La tribuna

agustín Ruiz Robledo. / Juan Ruiz Ramos

Unos ciudadanos con Ciudadanos

EL mundo está cambiando a velocidad de vértigo, sin que las viejas recetas políticas sepan darle una respuesta adecuada. Vivimos unos tiempos en los que la incertidumbre es una realidad y sólo la confianza en nosotros mismos puede iluminar nuestro futuro. A nivel global, los estados y los ciudadanos nos enfrentamos a desafíos de primer orden: algunos aparentemente remotos como el Estado Islámico, y otros tan trascendentes para nuestra vida cotidiana como el Tratado de libre comercio Unión Europea-EEUU, sobre el que los candidatos del PSOE y del PP no supieron decir una palabra en su reciente debate en Canal Sur. A esos retos globales en España se le añaden un grupo de problemas económicos, sociales y políticos que los partidos tradicionales, lejos de solucionar, han agravado con sus ciegas políticas oportunistas. Problemas que se multiplican en Andalucía, como nuestra disparatada tasa de desempleo, que incluso sigue creciendo cuando en España disminuye.

Si bien es cierto que no podemos esperar que los poderes públicos solucionen todos nuestros problemas, al menos tenemos que pedirles que realicen políticas lo más eficaces posibles para combatirlos y que no desconozcan que todo lo que se hace con el dinero público se hace con nuestro dinero; dinero que no se cría en los árboles, sino que sale de nuestro esfuerzo y sacrificio, por lo que debemos exigir que se utilice para solucionar los problemas sociales de la forma más eficaz posible y sin que se pierda nada en el camino. ¿En quién confiar? ¿En aquellos que llevan años malgastando los fondos públicos en un Estado ineficaz con sarpullidos impresionantes de corrupción? ¿O en aquellos que pretenden inflar ese Estado aún más y que aseguran tener una varita mágica para solucionar todos nuestros problemas a base de más gastos y más impuestos?

Ni una cosa ni la otra. Necesitamos un Gobierno andaluz que se preocupe por el bien común, pero no desde la demagogia de las propuestas inalcanzables, sino desde la sensatez de quien es consciente de que la primera regla de todo gobierno es no estorbar la labor de los ciudadanos, que somos los que realmente hacemos progresar a un país. Un Gobierno que en lugar de usar nuestro dinero para colocar a sus amigos, lo utilice para incentivar el emprendimiento, la innovación y la actividad de la sociedad civil. Un Gobierno que se concentre en la educación y la sanidad, las dos herramientas esenciales de un Estado social que se precie. Un Gobierno que sea capaz de gestionar los muchos recursos que la Unión Europea proporciona a la Junta de Andalucía, sin dilapidarlos en cursos fantasmas o devolviéndolos a la Unión.

Desde nuestro punto de vista de ciudadanos no adscritos a ningún partido, padre e hijo, hoy Ciudadanos es el partido que más se acerca a esta concepción porque tiene un ramillete de propuestas que nos permitirán dar lo mejor de nosotros mismos sin soportar una excesiva carga sobre nuestra espaldas, tales como la fusión de administraciones y la eliminación de órganos superfluos, la reducción de impuestos a los autónomos o los cheques de formación a parados para que cada uno elija el centro que más se adapte a sus necesidades. Por otro lado, Ciudadanos defiende medidas para ayudar a los más vulnerables, como reducir la precariedad laboral, eliminando los contratos temporales para sustituirlos por un contrato único con indemnización por despido creciente según la antigüedad. Sin olvidar medidas para luchar eficazmente contra el cáncer de la corrupción, empezando por ellos mismos: cualquier afiliado que sea imputado por corrupción está obligado a retirarse del partido.

Ciudadanos ha nacido en Cataluña, no por casualidad sino para luchar contra el sectarismo imperante en esa tierra y desde allí ha logrado crear un proyecto ilusionante para toda España -lo que debía ser motivo de admiración y no de zafios ataques- que sentimos especialmente adecuado para Andalucía. Su proyecto supone un pacto entre generaciones, entre mujeres y hombres, entre empresarios y trabajadores. En definitiva, un pacto social para llevar a cabo la regeneración política que las gastadas fuerzas actuales no pueden realizar. Por todos estos motivos consideramos que Ciudadanos es el proyecto que más puede beneficiar a Andalucía, y pedimos públicamente el voto para el cambio sensato que pretenden y que los andaluces tanto necesitamos.

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