El hallazgo de restos óseos compatibles con los de dos niños de las edades de Ruth y José en la finca de la familia de José Bretón en Las Quemadillas acerca la investigación a su punto final, aunque aún quedan por aportar detalles que apuntalen este hallazgo. De ahí que la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que ha liderado la investigación desde que los hermanos desaparecieron, regresen este lunes de nuevo a la parcela para buscar datos sobre la hoguera. En las nuevas pesquisas, encargadas por el juez instructor, José Luis Rodríguez Lainz, esta presente el padre de los pequeños, que permanece en prisión preventiva desde finales de octubre.

José Bretón ha entrado pasadas las 8:45 horas en el furgón policial que le trae desde la prisión a la finca de Las Quemadillas, en Córdoba, para estar presente en las nuevas pruebas que persiguen esclarecer datos en relación con la hoguera de la parcela, tras los resultados de dos informes de expertos independientes en los últimos días, que concluyen que los restos óseos hallados en la hoguera, que en un primer momento fueron probados como de pequeños animales, en realidad, según las dos últimas pruebas, corresponderían a niños.

La entrada de Bretón en la finca se ha producido con un amplio dispositivo policial; minutos después, en torno a las 9:00 horas entraba el abogado del padre de los niños, José María Sánchez de Puerta, sin atender a los medios de comunicación que se ubican en una de las entradas a la calle de la parcela.

El abogado defensor de Bretón, José María Sánchez de Puerta, detalló que el magistrado quiere aclarar este martes varios extremos con las pesquisas que se desarrollan desde las 09:00. En primer lugar, los agentes han de comprobar si una de las mesas metálicas encontradas al lado de la hoguera tuvo contacto con el fuego. La clave es que José Bretón habría tapado la hoguera con una plancha metálica para incrementar la temperatura, pues al ponerse al rojo vivo el metal los efectos de quemazón son más fuertes, reconoció el propio letrado. La Policía también tiene el encargo de recoger un bidón de gasolina vacío que se halla en la parcela, en el que se comprobará si existen huellas de Bretón.

Los agentes, además, recogerán adobes, ladrillos y, en general, material de construcción con el que Bretón podría haber improvisado el horno crematorio con el que pulverizar a sus dos hijos. La UDEV llega a la parcela, además, con el cometido de profundizar en el terreno que ocupó la hoguera. La explicación que ofreció el abogado defensor es que el gasoil "tiende a irse hacia el fondo". "Se ha excavado más de un metro y medio, pero se va a profundizar más para ver si consta material inflamable", explicó Sánchez de Puerta, quien insistió en que hasta ahora no se ha probado el uso de sustancias activadoras de calor en la hoguera. Sánchez de Puerta dijo que el juez, además, ha encargado otras dos pruebas morfológicas para ratificar que los huesos pertenecen a menores.

En el caso de que las nuevas pesquisas corroboren lo ya apuntado por los dos nuevos informes pericial, la investigación para averiguar el paradero de Ruth y José daría un giro de 180 grados. Sánchez de Puerta recordó que, en sucesivos autos, el juez instructor, José Luis Rodríguez Lainz, apuntó a la hoguera como una pista falsa ideada por Bretón para desviar la atención de los investigadores. Rodríguez Lainz habría pasado de considerar que el progenitor pudo construir un habitáculo para esconder los cuerpos de los niños a decantarse por que intentó deshacerse de los pequeños en la hoguera.

El hallazgo de las muestras óseas deja a la defensa en una situación muy complicada. Sin la aparición de los cuerpos, Bretón sólo podía ser acusado de los delitos de desaparición forzosa de menores y de simulación de delito; con los nuevos hallazgos, el propio Sánchez de Puerta avanzó que su cliente podría ser acusado de dos delitos de asesinato con premeditación y alevosía con la agravante de parentesco. Su defensa, por tanto, cambiaría de manera radical, así como la celebración del juicio, que pasaría de ser resuelto por un tribunal profesional a un jurado popular.

El abogado defensor se quejó de que los informes hayan salido a la luz sin que se hayan practicado las pruebas de ADN, que consideró "extremadamente importantes". No tener el ADN de un fallecido, bien porque no aparezca su cadáver o porque sea imposible extraerlo de sus restos, como podría ser el caso de Ruth y José, no significa, sin embargo, que se pueda incriminar, juzgar e incluso condenar al posible asesino. Así lo manifestaron este lunes varios expertos, entre ellos el abogado de la familia de Marta del Castillo, José María Calero, quien explicó que la ausencia del cuerpo de una víctima o la imposibilidad de identificar su ADN pueden ser sustituidos en una acusación por las denominadas "pruebas indiciarias", informó Efe.

Se trata de aquellos indicios que, "en conjunto, ordenados y que se puedan atribuir" a un procesado conforman "un puzzle completo" con el que al final se demuestre la autoría de un crimen. En el caso de Bretón, Calero destacó como indicios que él mismo confesó que había hecho una hoguera para quemar unos recuerdos de su ex mujer, Ruth Ortiz, y que fue la última persona que les vio antes de denunciar su desaparición. El letrado subrayó también "la dificultad" de acreditar unos indicios frente a otros que también puedan ser compatibles con la inocencia del acusado.

Esa dificultad también fue resaltada por el abogado Pedro Colina, para quien las pruebas indiciarias cuando se carece del ADN de un asesinado tienen que estar "perfectamente demostradas". Colina, abogado de la familia de Alvaro Ussía, que falleció en Madrid tras la brutal paliza de un portero de discoteca, recordó que se puede probar la culpabilidad de una persona si los indicios son "múltiples y juntos suman una acusación razonable".