Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

En román paladino

RAFAEL / ROMÁN

Bombardeos

UN hombre mesurado, admirable, reflexivo, intelectual comprometido, amante del Derecho y padre de la Constitución como fue Gregorio Peces-Barba no estuvo fino en Cádiz, durante las celebraciones de La Pepa, al bromear con la frase atribuida al general Espartero sobre que "por el bien de España sería conveniente bombardear Barcelona una vez cada 50 años". Siguió otro día por derroteros complicados al aventurar que a lo mejor le hubiera ido mejor a nuestro país construido con los portugueses que con los catalanes. En una ocasión fue Alfonso Guerra y en otra José Pedro Pérez Llorca quienes tuvieron que poner cara de póquer.

Hace poco el ministro de Asuntos Exteriores, durante los acontecimientos que llevaron a la anexión de la península de Crimea por Rusia, igualó Cataluña con Crimea, llegando a hablar de un "paralelismo absoluto" entre sus procesos de secesión. Increíble. Pero lo que resulta mas incomprensible -y para mí completamente disparatado- es que el Gobierno español, falto de iniciativas sobre Cataluña, haya escogido al ministro de Asuntos Exteriores como portavoz del Gobierno en este asunto y llevando el peso de las respuestas a Artur Mas. ¿Asuntos Exteriores? Pues ya el solo enunciado le está dando bazas gratuitas a los independentistas, situando al ministro que se ocupa de las relaciones exteriores de España en el centro del debate sobre Cataluña. ¿Para qué está la Vicepresidenta?

Es verdad que Barcelona ha sufrido bombardeos. Demasiados. En 1651, en 1705, en 1842 y 43, en 1909 y en 1937. Tantos que un artículo de un personaje como Risto Mejide se convirtió en el más comentado en septiembre de 2013: Bombardeen Barcelona se titulaba. "Bombardeen Barcelona. Que de verdad que el ambiente es irrespirable… Que ahora encima hay quien pretende irse de España, sin marcharse de Europa… Que estamos hartitos de que intoxiquen nuestras conversaciones y nuestras vidas…". Pero la espiral sigue adelante.

¡Qué carencia de estadistas! Hasta la posible secesión de Cataluña, contra la Constitución y las leyes, se ha convertido en un tema de cálculo partidista. Hay un desconcierto absoluto por la inacción del Gobierno. Los que pretenden mediar para impedirla negociando -como Durán i Lleida y Rubalcaba- son ninguneados por los maquinistas de los dos trenes, sin frenos e incontrolados, que van dispuestos para el choque. Perderemos todos.

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