En los últimos tiempos, en España se ha extendido mucho la modalidad delictiva de la sumisión química con finalidad sexual, drogar a una mujer para terminar abusando de ella. El Puerto acaba de registrar varios delitos de sumisión química pero con una variable importante: en estos casos, el sexo no era la finalidad, sino el cebo.

La Policía Nacional acaba de arrestar a dos mujeres, hermanas, y a un hombre, como supuestos autores de al menos dos robos por sumisión química, que penalmente llevan aparejada la calificación de robos con violencia.

A simple vista, el modus operandi era bastante burdo. Las dos hermanas contactaban a través de las redes sociales (fundamentalmente, vía Tuenti y Facebook) con potenciales víctimas.

Según han explicado a este diario fuentes de la innvestigación, llevada a cabo por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) de la Comisaría de El Puerto, los contactos iban subiendo de tono, hasta el punto de llegar a enviar a sus víctimas incluso fotografías de ellas claramente insinuantes, prometiéndoles sexo.

Finalmente, quedaban con el ligue en cuestión nada menos que en su propia casa, en un domicilio emplazado en la zona del Distrito, muy cerca de la Jefatura de la Policía Local.

Una vez allí les invitaban a tomar una copa cargada de bezodiazepinas. Se trata de unas sustancias que, explica la Policía, hacen caer a la víctima en un estado de "extrema docilidad", momento que aprovechaban para saquear a la víctima, sustrayéndole dinero y las tarjetas bancarias. Las drogas suministradas, al tiempo, provocan a posteriori efectos amnésicos y síntomas que a menudo se confunden con los de una intoxicación etílica . Y en horas, su rastro se borra del cuerpo. De ahí la importancia de acudir con urgencia a un centro para someterse a las pruebas pertinentes.

En concreto, en este caso, a las víctimas se les suministraron cubatas de whisky con cola aderezados con varias pastillas de trankimazín o tranxilium. Estos fármacos habían sido obtenidos por los asaltantes "legalmen te", esto es, adquiriéndolos en distintas farmacias tras conseguir que les fueran recetados por facultativos.

Las víctimas por supuesto que se dieron cuenta, al pasar los efectos de las drogas, de que les faltaba dinero, pero ellas les dijeron que "se lo habían gastado ellos".

Dos hombres al menos han sido víctimas de la burda trama urdida por el trío arrestado, llegando a formalizar denuncia en la Comisaría hace dos meses. La Policía, si bien sabía muy bien dónde se habían cometido los delitos y hasta tenía incluso imágenes de las dos hermanas, ha tenido que aguardar hasta reunir los indicios suficientes para poder proceder a arrestar a los tres implicados.

Las mujeres han sido identificadas como S.P.A. de 34 años, y B.P.A. de 26 años, y su compinche, con numerosos antecedentes sobre todo por delitos contra el patrimonio, como R.R.F., de 33 años.

En el registro de la vivienda, los agentes hallaron gran cantidad de fármacos de los supuestamente utilizados para cometer los ilícitos, así como efectos personales de las víctimas.

Los tres detenidos, tras ser puestos a disposición judicial, han sido enviados a prisión por el juez, acusados de sendos delitos de robo con violencia. Fuentes policiales se han congratulado de la sensibilidad mostrada por el magistrado al tener en cuenta la gravedad de estos delitos, ya que "no hay que olvidar que drogaban a las víctimas, y podían haber provocado una desgracia si alguien padeciera alguna dolencia y tuviera contraindicado este tipo de fármacos normalmente utilizados como antidepresivos".

La Udev portuense sigue con las investigaciones ya que sospecha que podría haber habido bastantes más víctimas. Personas que hubieran decidido no denunciar por estar casados o tener pareja, para que saliera a relucir su frustrada infidelidad.