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José Blas / Fernández

El mercado laboral no puede esperar con miedo

19 de febrero 2016 - 01:00

Nuestro país ha mejorado notablemente la tasa de desempleo y lleva un camino ascendente que ha costado mucho con reformas y sacrificios de todos, que ahora el futuro gobierno que salga del Congreso tiene o que seguir con las directrices marcadas o entrar en una nueva situación para marcar nuevas líneas generales sobre el mercado laboral. Los cuatro partidos políticos con opciones de participar en un nuevo gobierno tienen también distintas perspectivas para el compromiso con los desempleados. De hecho el PP se comprometió a crear 500 mil empleos anuales para que en el 2020 haya 20 millones de personas trabajando en España, uniéndolo a la modernización del servicio de empleo con un tratamiento personalizado para cada desempleado, así como un compromiso con el empleo público y desarrollaran de camino, el Estatuto Básico del Empleado Público, con evaluaciones en su desempeño. Sin embargo el PSOE, derogará toda la reforma laboral que el PP aprobó en 2012 y ha anunciado un nuevo Estatuto de los Trabajadores para potenciar la negociación colectiva y ha prometido duplicar las inversiones en políticas activas de empleo. PODEMOS, dice que derogará las reformas laborales del PSOE y del PP, es decir, las habidas en el 2010 y en el 2012 y llevará a cabo una reducción de la jornada laboral a 35 horas, así como reforzará el papel de la negociación colectiva e incluso calcula que su Plan de Transición Energética (que incluye un programa masivo de remodelación de edificios) va a permitir la creación de 400 mil puestos de trabajo y creara unos Consejos de Vigilancia al estilo Alemán para que los trabajadores participen en la gestión de las empresas de más de 100 miembros de la plantilla.

CIUDADANOS va a crear una Agencia independiente de Políticas de Empleo, para poder controlar en el mercado la figura del contrato único y eliminará los restantes con cheques de formación para los parados de larga duración y la creación de rentas de rehabilitación para mayores de 45 años que quieran reciclarse para mantener su empleo, sin olvidar a los de Unidad Popular que derogara todas las reformas laborales, establecerá jornadas de 35 horas, prohibirá las Agencias de Colocación privada con ánimo de lucro, como las ETT's y recuperara la clausula de ultraactividad de los convenios colectivos prohibiendo los despidos colectivos en empresas con beneficios.

Dicho así, todos han propuesto alcanzar la luna con una serie de medidas basadas principalmente en hacer desaparecer la reforma laboral del Partido Popular y acudir a la feliz idea de hacernos creer que daban "duros a pesetas", cuando en el mercado laboral y ante una crisis tan profunda, este pasa por llevar a cabo medidas contra la temporalidad, el paro juvenil y el desempleo de larga duración con bonificaciones en las cotizaciones, programas para mayores de 55 años y hacer una reforma importante en los Convenios Colectivos, pues en muchos casos y muchos de ellos son discriminatorios, tanto por razón de los salarios, como por la ubicación geográfica en que estos se encuentran.

Dicho esto y a grandes rasgos parece como si todos tuviesen la "varita mágica" para la creación de empleo y echar la culpa a quien anteriormente ha gobernado, pero a ninguno se le ocurre publicitar que una reforma laboral no puede ser llevada a cabo sin el claro consentimiento de quien crea el empleo y en nuestro país, quien verdaderamente crea ese empleo es el empleador y como consecuencia de ello las pymes y micropymes, que son quienes mantienen plantillas con verdaderos sacrificios, porque el trabajador es parte intregrante de la empresa, no es un objeto, es ese factor humano que día a día también lleva luces y sombras del mercado en el que se encuentra y vive con el empleador los momentos difíciles, fáciles y sufre la batida de impuestos que a los dos les pide cada trimestre ese socio que se llama "Hacienda".

Los partidos políticos pueden prometer lo que les parezca ante unas elecciones, pero cuando se gobierna tienen que sentarse con quienes tienen las herramientas del mercado laboral que no son ni más ni menos que el empleador, el trabajador y los profesionales que a diario viven con angustia el asesoramiento y la conducción real de la contratación, pues sin un buen profesional que asesore sobre esa materia y se sepa acoger a los mejores métodos de contratación, la empresa puede ser también un fracaso. Por ello, quien conoce el mercado laboral no son, precisamente los políticos, son quienes llevan las políticas de empleo, lo que siempre ha existido, pero no arrogarse conocimientos de materias de la que no tienen ni idea; eso sí, deben poner a disposición de éstos reservas económicas para potenciar el empleo y garantizar el desempleo, pero también deben esos políticos abortar el fraude y no colaborar para que se abuse de ello, pues muchas de las medidas ya endémicas que tiene este país e impuestas por los políticos es cómo tanto subsidio y tanta economía sumergida están haciendo que junto a la longevidad las pensiones tengan un final preocupante y ojo, de los autónomos pocas reformas se atisban, cuando los autónomos son los que en un nuevo mercado de trabajo se llevan la palma del empleo, sin olvidar lo mal tratados que están y cómo les pagan las administraciones como tales proveedores, pues la presión de una plantilla voluminosa no es lo mismo que un simple trabajador autónomo que para poder llevar a cabo su trabajo o profesión no tiene ni para llegar a final de mes. Por tanto, mientras que en las Cortes Generales se debaten los pactos y se debate quién se casa con quién, el mercado laboral está ralentizado, pues están aumentando los despidos y, por supuesto, la creación de empleo no aumenta por esa inseguridad de que unos dan más y otros quitan, lo que conlleva una gran apatía y síndrome de espera para ver qué ocurre en este país, por lo que hay que concienciarse de que proyectos políticos pueden existir muchos, tantos como la ideología de cada partido, pero el empleo juvenil, la creación de empleo para la mujer, las pensiones y las prestaciones en general solo existen cuando hay fluidez y garantía en el mercado laboral. Lo que ocurre en estos momentos puede suponer un parón que veremos a ver si a corto plazo el capital se ausenta, las inversiones desaparecen y el paro aumenta y entonces nos lamentaremos de a quienes les hemos dado nuestro voto para que, en definitiva, nos hagan estar peor de lo que estábamos y entonces ya nada tendrá arreglo.

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