La asociación Empresarios y Profesionales Asociados (Emproa) ha denunciado que la calle Real, una vez que el tren-tranvía se ponga definitivamente en marcha, dejará de nuevo de pertenecer al municipio de San Fernando para pasar a manos de Fomento o de Adif.

Así -aseguran- se lo transmitió el propio delegado provincial de Obra Públicas y Transportes, Pablo Lorenzo, en el último encuentro que mantuvieron el pasado lunes para abordar la marcha de las obras del tranvía. "El uso que los ciudadanos puedan hacer de ella dependerá de dichas entidades, lo cual es grave", afirma este colectivo -uno de los que lidera la lucha antitranvía- en un comunicado que ha remitido para valorar la reunión.

Emproa se interesó también por los plazos de ejecución previstos para la reurbanización de la calle Real y por la marcha de las obras, aquejada de continuos retrasos. Según este colectivo, estas demoras que han ralentizado el ritmo de la actuación han venido motivadas por los múltiples problemas que presenta el trazado de la calle Real. Esta situación ha llevado a que ni la empresa adjudicataria ni la Delegación Provincial de Obras Públicas dispongan todavía de fecha exacta para la terminación de los trabajos en la calle Real. Cabe recordar que, inicialmente, el plazo de ejecución previsto para esta ambiciosa actuación era de 18 meses, de ahí que se barajara su finalización para el próximo mes de marzo de 2010, lo que dejaría libre la arteria principal de la ciudad para las fechas clave de la conmemoración del Bicentenario de Las Cortes.

Emproa afirmó también que el delegado provincial de Obras Públicas denegó la petición que este colectivo había realizado para que retirara las vallas que se han colocado en la plataforma tranviaria que ocupa el centro de la calzada debido a los problemas que existe con la colocación de la solería que va junto a los raíles por las vibraciones que produce el paso del tren, un aspecto que -afirman- aún no se ha conseguido solucionar.

Insistió esta asociación en preguntas ya conocidas como la falta de estudios económicos y medioambientales. Las respuestas dadas siguieron sin convencer a los miembros de Emproa.