para afrontar las alegaciones al informe del Tribunal de Cuentas sobre la gestión económica del municipio, tarea que comprendió en aquellos años su principal cometido. El abogado reconoció que nunca había llevado casos del Tribunal de Cuentas, pero sí ante la Cámara andaluza y que, además, había realizado cursos de especialización y un máster sobre dirección de empresas en el Instituto San Telmo.

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