El espeleólogo granadino Juan Bolívar, único superviviente de la tragedia en el Atlas marroquí, llegó ayer a España. El avión que lo trajo de vuelta aterrizó en el aeropuerto de Cuatro Vientos (Madrid), mientras los cuerpos de sus dos compañeros muertos en el cañón de Wandrass - Gustavo Virués y José Antonio Martínez, que como Bolívar pertenecían a la Federación Andaluza de Montañismo- tardarán en ser repatriados porque serán sometidos a una autopsia en Marruecos.

El ministro del Interior, Jorge Fernández, recibió a Bolívar, agente de la Policía Nacional, al pie de la escalerilla del avión. En al aparato también regresaron los especialistas en rescates de las fuerzas de seguridad españolas, los tres policías nacionales del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y los tres guardias civiles del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) que integraban el contingente.

La llegada de Bolívar siguió envuelto en la polémica. Su padre cree que es "más culpable el Gobierno español que el marroquí, porque el marroquí tiene los medios que tiene. No hubo medios, ni nos dieron los medios, nada de nada", aseguró, sin olvidar que su hijo pasó siete días, sin cobertura, "en una piedra con el cadáver de un amigo" y cuidando de su compañero herido "para que luego se produjese ese desenlace".

Mientras tanto, el ministro del Exteriores, José Manuel García- Margallo, admitió que se han producido "disfunciones" en la gestión del rescate de los tres espeleólogos. El jefe de la diplomacia española no sabe si las autoridades marroquíes tenían los medios suficientes, pero dijo que "ahora" no tiene "excesiva importancia saberlo" porque lo importante "es atender al dolor de las personas que están sufriendo". "Es verdad que el avión [con los expertos de la Policía y la Guardia Civil] no estuvo allí en el momento que a nosotros nos hubiese gustado, y ha habido, como se produce en todas estas desgracias, disfunciones en la gestión".

No obstante, Margallo se justificó diciendo que "desde el primer momento" Exteriores "solicitó la autorización". "Ahora habrá que ver qué es lo que ha pasado, ellos [Marruecos] se han volcado, si tenían o no medios es algo que yo no lo sé, es algo que ha estado llevando el Ministerio del Interior directamente y ellos han considerado que podían hacerlo. Por desgracia no ha sido así y ahora no creo que tenga excesiva importancia saberlo", añadió el ministro. PSOE y UPyD quieren que el ministro explique en el Congreso las circunstancias del fallido rescate de los tres espeleólogos. Margallo insistió ayer en que su departamento "ha hecho todo lo humanamente posible" y descargó de culpa a Marruecos: "Las autoridades marroquíes no tenían el menor interés por que el desenlace fuese este, sino más bien todo lo contrario".

Sobre la repatriación de los cadáveres de los montañeros muertos, el Ejecutivo intenta que se haga con máxima agilidad, según dijo ayer el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, quien también hizo hincapié en que se hace "todo lo posible y de la mejor manera posible". Sanz declinó valorar las críticas de los familiares y compañeros de expedición de las víctimas porque no cree que "aporte absolutamente nada". A juicio del delegado del Gobierno, "la tarea más responsable es que cuanto antes puedan volver a España y es lo que los ciudadanos, y sobre todo las familias, esperan de nosotros. Nuestra responsabilidad es que todas las cuestiones se resuelvan cuantos antes", afirmó Sanz.

Sobre una fecha exacta de repatriación, apeló a la "prudencia", ya que "quien tiene que dar una fecha es quien está allí" y remarcó que la tramitación ha de cumplir con la "normativa del Reino de Marruecos. Evidentemente, depende de cómo se sigan desarrollando las tareas en la zona, en condiciones muy, muy difíciles, aunque el Gobierno ha hecho todos los trabajos previos para que se produzca con la máxima agilidad", remachó.