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Difícil equilibrio en Trille

  • Vecinos de la zona donde unos menores abusaron de dos niñas dicen que es un caso aislado pero afirman que algunos inmigrantes son problemáticos

Intersección de la calle Trille con Medina Sidonia, calle esta última donde tuvieron lugar los tocamientos a las niñas el pasado 7 de septiembre.

Intersección de la calle Trille con Medina Sidonia, calle esta última donde tuvieron lugar los tocamientos a las niñas el pasado 7 de septiembre. / lourdes de vicente

La esquina de la calle Trille con Segunda Aguada es una especie de autopista en miniatura donde conviven, en ocasiones hasta malviven, peatones y vehículos. La bulliciosa vía por la cual los vecinos -marginados durante décadas por mor de la férrea frontera de la vía del tren- alcanzan la avenida Juan Carlos I, era en la mañana de ayer un mentidero de comentarios sobre el presunto abuso sexual cometido por seis menores marroquíes a dos niñas de la zona de 12 y 13 años. "Las rodearon y les realizaron tocamientos, uno incluso se acercó por detrás para restregarse con ellas. Un numerito", decía un vecino que confesó conocer a las víctimas y a sus progenitores. "Las niñas están mejor, pero ha sido un mal rato. Y menos mal que el padre mantuvo la cabeza fría, llamó al 091, espero a que llegara la Policía y les señaló a los agentes el grupo que supuestamente había estado implicado, porque si se va para ellos podría haberse liado. Podía haberse buscado una ruina", comentaba.

Pero el caso es que más allá de este suceso, la presencia de algunos jóvenes inmigrantes en la zona es controvertida y para muchos vecinos origina molestias. Ayer varios nos hablaban de peleas entre ellos, ruidos nocturnos, botellonas, disputas con conductores por no respetar las normas de circulación o pequeños hurtos en supermercados y comercios de la zona.

Los menores detenidos estaban en un centro concertado de la Junta de AndalucíaLas víctimas se encuentran mejor, a pesar de la mala experiencia sufrida

Sin embargo, hasta el momento nunca habían cruzado el límite hasta el extremo de lo que sucedió el pasado 7 de septiembre. "Son jóvenes, son fogosos y se les van los ojos con las chicas, pero hasta el momento nunca había pasado algo tan grave".

Trabajadoras del IES Rafael Alberti, cercano a la zona donde se produjo este suceso, también comentaban ayer que nunca habían tenido problemas con los menores en cuestión, dando a entender que los supuestos abusos eran un caso aislado.

Hay que apuntar que los detenidos no pertenecen al Centro Tartessos. Uno de sus responsables, Carlos Carvajal, comentaba ayer a este medio que ellos no trabajan con menores. "Por esta zona hay varios pisos de la Junta y centros de otras asociaciones que trabajan ayudando a estos jóvenes que llegan hasta nuestra ciudad. Nosotros acogimos un par de grupos de mayores de edad a principios de verano pero no hemos tenido ningún problema. Nos preocupa que esto pueda provocar rechazo contra los inmigrantes magrebíes", reconocía.

Lo que sí puede confirmarse es que los seis menores que fueron detenidos y puestos a disposición de la Fiscalía de Menores estaban acogidos en un centro concertado de la Junta de Andalucía y tutelados por la administración autonómica.

En la zona de Trille se convive con la presencia de estos inmigrantes desde hace muchos años. "A veces no es fácil, pero te acostumbras", comentaba un comerciante. "Entendemos que en algún sitio tienen que estar, pero a veces se encaran con los conductores, les gritan, se pelean, están acostumbrados a la cultura de la supervivencia, y si pueden quitarle un trozo de pan al que tienen al lado pues se lo quitan, aunque sepan que van a tener todos su comida. Debe ser complicado".

Otros inmigrantes están más integrados, cuenta otro vecino. "Yo hablo con algunos de ellos que tienen hasta su paguita por una minusvalía. Y conozco casos de inmigrantes que tienen una pequeña ayuda de apenas 150 euros, pero al menos les sirve para ir tirando, teniendo en cuenta que tienen un techo bajo el que dormir y no les falta comida y ropa. Menos es nada", asegura.

Entre los padres de menores de la zona creció ayer la inquietud, aunque esperan que este hecho haya sido algo aislado y que no vuelva a repetirse. "Una cosa es una broma y otra lo que estos jóvenes hicieron, ya sean de Marruecos o de la Cruz Verde. Estuvo muy mal y se demuestran los hechos la justicia tendrá que actuar", decía una señora de manera airada y gesticulante.

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