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Parlamento de Andalucía

Moreno coincide con los históricos del PSOE en sus críticas contra Pedro Sánchez

Juanma Moreno ayer durante la sesión de control en el Parlamento de Andalucía.

Juanma Moreno ayer durante la sesión de control en el Parlamento de Andalucía. / Francisco J. Olmo / Europa Press (Sevilla)

Chirrían –y mucho– las repetidas alusiones que destacados cargos populares hacen de un tiempo a esta parte de cualquier manifestación que líderes históricos del PSOE realizan sobre la actual situación de la vida política nacional y cada vez es más complejo determinar la carga de la prueba, dónde está la bondad de unos o la maledicencia de otros. El caso es que esta costumbre planeó ayer sobre el reinicio de las sesiones de control en el Parlamento de Andalucía, donde se escucharon en boca del presidente de la Junta, Juanma Moreno y del portavoz de su grupo, Toni Martín, frente a un Juan Espadas que tampoco se esmeró en devolver el resto.

El caso es que, con el matiz de que “ellos han sido el azote de mi partido en Andalucía”, Juanma Moreno se apunta a los discursos de Alfonso Guerra, Felipe González o José Rodríguez de la Borbolla cuando arremeten contra los actuales dirigentes y en especial contra quien confía en silenciarles y mantener su puesto en La Moncloa. El resumen lo dejó para su última intervención, cuando sonó a aquello de repita conmigo: “a más Pedro Sánchez, menos Andalucía”. Por si no quedaba claro, el presidente de la Junta quiere que vuelva un partido socialista “que era un partido de Estado y que ya no lo es con el silencio del socialismo andaluz”.

De hecho, aunque fracasó, Moreno le brindó la oportunidad al secretario general de los socialistas a que se pronunciara sobre las posiciones de unos y otros. No picó el portavoz del PSOE, a pesar de que dejó el recado de que “nosotros defendemos la Constitución, pero toda, incluido el Título VIII sobre el estado de las autonomías que aquellos con los que pactan en otros lugares (en referencia a Vox) niegan su existencia.

No fue mucho más allá, aunque tampoco es ningún cambio sobre del mantra que repite desde hace semanas, es decir, que es el turno de Feijóo y que cuando fracase –así lo espera– le tocará pronunciarse. Ahora, no y no hubo manera de moverle de ahí, aunque sí tiró de ironía sobre las repetidas menciones a esos socialistas históricos para dejar en el aire la sentencia de que “algo tiene que tener el agua cuando la bendicen”.

Juan Espadas en su réplica al presidente de la Junta durante la sesión de control. Juan Espadas en su réplica al presidente de la Junta durante la sesión de control.

Juan Espadas en su réplica al presidente de la Junta durante la sesión de control. / Francisco J. Olmo / Europa Press (Sevilla)

Pudiera parecer que el contenido de la sesión de control hubiera tenido poco que ver con las atribuciones que el Gobierno regional tiene entre sus competencias y, aunque por el enunciado de las preguntas de los portavoces de todos los partidos daban a entender lo contrario, así fue.

Y es que el Parlamento volvió al trabajo y se empeñó en retomarlo exactamente en el mismo punto donde lo dejó. A finales del mes de julio, los ecos de las elecciones generales dejaban en el aire el papel de la comunidad autónoma en la reorganización del Estado que se derivaron de aquellos resultados. La falta de originalidad en el enunciado de las preguntas dirigidas al presidente de la Junta, que versaban todas sobre las actuaciones del mismo en el actual periodo de sesiones, dejaron una pista abierta al jefe del Ejecutivo andaluz para explayarse en la defensa de ese andalucismo en el que se siente verdaderamente cómodo desde hace meses.

Defenderé los intereses de los andaluces gobierno quien gobierne, sea Feijóo o Sánchez”. Ya lo había dicho antes Juanma Moreno, pero ayer sonó en sede parlamentaria. El hecho es que todos se comprometieron y exigieron “la defensa de los intereses de los andaluces” en ese nuevo escenario político todavía incierto. La manera de llevarlo a cabo es la clave de un enfrentamiento que justificó la hora larga de intervenciones, aunque el contenido no pareciera justificar la crispación mantenida.

La financiación autonómica y la necesidad de su reforma (que nadie discute) fue otra de las patas en las que se ha sustentado el debate. Por el momento, todavía nadie ha planteado el fondo donde se sustenta la misma. Un melón que todavía no se ha abierto, pero que también ha servido para envolverse en el histórico “no queremos ser más que nadie, pero tampoco menos que nadie”. Eso sí, tampoco se ha ido más allá salvo la constatación de una infrafinanciación que se agranda todos los años y sobre la que hay consenso. De nuevo, la manera de paliar las consecuencias de una reforma con el objetivo de conseguir votos para la investidura, está en el eje del debate.

Hablando de socialismo. Lo de Vox y Juanma Moreno, parece una batalla perdida. El portavoz de los primeros, Manuel Gavira, centró toda su intervención en su ya conocida tesis de que el presidente de la Junta de Andalucía “es socialista y no lo sabe”. Su justificación son las medidas adoptadas en el marco de la Agenda 2030 o en la política agraria “de Bruselas” (que está obligado a cumplir). El diagnóstico final es que “es usted un socialista de manual”. Eso sí, Gavira dejó en el aire el recuerdo de los pactos entre ambos en “Murcia y Extremadura, por ejemplo”. No lo ha manifestado, pero de nuevo no entiende cómo es posible que en Andalucía no lleguen al mismo destino.

La réplica, contenida entre sonrisas, ha sido invitar a Vox a sumarse a un pacto contra la violencia de género para que “no haya un asesinato más en Andalucía”. Menos mal que el micrófono ha jugado a su favor, ya que se ha apagado oportunamente en el momento en el que Juanma Moreno decía que se terminara esa lacra “de una.... vez”. Por el movimiento de sus labios, la palabra elegida era “puñetera”.

Adelante y Por Andalucía, cuya rivalidad se corta desde el martes con un cuchillo, abrieron el turno. El portavoz de los primeros, José Ignacio García, puso la pelota en juego con alusiones a la conquista de la autonomía andaluza para justificar la pelea que exigió a Moreno para que “no paguemos el pato de las negociaciones” de cara a configurar un gobierno y que se justifica con “las estadísticas que Andalucía encabeza en lo que se refiere a pobreza, paro e incluso esperanza de vida”. “No estamos como para perder más de cuatro mil millones al año”, concluyó García.

En otro tono, Inma Nieto se ciñó al contenido de la pregunta al referirse a la subida de los servicios escolares, los problemas en la atención sanitaria en algunas zonas y la infrafinanciación andaluza. Para regresar al tono nacional del que parece imposible escapar, el presidente de la Junta se refirió al encuentro entre Yolanda Díaz y Puigdemont para decirle: “estoy seguro que usted no o haría”.

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